Putin reforzará su industria armamentística y suspende el único tratado nuclear con EEUU
A punto de cumplirse un año de la invasión de Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha pronunciado el discurso anual del estado de la nación, en el que hay anunciado que reforzará su industria armamentística tras culpar a Occidente de la guerra en Ucrania.
Vladimir Putin, presidente de Rusia, ha intervenido ante las cámaras legislaturas y los principales poderes del país en el discurso anual del estado de la nación, en un momento muy especial puesto que va a cumplirse un año de la guerra en Ucrania.
El mandatario ruso ha defendido una vez más la invasión como una estrategia de defensa «ante Occidente», del que ha dicho que quiere acabar con Rusia a través de la imposición de sus valores. En este sentido, Putin ha anunciado que reforzará la industria armamentística rusa y que «congelará» la presencia de Moscú en el acuerdo de desarme nuclear Start III con EEUU, al considerar que las estados occidentales quieren controlar el potencia bélico ruso.
Siguiendo en el ámbito militar, Putin ha anunciado que los soldados que combatan en Ucrania tendrán vacaciones de al menos catorce días cada seis meses, lo que parece evidenciar que las perspectivas de Moscú son de que el conflicto bélico no tendrá un fin próximo.
No ha habido autocrítica ni lamento por las afecciones que conlleva el conflicto bélico. Al contrario, Putin ha defendido que «nos dijeron que nuestra economía se iba a hundir, pero solo hemos bajado un 2,1%. Los empresarios han cambiado su estrategia y han sobrevivido».
En este ámbito, Putin ha recordado que el salario mínimo en Rusia se ha subido un 20%, por encima de la inflación del 6%. Junto a ello, ha anunciado que próximamente se incrementará otro 10% el salario mínimo. Esta medida, ha subrayado el presidente ruso, se aplicará también en los territorios de Donbass que se han incorporado a la Federación Rusa.
«Occidente va perdiendo»
Frente a ello, ha expuesto que es «Occidente» quien va perdiendo en Ucrania. «No ha conseguido absolutamente nada ni lo va a conseguir. Es más, los impulsores de sanciones se han castigado a sí mismos, en sus países suben los precios, se cierran fábrica, y a sus ciudadanoes les explican que la culpa es de Rusia. Han intentado hundir el rublo, subir la inflación en nuestro país. Su objetivo es hacer sufrir a nuestra población».
Putin ha iniciado su intervención con elogios a la implicación de la población y diferentes sectores de la sociedad rusa en esta guerra. Ha alabada la mentalidad «patriótica», prometido un servicio de atención rápido y personalizado para las familias de los «caídos en la guerra», y anunciado catorce días de vacaciones cada seis meses para todas las personas movilizadas al frente, para que puedan ver a sus familias.
Recuerdo al Donbass de 2014
A partir de 2014, ha sostenido, el Donbass «luchó, defendió el derecho a vivir en su propia tierra, hablar su idioma nativo, luchó y no se rindió en las condiciones del bloqueo y los bombardeos constantes, el odio no disimulado del régimen de Kiev, y creyó y esperó a Rusia para venir a su rescate».
El jefe del Kremlin ha indicado que mientras tanto, Rusia hizo «todo lo posible, realmente todo lo posible para resolver este problema por medios pacíficos» y negoció «pacientemente una salida pacífica de este conflicto tan difícil».
«Pero un escenario completamente diferente se estaba preparando a nuestras espaldas. Las promesas de los gobernantes occidentales, sus garantías sobre el deseo de paz en el Donbass resultaron ser, como ahora vemos, una falsedad, una cruel mentira», ha dicho.
Putin considera que Occidente «simplemente jugó a ganar tiempo, se involucró con artimañas e hizo la vista gorda ante los asesinatos políticos, las represiones del régimen de Kiev, la burla de los creyentes, y alentaron cada vez más a los neonazis ucranianos a llevar a cabo acciones terroristas en el Donbass».
«Y quiero enfatizar que incluso antes del inicio de la operación militar especial, Kiev estaba negociando con Occidente el suministro de sistemas de defensa aérea, aviones de combate y otro equipo pesado a Ucrania», ha alegado, al tiempo que ha vuelto a acusar a Ucrania de haber intentado «adquirir armas nucleares».
También acusó a EEUU y a la OTAN de desplegar «rápidamente sus bases militares y laboratorios biológicos secretos cerca de las fronteras» de Rusia, de «dominar el teatro de futuras operaciones militares con maniobras», y de preparar a una «Ucrania esclavizada para una gran guerra».
«Y hoy lo admiten públicamente, sin dudarlo. Parecen estar orgullosos, deleitándose en su traición, llamando tanto a los Acuerdos de (paz) de Minsk como al formato de Normandía una actuación diplomática, un farol», ha denunciado.
Putin sostiene que Occidente jugó por ello «con cartas marcadas».
El presidente ruso ha subrayado que habla este martes ante los rusos en «un momento difícil, en un momento histórico para nuestro país, en un momento de cambios cardinales e irreversibles en todo el mundo».
Se trata, ha dicho, de «los eventos históricos más importantes que determinan el futuro de nuestro país y de nuestra gente, cuando cada uno de nosotros tiene una gran responsabilidad».
Reforzar la industria armamentística
Putin ha abogado por la introducción de más tecnologías modernas en la producción de armas y aprovechar la experiencia de la campaña militar en Ucrania.
«Introduciremos activamente las tecnologías más avanzadas que garantizarán el aumento del potencial cualitativo del Ejército y la Armada. Tenemos muestras de armas y equipos en cada una de las áreas», ha dicho.
Según el líder ruso, muchas de esas muestras «superan sus análogos extranjeros».
El reto que tienen ahora delante los fabricantes de armas rusos es asegurar su «producción en masa».
En este sentido, ha señalado que el nivel de equipamiento de las fuerzas nucleares rusas con armas modernas es superior al 91%, y que el mismo alto nivel debe lograrse en todos los sectores de las Fuerzas Armadas rusas.
«Tenemos un plan para el desarrollo de las Fuerzas Armadas y nuestros futuros pasos deben basarse en la experiencia real de combates, que no tiene precio», ha agregado.