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Los animales también tienen derecho a custodia compartida

Las mascotas ya no se consideran «cosas» o «bienes inmuebles», sino que legalmente se reconocen como seres vivos dotados de sensibilidad por lo que, en caso de divorcio de una pareja, se debe especificar en manos de quién quedan sus cuidados.

En caso de divorcio de una pareja, se debe especificar en manos de quién quedan los cuidados de la mascota. (Gari GARAIALDE | FOKU)

La custodia compartida siempre ha sido un término ligado al cuidado de menores en caso de separación. Pero desde hace dos años, ese concepto se extiende también a las mascotas que han convivido con la pareja, por lo que tienen derecho también a la custodia compartida.

Hasta diciembre de 2021, las mascotas eran consideradas simples «cosas» o «bienes inmuebles» y una separación matrimonial significaba mucho sufrimiento para la persona que, de un día a otro, se encontraba con que ni siquiera tenía derecho a visitar al perro o al gato con el que había compartido su vida.

Pero al aprobarse la modificación del Código Civil, los animales de compañía han pasado a considerarse como seres vivos dotados de sensibilidad y, por consiguiente, como miembros de la familia. De esta forma, en caso de divorcio de la pareja, las partes pueden ya especificar con quién se queda el animal, durante qué periodos de tiempo, de qué forma se van a hacer las visitas o quién corre con sus gastos. Tal y como sucede con los descendientes, si la pareja no llega a un acuerdo sobre estos aspectos, será el juez quien tome la última decisión, siempre velando por el bienestar animal.

Así, el artículo 90 del nuevo Código Civil español incluye un apartado en el que se describe qué ocurre con las mascotas en los acuerdos de custodia por separación o divorcio, ya que hasta ahora la ley veía a los animales de compañía como «cosas» que debían ser conservadas por sus dueños, lo que provocaba que se quedaran con la persona que apareciera en la tarjeta veterinaria. Ahora, en cambio, tanto en un divorcio contencioso como por mutuo acuerdo se puede pelear por la custodia compartida del animal.

Evidentemente, es mucho más fácil establecer la custodia compartida en un divorcio de mutuo acuerdo. En estos casos, es necesario que el convenio regulador incluya el tiempo que las partes pasarán con los animales, cómo se realizarán estas visitas, cómo se repartirán los honorarios, etcétera.

Una posibilidad, ya que los dos han sido su familia a lo largo del tiempo, es que el animal viva con uno de ellos y comparta el mismo régimen de visitas. La mayor diferencia entre la custodia de los hijos y la custodia de los animales es que si ambas partes acuerdan que una de ellas vivirá con el animal y correrá con los gastos, no hay necesidad de responsabilidad solidaria de oficio.

No obstante, el acuerdo presentado al juzgado debe incluir todo lo relacionado con la mascota. Es decir, el tiempo que todos pasan con ella, o si vive con ambos, cuál es el enfoque correcto para el régimen. También deberá acordar cómo se reparten los costes de sus cuidados, veterinarios, alimentación, limpieza, etc., y todo lo que sea importante para seguir disfrutando de su compañía con responsabilidad. El juez debe asegurarse de que el acuerdo no ponga en peligro el bienestar del animal. Si es así, puede pedirle a su ex pareja que cambie algunos aspectos del contrato.

Si se decide que se quiere tener la custodia compartida del animal de compañía, hay algunas cosas que es importante considerar. Una de las más innovadoras es que el registro de la propiedad ya no pesará tanto como ahora. Esto significa que si un juez tiene que tomar una decisión sobre la custodia compartida de sus mascotas, se deben considerar los intereses de los miembros de la familia, incluidos los animales, independientemente de quién sea el propietario en el Registro de Identificación Animal.

Parejas no casadas

El nuevo Código Civil especifica también lo que ocurre en el caso de las parejas que no están casadas. En principio, la legislación solo puede aplicarse a las parejas casadas, ya que son las únicas que pueden divorciarse. Por lo tanto, las parejas no casadas pueden tener algunas dificultades para administrar la custodia compartida de su animal de compañía en caso de separación.

Esto se debe a que el derecho civil no lo considera. Sin embargo, es posible que los tribunales apliquen los mismos principios que en los casos matrimoniales.