El Frente Polisario conmemora 50 años de lucha en busca de la soberanía
Las celebraciones se extenderán durante los próximos diez días hasta la mayor efeméride para los saharauis, el 20 de mayo, cuando conmemoran la primera acción armada contra la presencia española en el Sáhara Occidental.
«El Frente Popular de liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro nace como expresión única de las masas, que opta por la violencia revolucionaria y la lucha armada como medio, para que el pueblo saharaui, árabe y africano pueda gozar de su libertad total y enfrentar las maniobras del colonialismo español». Con este manifiesto, hace hoy 50 años, se creó el Frente Polisario, aglutinando en una sola identidad sus aspiraciones de independencia y apostando por las armas contra el colonialismo.
Banderas saharauis ondean estos días en las jaimas de los cinco campamentos de refugiados en territorio argelino -Auserd, Smara, Dajla, El Aaiún y Bojador- que acogen a los saharauis en el exilio debido a que el Sáhara Occidental sigue ocupado por Marruecos en un 80%.
Las celebraciones se extenderán durante los próximos diez días hasta la mayor efeméride para los saharauis, el 20 de mayo, cuando conmemoran la primera acción armada contra la presencia española en el Sáhara Occidental.
Cincuenta años después, en el último congreso celebrado el pasado mes de enero y tras la ruptura del alto el fuego con Marruecos en 2020, el Frente Polisario volvió a renovar la lucha armada como eje principal para «recuperar la soberanía sobre su tierra».
Sin referéndum
Inspirado por los movimientos de liberación del momento y por la independencia que alcanzaban países vecinos, el Frente Polisario nació en medio del impulso de descolonización de la ONU pero, aunque el Estado español se retiró en 1975, su proceso quedó incompleto.
Con la retirada española, Marruecos y Mauritania entraron a controlar el territorio. Mientras esta última cedió a las pretensiones territoriales en 1979 tras un acuerdo de paz con el Frente Polisario, Rabat mantiene su control de la mayor parte del Sáhara Occidental.
En 1991, una vía diplomática con el alto el fuego entre el Frente Polisario y Marruecos propició el establecimiento por la ONU de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), para que el pueblo eligiera entre la independencia y la integración con Marruecos.
El referéndum no ha sido convocado hasta ahora, y la tensión entre el Polisario y Marruecos estalló de nuevo en 2020. Desde entonces, libran una guerra de baja intensidad.
Representante del pueblo saharaui
El Frente Polisario es actualmente el representante legítimo del pueblo saharaui en la arena internacional y el gestor de un 20% del Sáhara Occidental y de un Estado desde el exilio en Argelia, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida por 80 países y la Unión Africana (UA).
Un año después de su creación hace medio siglo, Brahim Gali fue elegido secretario general del movimiento y tomó las riendas del Polisario, también de la rama militar. Gali volvió al liderazgo en 2016 y fue nuevamente elegido secretario general en el congreso de enero.
El Polisario reivindica en este aniversario su razón de ser en el combate por la falta de resultados, desde aquel primer congreso en 1973 -en la casa mauritana de la saharaui Embarka Bumajruta, en la linde con el Sáhara Occidental, bajo el lema ‘Con el fusil arrebataremos la libertad’- hasta este último de enero celebrado en los campamentos de refugiados con el eslogan de ‘Intensificar la lucha armada para expulsar al ocupante e imponer la soberanía’.
Lo recuerda con la agencia Efe, consciente de «los logros» pero también «los retos y sufrimientos» esta veterana política saharaui y parlamentaria que llegó a dirigir el campamento de refugiados de Bojador, en territorio argelino, en el que hoy reside, en el exilio.
«Los saharauis estén donde estén (campamentos, territorios ocupados, diáspora) sienten su identidad, sienten que este proyecto nacional, que consiste en la creación de un Estado saharaui soberano, es el único garante de un futuro mejor, esto nos deja seguir en esta convicción y en esta lucha», valora como testigo de la historia del Frente.
«Era el momento»
El joven Mohamed Brahim Basiri, que había estudiado en Damasco, fundó el Movimiento de Liberación del Sáhara y lideró, en junio de 1970, la manifestación más concurrida contra el control español desde 1884 y que la Policía reprimió. Secuestró y despareció a Basiri, hasta hoy en paradero desconocido.
Desde ese acontecimiento «hubo una ruptura con la colonización, y la gente estaba más que preparada para una revolución más generalizada y con distintos métodos», recuerda Bumajruta para explicar que «la creación del Frente Polisario llegó como un resultado natural del estado de ánimo de los saharauis» que estaban «hartos de vivir como ciudadanos de segunda en su propia tierra».
«El ambiente era muy fértil y solo faltaba una mecha para incendiarse», apunta Bumajruta desde su jaima donde ondea una bandera saharaui como señal de celebración del 50 aniversario del movimiento.
Para Bumajruta el giro actual de Madrid, al apoyar las tesis de una autonomía marroquí sobre el territorio, le parece una «lamentable y una vergüenza», aunque confía en que «más pronto que tarde» el Estado español rectifique.
El próximo día 20 de mayo, los saharauis, llegados desde la diáspora y desde la zona del Sáhara Occidental, conmemorarán los cincuenta años de lucha por la independencia con un gran desfile militar que les refuerza las razones de su creación hace 50 años.
Acto en el Parlamento de Gasteiz
El Parlamento de Gasteiz ha celebrado este miércoles un acto con motivo del 50º aniversario, en el que la presidenta de la Cámara, Bakartxo Tejeria, ha reivindicado «el derecho a la independencia que corresponde al pueblo saharaui».
El acto, celebrado en el exterior de la Cámara, ha contado con la presencia de una delegación saharaui compuesta por los representantes del Frente Polisario Oubi Bucharaya Bachir y Jadiyetu el Mohtar, según ha indormado la Cámara en un comunicado.
Oubi Bucharaya Bachir se ha mostrado agradecido por la «solidaridad multifacética» proveniente de la sociedad civil vasca y de las fuerzas políticas e instituciones de Euskal Herria.