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UPN cae del pedestal para pelearse la hegemonía con un PP sin dientes

UPN llega a unas elecciones sin posibilidad de recuperar un gobierno que perdió hace ocho años. Sufre, además, problemas de militancia y fugas destacadas, que les han forzado a un enroque que afecta negativamente a sus listas. Es la gran oportunidad para el PP, pero allá tampoco andan sobrados. 

Adanero (ex número dos de UPN y hoy candidato del PP a Iruñea, junto a Javier Esparza. (Iñigo URIZ | FOKU)

UPN enfrenta el brete electoral apretando filas. Las lleva demasiado prietas y eso no es bueno. Javier Esparza ha conformado listas solo con los más fieles, causando desbandada de militantes jóvenes del partido hacia el PP. No le han quedado unas listas demasiado lustrosas y tampoco la candidata a Iruñea, Cristina Ibarrola, parece un bombazo. El partido que en su día fue la casa madre de toda la derecha en Nafarroa se rige hoy como el chiringuito de unos pocos.

UPN ha sacado listas con mucha dificultad en pueblos grandes, incluso en ciudades como Lizarra o Tafalla. Independientemente de dónde le coloquen las urnas el día 28, sufre una crisis de militancia.

La formación alcanzó la hegemonía en Nafarroa nutriéndose de la Administración que controlaba. La falta de perspectivas de volver a parasitarla le causa ahora estos achaques.  

Oliendo que la debilidad es estructural, el PP ha invertido en personal dando entrada en el partido a Sergio Sayas y a toda la corriente interna que tenía en UPN. En consecuencia, el PP es un partido muy reforzado que se ve a sí mismo con futuro. Si bien, ahora acumula tanta ambición personal dentro, que estallará si fracasa.

Y es que, pese a sus achaques, UPN sigue apuntando en todas las encuestas como claro vencedor en la pugna con el PP por el mismo perfil de elector. Tendrá el doble, el triple o hasta el cuádruple votos. Dicen que rondará los 15 escaños. Prudencia. La diferencia entre un votante de UPN y otro del PP es microscópica. Eso un sondeo no lo ve.

Si el PP queda en cuatro escaños en Nafarroa (la cota de Santiago Cervera) salvará la cara. Con menos, batacazo. Con más, problemón en UPN. Lo que son listas municipales, el PP presenta pocas y flojas.

Pues, a la postre, el PP llega al 28-M sin mordida en todo Hegoalde con excepción –si se quiere– de Araba, donde tenía un 15% de voto y lleva tendencia a la baja (apunta un 12%). En Bizkaia y Gipuzkoa le dan un 5% de voto o menos. Igual resulta que ya tocó fondo y repunta, pero maneja resultados de partido residual.