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Menos población y más envejecida; la CAV afronta su otoño demográfico

Las proyecciones de Lakua apuntan a un envejecimiento aún mayor de una sociedad donde ya hay más personas preparándose para la jubilación que para el examen de acceso a la universidad. Con una cifra muy baja de nacimientos, solo los flujos migratorios impiden un despoblamiento acelerado.

Espectacular panorámica, desde Artxanda, del área metropolitana de Bilbo, la más afectada por la pérdida de población en las últimas décadas. (Aritz LOIOLA | FOKU)

La población de la CAV, que es ya una de las más envejecidas de Europa, va camino de acentuar ese perfil, y en la próxima década el grupo etario preponderante será el compuesto por las personas que se hallan entre los 50 y los 70 años de edad, frente a los de 40-60 años de ahora. Así lo indica el estudio prospectivo elaborado por el Departamento de Educación de Lakua para analizar la evolución del alumnado y las necesidades de personal docente en función de la evolución demográfica, que también presenta varios puntos de interés más allá del impacto en el sistema educativo.

Y es que, las proyecciones que maneja el Ejecutivo muestran un claro envejecimiento de la población, tal como se refleja en las pirámides poblacionales representadas en estas páginas, y es destacable la caída del número de personas en los tramos de edad de 35-39 y 40-44, que sufrirán el descenso más pronunciado entre los dos periodos, con una diferencia negativa del 21,76% entre ambos. Esta evolución, a nadie se le escapa, afectará a la composición del mercado laboral, que dejará de engrosar un porcentaje importante de población, mientras, por el contrario, se amplían las franjas de las personas de mayor edad, ya en edad de jubilación.

Y situando la mirada en el largo plazo, la tendencia no es más halagüeña, ya que en el informe se observa igualmente una reducción de la población del 21,8% en edades de entre 0 y 17 años, lo que acabará redundando no solo en el ámbito educacional sino también en el laboral más allá de las fechas que son objeto de estudio. Y es que, de cumplirse las previsiones, las personas en edad activa entre la cuarta y quinta década del siglo van a ser sensiblemente menos no solo que las que hay ahora, también que las de los próximos años, salvo que los flujos migratorios sean capaces de compensar esas pérdidas.

En términos generales, las proyecciones, basadas en los datos del Eustat para 2030, estiman que la población de la CAV caerá hasta los 2,186 millones de habitantes, una pérdida de algo más de siete mil habitantes en relación con la cifra registrada en 2021. No es una caída muy importante en términos cuantitativos, pero la composición etaria de la población sí será diferente, tal como se ha descrito. Y el dibujo global es el de un cierto declive en términos demográficos.

Araba, la que mejor aguanta

Parece, por tanto, que la CAV se adentra en un otoño poblacional, aunque la situación difiere en función de los herrialdes. Así, Araba, donde se prevé un crecimiento del 6,89% en términos absolutos, es también el que menos sufre el envejecimiento, y en la franja de 0 y 19 años se estima que logrará mantener aproximadamente el mismo número de personas que ahora, con una reducción de solo el 0,56%.

En el lado contrario, Bizkaia, con una reducción total de 0,36% de la población, va a ser el territorio más castigado por el envejecimiento, pues en las franjas etarias más jóvenes, entre los 0 y los 19 años, la caída proyectada es del 11,12%.

En un término medio estaría Gipuzkoa, donde el informe destaca la diferencia entre el aumento de población total, que sería del 5,82%, y el menor número de personas entre 0 y 19 años, que registra una bajada del 3,04%.

De estos datos se desprende que la perdida poblacional se centraría particularmente en Bizkaia, pero el envejecimiento sería algo más generalizado, con Araba como único capaz de mantener a la población más joven en cifras parecidas a las de la actualidad.

En realidad, estas previsiones apuntalan la tendencia detectada durante las últimas décadas, ya que Bizkaia es el único territorio donde la población ha bajado desde 1986, con casi 35.000 habitantes menos en 2021 –1.144.123– que los que tenía 35 años antes.

Por contra, en el mismo periodo Araba es el herrialde con mayor crecimiento poblacional en términos proporcionales, al pasar de 267.728 habitantes en 1986 a 330.189 en 2021, lo que supone una tasa de crecimiento cercana al 23,33%.

En Gipuzkoa también ha crecido la población, aunque en una medida mucho menor (un 4,3% en el periodo 1986-2021, lo que ha supuesto pasar de 689.222 habitantes a 718.887. Sin embargo, en el caso de este territorio, esa evolución no ha mantenido una tendencia homogénea a lo largo del periodo. Entre 1986 y 2001 la tendencia fue decreciente, hasta alcanzar un mínimo de 673.563 habitantes, pero a partir de ese año se ha mantenido en tendencia alcista.

Muy pocos nacimientos

La pérdida de población joven prevista para la próxima década está directamente relacionada, claro, con la cifra de nacimientos que se estima en ese periodo. El informe de Lakua prevé que los nacimientos caigan de los 14.600 que hubo en 2021 a 14.200 en 2030 –con un suelo de 13.900 entre 2024 y 2027– lo que supone una bajada del 2,81%. Sin embargo, es mucho mayor si se compara con los 18.200 que hubo en 2016, o con los 21.000 de 2008.

El Índice sintético de fecundidad (ISF), que representa una media del número de hijos por mujer, ha sufrido un descenso entre los años 2016 y 2020 del 11,11%, de 1,35 a 1,20, para estabilizarse a partir de esa fecha. Y ahora se prevé que crezca de forma continuada hasta 1,3 en 2030, ya que, a pesar de que en números totales nacerán menos niños y niñas que ahora, también serán menos las mujeres en edad de procrear.

Con todo, pese a esta recuperación, el ISF seguirá muy por debajo de la tasa de reemplazo poblacional, que está fijado en 2,1 hijos por mujer; una brecha del 83,72% a principios de la próxima década.

Solo los flujos migratorios impedirán que la población descienda bruscamente durante las próximas décadas. De hecho, su aportación contra la crisis demográfica ya es notoria, dado que en 2020 los nacimientos de madres procedentes de fuera del Estado fueron el 28,54% –eran solo el 2,01% en 1998–, un porcentaje mucho mayor que el peso de la población migrante en la CAV.

En el documento se destaca el dato de Araba, donde los nacidos de mujeres de «nacionalidad extranjera» han pasado de suponer apenas el 2,8% en 1998 a ser el 35,12% ahora.

En el informe se indica, asimismo, que el descenso en el número de hijos en las últimas décadas viene acompañado de un aumento en la edad media de las mujeres que dan a luz, que sube más de dos años: de 31,86 años en 1998 a 33,87 años en 2020. Las mujeres de Bizkaia son las que presentan una edad más alta, con 34,01 años, mientras que, tanto las alavesas (33,77) como las guipuzcoanas, (33,71) presentan valores algo por debajo de la media.

En todo caso, en los últimos cinco años se ha producido un estancamiento en la edad a la hora de dar a luz, aunque la media de la CAV sigue por encima de la media estatal en alrededor de un año y medio.

De cara al futuro, Bizkaia es el único herrialde donde se prevé un descenso de la edad media de las madres. Sería de algo más de dos años, de los citados 34,01 años en 2020 a 31,94 en 2030 (-6,08%). En Araba y Gipuzkoa se espera que, tras caer entre 2021 y 2024, la edad vuelva a subir a partir de 2025 y se estabilice en valores similares a 2020. En concreto, en Araba no habría ninguna variación en esos diez años, mientras Gipuzkoa tendría un ligero aumento, del 1,72%, pasando de 33,71 a 34,29 años.