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Fallece el escritor Cormac McCarthy, cronista de un sombrío «Lejano Oeste»

El escritor Cormac McCarthy, autor de sombrías y crueles historias del «Salvaje Oeste», ha fallecido a los 89 años. Premio Pulitzar, encontró el éxito a una edad avanzada, en parte gracias a que Hollywood se hizo cargo de algunos de sus relatos como 'La Carretera' o 'No es país para viejos'.

Cormac McCarthy. (Stephen LOVEKIN | AFP)

Cormac McCarthy, una vez descrito como «el mejor escritor estadounidense que no es famoso», ha fallecido este martes por causas naturales a la edad de 89 años, según ha informado su editor.

McCarthy encontró el éxito a una edad avanzada, en parte gracias a que Hollywood se hizo cargo de sus oscuras y crueles historias del «Salvaje Oeste».

Autor de doce novelas, sus crudas representaciones de las desviaciones humanas rápidamente le ganaron un leal pero pequeño círculo de admiradores.

Escrita a principios de la década de 1960 mientras trabajaba en una tienda de autopartes en Chicago, 'The Guardian of the Orchard', su primera novela, fue publicada por la prestigiosa Random House, bajo el ala de Albert Erskine, editor de William Faulkner, a quien Cormac McCarthy admiraba y con quien a veces se le compara.

Esta cruel e irónica historia de personajes unidos sin su conocimiento por un cadáver es también una oda a la naturaleza salvaje de las montañas de Tennessee, el estado del sur donde pasó su juventud.

Aunque nació en 1933 en Providence (Rhode Island), el joven Cormac, Charles de su primer nombre original, creció de hecho en el lugar de las «grandes obras» del presidente Franklin Roosevelt, las presas del valle del Tennessee, donde su padre era abogado.

Con éxito de crítica, 'El guardián del huerto' permite a Cormac McCarthy vivir de su pluma gracias a donaciones de instituciones, como la fundación Rockefeller. En 1968 publicó 'La oscuridad de afuera', obra que narra las consecuencias de una relación incestuosa.

Ambientada también en los Apalaches, 'Un hijo de Dios', cinco años después, va aún más allá al explorar la oscuridad del alma con su protagonista homicida y necrófilo, mientras que el río Tennessee, una parábola de la vida, se convierte casi en protagonista de el divertido 'Suttree' en 1979.

Fue en esta época cuando Cormac McCarthy se fue a vivir a El Paso (Texas), en la frontera con México. Tierra de violencia y tráfico de todo tipo, la región marcará profundamente su obra.

Oscar, Pulitzer

'Blood Meridian' (1985), la primera obra del «período del Lejano Oeste» de Cormac McCarthy, relata las aventuras de un niño en la agitación de la década de 1840, cuando EEUU incorpora Texas. Este western apocalíptico, donde corren ríos de sangre, es considerado por algunos críticos como su obra maestra.

Los años 90 fueron los de 'La trilogía de los confines', siempre con un trasfondo del Lejano Oeste: 'Qué caballos tan bonitos', 'El gran pasaje' y 'Ciudades en el llano'.

Cormac McCarthy, de quien su primer editor dijo «nunca vendimos ni uno solo de sus libros» (ninguno de sus primeros cinco libros superó los 3.000 ejemplares), ve por fin escalar su tirada a más de 200.000 ejemplares.

Este éxito tardío se ve reforzado por Hollywood. Primero será 'De si caballos bonitos', llevada a la pantalla en 2000 con Matt Damon, luego 'No, este país no es para viejos', de los hermanos Coen, que ganó cuatro Oscar en 2008.

El año anterior, Cormac McCarthy obtuvo el prestigioso premio Pulitzer otorgado a 'La Carretera' (2006), la historia distópica de un padre y un hijo errantes en un país asolado por un cataclismo de origen desconocido.

La reina estadounidense de la pequeña pantalla Oprah Winfrey selecciona este libro entre los más importantes del año y la obra se adapta rápidamente a la gran pantalla.

Dieciséis años después de 'La Carretera', vuelve con 'El pasajero' (2022) y su precuela 'Stella Maris' publicada con calma. En esta historia que transcurre diez años antes, McCarthy toma por primera vez a una mujer, esquizofrénica, como protagonista principal.

Solitario y alejado de las limitaciones materiales –vivió durante mucho tiempo en moteles sórdidos–, Cormac McCarthy concedió solo un puñado de entrevistas en su vida.

En su única entrevista televisiva, le explicó a la  Winfrey que exponerse en los medios «no era muy bueno para la mente. Si pasas mucho tiempo pensando en cómo escribir un libro, probablemente no deberías dejar de hablar sobre lo tienes que hacer».