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Leyre Fernández
Exjugadora de Osasuna

«A raíz de mi decisión se están produciendo llamadas y aún no sé qué pasará»

La semana pasada, Leyre Fernández (Iruñea, 1992) anunció que dejaba el fútbol, pero al preguntarle si va a colgar las botas su respuesta no es definitiva. La navarra ha repasado con NAIZ su trayectoria que empezó a los 11 años en Osasuna, del que se despide a los 31.

La ya ex futbolista del Osasuna Leyre Fernandez posando sonriente junto a las camisetas de los equipos en los que ha jugado. (Iñigo URIZ | FOKU)

Leyre Fernández se ha citado con GARA en Tajonar, en su casa, en el club donde creció. Ha traído las camisetas de todos los equipos en los que ha estado. «Cuando he subido al trastero a por las camisetas le he dicho a mi madre: ¡Ostras, ya han sido años jugando al fútbol!», ha comentado Fernández entre carcajadas. Osasuna es el sitio donde quería retirarse, quizás hubiese seguido unos años más, pero al reducirle el club el salario, ya no le «compensaba a nivel de esfuerzos» y pensando ya en su vida futura.

La navarra ha hablado sobre la última temporada de Osasuna, sobre el no ascenso, sobre qué les falta para subir y demás cuestiones. Además de en Iruñea, Fernández ha jugado en el Zaragoza, en la Real y en el Eibar.

¿Al final va a colgar las botas?

Sí, en principio sí. Mi decisión era esa. Al final ya he estado fuera de casa y ya no quería volver a irme, ya viví esa experiencia y no quería volver a repetirla, quería asentarme en Pamplona. A raíz de mi decisión se están produciendo llamadas y aún no sé qué pasará.

¿Se puede decir algo más?

No, por ahora no.

¿Por qué tomó la decisión de dejar el fútbol?

Llevaba muchos años en el fútbol. He dedicado mucho tiempo, muchas alegrías y también muchas tristezas. Ha conllevado muchos esfuerzos para mí y para mi familia y ahora mismo me iban a reducir el salario y no me compensaba ya a nivel de esfuerzos y pensando ya en mi vida futura.

Con las mismas condiciones de salario que este año, ¿hubiese jugado unos años más?

Sí, habría seguido porque tenía ilusión, seguía teniendo ganas y con la espinita de otro año más de ese no ascenso, me hubiese gustado poder seguir y ayudar al equipo.

Esta temporada no ha sido fácil: tuvo una lesión de tobillo que se alargó...

Me ha tocado mucho verlo desde el banquillo, pero creo que ha sido un año muy trabajado con el equipo y que ese no ascenso hay que valorarlo. Llegar a la recta final en las condiciones que llegamos y dónde llegamos no es fácil. Creo que es de valorar el esfuerzo que ha hecho el equipo durante la temporada. Por mi parte, la entrenadora no me ha dado muchas oportunidades. A pesar de la lesión, creo que he estado disponible durante bastantes partidos y no he tenido esa oportunidad de jugar. Pero bueno, al final sí que he tenido minutos en esos últimos partidos que por lo menos me han servido para demostrar algo en el campo y para despedirme.

¿Cómo vivieron la eliminatoria contra el Granada?

Fue muy dura. Veníamos tocadas desde Cáceres porque sabíamos después del partido los resultados de los otros equipos y si hubiésemos ganado, habríamos estado en Primera. Eran muy pocos días para cambiar el chip y afrontar ese play-off contra el Granada. Veníamos del viaje de Cáceres en autobús, que fue duro, y vamos a Granada. En menos de una semana haces dos viajes muy largos en autobús y eso también te pesa. Pero queríamos subir y al final lo pusimos todo pero no pudo ser. El Granada fue muy superior tanto en la ida como en la vuelta y claro merecedor del ascenso.

Osasuna lleva cinco años intentando subir a Primera, usted ha estado en cuatro. ¿Cómo los ha vivido?

Cada año ha sido diferente la manera en la que se ha producido. Osasuna es un club de familia, de mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio y siempre teníamos ese objetivo a principio de temporada. La gente se espera que estemos ahí arriba para pelearlo. Nosotras siempre hemos ido partido a partido sin pensar más allá. Muchas veces en enero estábamos muertas y siempre hemos conseguido darle la vuelta en esa segunda vuelta. Al final no nos obcecamos tanto con eso, sí lo teníamos presente, pero al final vives el día a día e intentar ganar el partido el domingo y ya está.

¿Qué le hace falta a Osasuna para subir a Primera? Si es que le falta algo…

(Se ríe) Bueno, faltar… por esfuerzo o ganas no será. Creo que hay muchas cosas que no dependen sólo de nosotras que también están y afectan al rendimiento, y creo que se puede hacer más; desde el club, no sé quién debería apostar un poquito más por esto... Creo que nos merecemos, que llevamos años peleando a pie de cañón, muchas somos de casa… Son muchos años y va pesando, vas viendo muchas cosas y hace falta más ayudas.

¿Qué cosas no dependen de las jugadoras?

Necesitamos más ayudas, por ejemplo, a nivel de viajes. Viajamos todo en autobús, que tenemos un autobús y tenemos que agradecer al club que nos lo han puesto, pero muchos equipos de nuestra categoría viajan en avión, en tren… y tienen otras condiciones. Ya sólo con eso creo que pesa mucho en las piernas, son muchas horas de autobús cada fin de semana y llegas al partido y yo pienso que hemos llegado a muchos partidos perdiendo 0-1.

Mai Garde lo dejo el año pasado, ahora usted… personas que han tenido peso en el vestuario. ¿Hay cambio generacional?

Sí, yo creo que sí. Aún queda alguna veterana por ahí: Miri [Miriam Rivas], Josune [Urdániz], Vanessa [Rodríguez]... Pero creo que ya las jóvenes son las que tienen que tirar del carro con su ilusión y con la ilusión que yo tenía con mis 18 años, que fue cuando me fui fuera. Ellas tienen que sacar esto adelante.

«Creo que hay muchas cosas que no dependen sólo de nosotras que también están y afectan al rendimiento, y creo que se puede hacer más»

Echemos la mirada atrás. Empezó a jugar al fútbol en la plaza con 6 años.

Mi madre siempre me ha dicho que cuando empecé a andar no caminaba, sino que corría detrás de las cabezas de las muñecas que me regalaban. Desde que nací, yo creo que he estado con el balón en la cabeza y siempre me ha gustado. Luego las circunstancias y mi familia me han ayudado a conseguir todo lo que he conseguido porque sin su ayuda esto no sería posible. Me rompí el ligamento cruzado anterior con 14 años. Si mi madre no me hubiese llevado a rehabilitación cada mañana a las siete de la mañana y luego no me hubiera llevado al cole… Sin esas ayudas yo no podría haber hecho lo que he hecho.

Estamos en Tajonar, ¿qué recuerdos le trae este césped?

Me vienen recuerdos de goles de celebraciones, de la gente cantando, animándonos y de cantar con ellas después del partido.

Estuvo hasta los 18 años en casa y luego se marchó a Zaragoza, a Primera División.
Si, fue muy duro porque fue justo el año que nació mi ahijado y justo me iba a perder sus primeros pasos y te pones a pensar y... fue muy duro alejarse de casa por primera vez. Soy muy familiar, soy muy de casa y me costó los primeros dos meses porque empecé sin jugar. Pero creo que me adapté bien y cuando ya me asenté jugué bastante.

¿Se fue al Zaragoza en parte porque ya se sabía lo que estaba pasando con Osasuna?

Yo ya llevaba muchos años aquí y en junio de cada año siempre se decía, ‘que sí, que este año vamos a ascender’. Yo ya estaba cansada de escuchar eso y ver que no pasaba. Me llegó esta oportunidad y y la tomé como mi momento de ver si valía para jugar en Primera y no le dí dos vueltas.

Estar en el Zaragoza le abrió las puertas de la Real. ¿Qué recuerda de aquella Real?

Para mí fueron mis mejores años tanto futbolísticos como los mejores años fuera de casa. Hicimos una familia de equipo, éramos muy poquitas de fuera, y eramos de fuera pero de cerquita, tampoco éramos de muy lejos. Quedábamos siempre e hicimos una piña increíble. Me acuerdo el año con Igor San Miguel, que conseguimos ese cuarto puesto que fue la primera vez que lo conseguía la Real y jugar contra el Athletic en Anoeta delante de 26.000 personas para mí eso fue único. Soy de Osasuna pero para mí el segundo equipo siempre ha sido la Real desde pequeña y para mí está en mi corazón y les tengo muchísimo cariño.

La temporada pasada terminaron segundas logrando la clasificación a la Champions. ¿Cómo les ve?

Ahora conozco a pocas de las que quedan ahí, pero hablo mucho con Ane Etxezarreta, que es muy amiga mía, e Iraia,  que se ha retirado este año también. Estoy muy orgullosa de ellas, de seguir siendo ese emblema de la gente de casa de la Real y en el puesto que están, cómo están jugando... Yo estoy impresionada de la evolución que ha hecho la Real, y que sigan así. Ojalá algún día puedan pelear por esa Champions [risas].

Después fichó por el Eibar, una temporada en Segunda.

Creo que fue como el cambio de chip de que ya quería volver a casa. Fue el año que anímicamente peor estuve porque me di cuenta de que ya quería estar en casa y que igual tenía que haber hecho la vuelta a casa ese año, en vez del paso por el Eibar. Pero no me arrepiento. Viví muchas experiencias, conocí a muchísima gente y también les tengo muchísimo cariño.

Luego volvió al Osasuna. ¿Quería acabar su carrera aquí?

Sí, desde que me fui sabía que en algún momento iba a volver. No sabía cuánto iba a durar mi carrera fuera pero sabía que iba a volver. Osasuna es mi vida, ha sido mi vida desde pequeñita y me quería retirar aquí.

¿Ha finalizado su trayectoria deportiva como hubiera querido?

Te pones a pensar en un momento dado cuando planteas cómo quieres que sea tu despedida y quizás no es la que me hubiese gustado, pero yo me voy vacía, me siento vaciada de todo lo que he dado tanto a Osasuna como al fútbol y al fútbol femenino navarro en concreto. Siento tranquilidad y me siento vacía de todo lo que he aportado y de la gente que me llevo.

¿Se le queda alguna espinita?

El ascenso con Osasuna es algo que yo creo que las que lo hemos dejado, que somos de aquí, siempre nos va a quedar esa espinita. Las que vienen seguro que lo consiguen.

¿Seguirá vinculada al fútbol?

Aún no sé lo que voy a hacer. Me ha llamado diferente gente, diferentes clubes y diferentes personas pero todavía no tengo nada decidido. Quiero desconectar ahora en sanfermines, disfrutarlos y luego ya se verá.

Ahora trabaja como profesora. ¿Tenía claro qué quería estudiar?

Si, desde pequeña mis padres me lo han dicho y yo siempre lo he vivido, porque yo nunca he tenido ídolos mujeres, nunca ha habido. Yo sabía que tenía que estudiar, el fútbol era un hobbye, nunca pensé que podría vivir de ello unos cuantos años. Siempre me han encantado los niños y me encanta ser 'irakasle'. Al final el sueño de mi vida, que era jugar al fútbol, jugar en Primera, con la selección española... son cosas que de niña no me podía imaginar nunca y lo he conseguido. Ahora quiero conseguir el sueño de ser profesora y sacarme la oposición.

Hablando de referentes, ¿las niñas de hora tienen referentes?

Sí, sin duda. Ahora el Barcelona es, sin duda, un espejo donde mirarse y creo que ahora también las niñas de aquí cada vez nos conocen más, vienen más a vernos, ya hay un campus de Osasuna femenino, que eso también hace que las niñas vengan... Cada vez hay más y más clubes que sacan el femenino y que apuestan por ello. Creo que esto va cambiando y que poco a poco se va agrandando y que ojalá siga creciendo.