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La Justicia guatemalteca torpedea a Bernardo Arévalo con la suspensión de Semilla

Era la crónica de una muerte anunciada. Tras irrumpir por sorpresa el Movimiento Semilla en las elecciones de Guatemala, la Justicia hizo lo imposible por ilegalizarlo. La CC lo impidió, si bien, tras oficializarse el lunes la contundente victoria de Bernardo Arévalo, se consumó su suspensión.

El presidente electo, Bernardo Arévalo, conversa con su vicepresidenta, Karin Herrera, tras la rueda de prensa ofrecida el lunes en Ciudad de Guatemala. (Johan ORDOÑEZ | AFP)

Victoria amarga de Bernardo Arévalo, quien ha visto cómo el mismo día en el que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ratificaba su victoria en los comicios del 20 de agosto, se quedaba sin partido político. Ello después de que el director del Registro de Ciudadanos de esa Corte resolviera suspender provisionalmente la personalidad jurídica del Movimiento Semilla, que quedó en segundo lugar en la primera vuelta del 25 de junio y arrasó en la segunda tras recibir 2,4 millones de votos, frente a 1,5 millones de su rival, Sandra Torres.

La cancelación se deriva de una orden del juez Séptimo, Fredy Orellana, emitida el 12 de junio, el mismo día en el que se oficializaron los resultados de la primera vuelta.

El juez aceptó la solicitud del jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, en base a una investigación en la que acusa al Movimiento Semilla de haberse constituido en 2018 falsificando la firma de más de 300 afilados e incorporando la rúbrica de 18 personas ya fallecidas. Esta formación rechaza cualquier irregularidad y acusa a la Fiscalía de intentar dar un «golpe de Estado».

En aquel entonces, el director del Registro de Ciudadanos, Ramiro Muñoz, se opuso a anular a Semilla en base a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que establece que «no podrá suspenderse un partido después de la convocatoria a una elección y hasta que esta se haya celebrado».

La CC también otorgó un amparo provisional a Semilla, impidiendo que fuera cancelado, al menos, hasta que finalizara el proceso electoral y permitiendo que Bernardo Arévalo se pudiera postular a la segunda vuelta. La Corte Suprema de Justicia (CSJ) ratificó esta decisión otorgando un amparo en definitiva a la formación política.

Sin embargo, horas antes de que el TSE confirmara que el socialdemócrata será el próximo presidente de Guatemala a partir del 14 de enero de 2024, el Registro de Ciudadanos suspendió su fuerza política, dejando en un limbo al futuro mandatario y a los 23 diputados de Semilla en el Congreso. Justificó su decisión de atender la orden judicial porque «ya se celebró la segunda vuelta y se establecieron los escrutinios correspondientes».

Dos planes de «asesinato»

Ante esta «persecución política» denunciada por el propio Bernardo Arévalo, el abogado de su partido, Juan Gerardo Guerrero, presentó a primera hora de ayer un recurso de nulidad ante el TSE para poner fin a la «resolución ilegal» del juez Orellana.

En este sentido, defendió que el amparo que les otorgó en su día la CSJ garantiza que «se respete la personalidad jurídica hasta que se dé por finalizado el proceso electoral el 31 de octubre».

Por ello, Bernardo Arévalo sostiene que la ilegalización de Semilla sería «nula de pleno derecho».

La cancelación de la agrupación política que venció en las elecciones se produce en un contexto en el que Sandra Torres sigue sin reconocer su derrota y arremete contra la «precipitada oficialización» de los resultados, que tacha de «ilegal e ilegítima», teniendo en cuenta la «lluvia de anomalías» y el «fraude» en los comicios.

No pierde la esperanza en convertirse en presidenta al considerar que la suspensión de Semilla «impide a todos sus candidatos ser adjudicatarios de derechos políticos por ser nulos de pleno derecho».

Sin embargo, el presidente electo recalca que «nada puede impedir ilegalmente que tomemos posesión el 14 de enero», por lo que asegura que Semilla «no claudicará en la exigencia al respeto de la voluntad popular expresada libremente en las urnas».

Bernardo Arévalo también ha denunciado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la existencia de dos planes para matarlo.

Su equipo de seguridad tiene información desde el 4 de julio del denominado Plan Colosio con participación de agentes estatales e individuos particulares para matar al futuro mandatario cuando figuraba favorito en las encuestas.

Además, la madrugada del 21 de agosto, cuando Arévalo celebraba su victoria en un hotel de Ciudad de Guatemala, cuatro fiscales se reunieron con él para advertirle de que estructuras criminales de pandillas pretendían acabar con su vida.

El Ministerio de Gobernación ya reforzó su seguridad con al menos 50 policías, aunque el Gobierno cuestiona la existencia del primer complot.