Las protestas se agolpan en el Festival de Venecia

La ausencia de estrellas no ha rescatado al festival de sus enganchadas, en una jornada marcada por la denuncia social de ‘Green Border’ y el brillo por la vacuidad moral de ‘Hit Man’.

Mentiríamos si negásemos la dosis de drama que cada año acompaña la Mostra, independientemente de las estrellas que asistan: ¿recuerdan el caso de Olivia Wilde? ¿El cineasta italiano que vistió una camiseta a favor de la inocencia de Weinstein? Este año también ha habido camisetas. Damien Chazelle, Martin McDonagh y Laura Poitras, miembros del Jurado Oficial, vistieron el eslogan de ‘Writers Guild on Strike!’ (‘¡Sindicato de guionistas en huelga!’).

Más, el estreno mundial de ‘Golpe de suerte’ tuvo reivindicaciones en su alfombra roja, en este caso de parte de un grupo de protestantes bajo el lema ‘Apartad el foco de los violadores’, que repartían panfletos con la siguiente información: «Este año la Bienal de Cine de Venecia ha decidido dar espacio a Woody Allen, Luc Besson y Roman Polanski, tres directores involucrados en violencia sexual contra mujeres, incluidas menores».

Hoy Zbigniew Ziobro, ministro de Justicia polonés y miembro de la extrema derecha del país, ha mirado a Venecia para protestar contra ‘Green Border’ de su compatriota Agnieszka Holland. Holland, a quien Ziobro ha comparado con los productores de cine alemanes del Tercer Reich, es una directora muy activa en reivindicaciones humanitarias de todo tipo (‘Europa, Europa’, ‘Spoor’). En la rueda de prensa posterior, la cineasta ha comentado que «las lecciones aprendidas del Holocausto de alguna forma se evaporaron y hoy tenemos que lidiar con el futuro que, me temo, puede ser similar al pasado».

‘Green Border’ es cine urgente y con prisas

‘Green Border’ se despliega como un tríptico alrededor de la crisis de refugiados que en 2021 surgió en ‘la frontera verde’ entre Bielorrusia y las naciones de la Unión Europea (Polonia, Lituania y Letonia) y que se utilizó desde los círculos políticos como una suerte de beligerancia internacional. Otra vez, Agnieszka Holland ha empleado el cine como amplificador de la denuncia de la injusticia a la que viven sometidas las personas migrantes en esta zona: primero, en la piel de una familia siria que, junto a una profesora afgana (Behi Djanati Atai), es peloteada y torturada sistemáticamente por los cuerpos de policía. Luego, pondrá el foco en la presión a la que un soldado bielorruso (Tomasz Włosok) es sometido por su entorno y finalmente, acudirá a Julia (Maja Ostaszewska), una joven activista que se ve obligada a tomar parte y que debería convencernos de que toda ayuda cuenta. Holland nunca ha sido una cineasta discreta, o pulcra con sus temas… No obstante, ‘Green Border’ parece y es descuidada, una caída sin fondo a los clichés del cine de la crueldad que viene amparada, eso sí, por una realidad que desgraciadamente supera la ficción.

La prensa aplaude la divertidísima ‘Hit Man’, de Richard Linklater

Fake it ‘till you make it!, aplaudía Linklater, y olvídate de las molestas dimensiones morales de tu conciencia. La nueva película del responsable de la trilogía de ‘Antes del amanecer’ o ‘Dónde estás, Bernadette’ abraza la ligereza y sube a su protagonista en un carrusel narrativo que, sorprendentemente, está más que preparado para afrontar. Él es Gary Johnson (Glen Powell, también coguionista), inseguro y desgarbado colaborador de la policía a quien obligan a interpretar a asesinos a sueldo como cebo para atrapar a sus clientes. Primer gran giro: tiene un talento innato para el trabajo. Profesor de Psicología, Gary analiza a sus presas y construye identidades cada vez más personalizadas, entrando en un espiral de caos metaficcional propio de la escuela de Nathan Fielder (‘Los ensayos’) donde el juego es cada vez más real y peligroso… Después de entablar una relación con una de sus clientas (Adria Arjona), de aires inocentes pero estómago psicopático, cualquiera esperaría de Linklater un giro al thriller… Sin embargo, director y reparto han venido a jugar, y divertirse es tantas veces incompatible con las sentencias morales. ‘Hit Man’ es fresca e irreverente, el ideal de comedia.