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Amigos de la Red Comète, o el deber de resistir frente a la amenaza del olvido

Como cada año por estas fechas, la asociación Amigos de la Red Comète organiza una serie de actos de homenaje y memoria para que, en esta Europa en que se expande la ultraderecha, no se olvide a quienes lo arriesgaron todo para poner a salvo a pilotos aliados que combatían al nazismo.

Miembros de la asociación de Amigos de la Red Comète, en la tradicional ceremonia ante el Monumento a los Caídos en Urruña. (Isabelle MIQUELESTORENA)

Se trata de una asociación que no sabe de fronteras. Como la propia Red Comète, la entidad que vela por que el paso del tiempo no haga caer en el olvido a quienes resistieron activamente al nazismo está conformada por gentes de procedencia diversa.

Aunque la antena emisora de esa red clandestina creada por la enfermera Andrée de Jongh se situó en Bruselas, el paso del Bidasoa fue un punto neurálgico de cara a poner a salvo a centenares de personas, entre ellas pilotos que, tras el derribo de sus aparatos, trataban de completar un largo y peligroso camino para retornar a Gran Bretaña, vía Gibraltar.

Este año, los Amigos de la Red Comète organizarán los tradicionales actos de homenaje -y el preceptivo paso de muga por el Bidasoa- entre el 7 y el 10 de septiembre.

La sección vasca de la Red Comète perdió en junio del año pasado a uno de sus últimos miembros. La vida de Josephine Agirre se apagó en Ziburu a los 94 años de edad. 

De nombre en clave «Fifine», la joven se incorporó con solo 15 años de edad a la red entre cuyos integrantes destaca un nombre, el de su propia madre y figura emblemática de la Resistencian vasca, Kattalin Agirre.

«Les combattants volontaires de la Résistance a leur camarade», reza una placa de la tumba que comparten ahora madre e hija en el cementerio de Sokoa. 

Florentino Goikoetxea, el mugalari natural de Hernani reposa a pocos metros de distancia bajo una lápida de mármol sobre la que hay otra placa con la que la Royal Air Forces Escaping hace constar su agradecimiento al mugalari guipuzcoano.

Son los nombre más conocidos de una organización clandestina de la que formaron parte otros muchos, caso de la urruñarra Frantxia Usandizaga o de otro especialista del paso de muga, Juan Larburu.

Periplo labortano

Angelu, Baiona, Donibane Lohizune-Ziburu y Urruña son algunas de las etapas obligadas en los actos de homenaje que organizarán también este año los Amigos de la Red Comète en Euskal Herria. El programa de actos puede consultarse en el blog de la asociación.

En las citadas localidades harán patente ante las nuevas generaciones que personas anónimas pusieron en juego sus vidas para ayudar a otras, hasta conformar una de las líneas de evacuación de pilotos aliados que se demostró más efectiva durante la II Guerra Mundial.

Este 7 de junio arrancarán los actos conmemorativos con la presentación en la librería Elkar de Baiona del cómic ‘Comete sarea. Piloto aliatuen ihesbidea’ realizado por el dibujante Marko.

El libro se basa en el testimonio prestado a sus 94 años de edad por la angeluarra Christiane Sandias, que tenía 14 años cuando ejerció de mensajera de Comète.

Posteriormente tendrá lugar la recepción de bienvenida a los representantes de las delegaciones extranjeras.

El viernes, los representantes de la asociación se recogerán en el cementerio de Angelu, donde reposa «Jeannot», hijo de la familia Dessié, que convirtió su casa, la villa Voisin, en teatro de operaciones de la red.

El programa de ese día de memoria se completará con un acto en la plaza Lamothe y una recepción en el Ayuntamiento angeluarra.

Será el sábado 9 cuando los representantes de la red se acerquen hasta el cementerio que mira al mar en Sokoa para honrar a Kattalin –y Josephine– Agirre, pero también al mugalari Florentino Goikoetxea y a otra resistente: Marie-Christine Elgorriaga.

Después seguirán su marcha realizando otro acto ante el monumento a los caídos, en Urruña.

Honrarán la memoria de Frantxua Usandizaga, en cuyo caserío, Bidegain Berri, en Urruña, descansaban los pilotos antes de emprender el paso del Bidasoa.

Tras reponer fuerzas con una comida, se llevará a cabo un acto en las estelas colocadas en Biriatu, frente al Bidasoa, para recordar a dos pilotos, Antoine d'Ursel y James F.Burch, que murieron ahogados en diciembre de 1943 cuando intentaban pasar la muga.

A partir de las 16.30 los miembros de Amigos de la Red Comète Bidasoa asegurarán la travesía a pie del río que guarda las historias de quienes lo cruzaron hace ocho décadas hacia el sur huyendo del nazismo, y ahora lo hacen hacia el norte, como migrantes que escapan de la miseria.

Sin olvidar otros muchos tránsitos, ya más ligados a la Historia interna de Euskal Herria.

El domingo será el día en que los integrantes de la asociación visitarán el caserío Sarobe de Oiartzun, en el que se acogía a los evadidos a los que los mugalaris de Comète ayudaban a sortear la muga.

Una comida en Hernani servirá de encuentro y acto de despedida para los miembros de la asociación que trabaja para que el olvido no gane la batalla al deber de memoria.