«Defendemos un federalismo diferencial en el que cada pueblo pueda decidir»
Lydie Massard se unió en 2015 a la UDB bretona. Cocinera en un liceo de Morbihan, en pocos días dará el salto a la Cámara Europea, debido a una carambola, ligada a la candidatura senatorial del ecologista Yannick Jadot. Habla con NAIZ del reto de la reunificación y de una gobernanza pegada al país.
Lydie Massard compartió conferencia con el consejero territorial corso Romain Colonna y la portavoz de Euskal Herria Bai, Mahilde Hary, durante las escuelas con las que esta última formación ha arrancado el curso político.
¿Cuáles son las prioridades en esta ‘rentrée’ política para la formación de la que usted es portavoz?
El voto por el consejo regional de una declaración por la que se apoya la puesta en marcha de una autonomía administrativa o reglamentaria, fiscal y legislativa en Bretaña ha hecho su camino, mediante la creación de un grupo transpartidario que presentará sus conclusiones precisamente este 18 de setiembre. La idea es aprovechar la presencia de Élisabeth Borne, a finales de setiembre, para darle cuenta de esa propuesta.
¿Cuáles serían los siguientes pasos para hacer avanzar esa demanda?
El consejo regional no tiene competencias para implementar cambios que afectarían al modelo estatal y a la Constitución. Siendo conscientes de ello, queremos que esa demanda mayoritaria en Bretaña en favor de que las decisiones que afectan a las y los bretones se tomen en el país sea tenida en cuenta en este contexto, en el que se plantea cada vez con más claridad una eventual reforma constitucional en 2024.
La campaña de reunificación viene de lejos y ha sido sostenida por el voto de las instituciones y también por movilizaciones, pero esa división entre Rennes y Nantes sigue vigente.
Creemos que ese voto pone en evidencia que se ha roto el tabú de la autonomía, ya que, a excepción de la ultraderecha, todas las formaciones, de la derecha al macronismo pasando por el PS, han avalado ese pronunciamiento en que se habla abiertamente de ese modelo.
En Corsica madura una propuesta de autonomía. Ello sin olvidar el proceso de ascensión a la soberanía en Kanaky.
Lamentablemente en Bretaña no disponemos de una mayoría nacionalista en el gobierno de nuestras instituciones, caso de Corsica y Kanaky. Pero hemos logrado un aval transversal a esa iniciativa por una autonomía reglamentaria (administrativa), legislativa y fiscal en una Bretaña reunificada.
Por lo que nos toca, estamos reforzando ese camino con una campaña en la que trasladamos a la ciudadanía con ejemplos concretos las ventajas en la vida ordinaria, ya mirando a la red de transporte, a la vivienda, al sistema sanitario o a la agricultura, que se derivarían de ese sistema de autonomía que debería servir para corregir las desigualdades y las deficiencias que genera el modelo centralista francés.
Después del «caso Fañch», parecía que estaba saldada la querella por los nombres que se escriben con esa pequeña ceja que figura sobre la «n» en el alfabeto bretón. Pero el diputado Paul Molac acaba de denunciar la persistencia del bloqueo para que los registros acepten los nombres con grafía bretona.
Es incomprensible que, tras cuatro años de litigio por los padres del niño Fañch y que con la ayuda de la llamada Ley Molac se encauzara la cuestión, se tenga que volver a leer en un documento oficial francés que esa «eñe» bretona puede interpretarse como «una tachadura». No sé si somos conscientes del grado de desprecio que se deriva de esa consideración. Habrá que volver a pelear.
La lengua bretona no está presente más que en el 10% de los centros escolares y como el alumnado de Seaska, hay alumnos de Diwan abocados a desobedecer para poder escribir sus exámenes en bretón.
Los exámenes de esos alumnos han sido corregidos, pero no queremos seguir pendientes de las excepciones. No aceptamos que nuestros alumnos deban asumir riesgos para examinarse en la lengua en que estudian. Queremos reconocimiento, capacidad de desarrollar la política lingüística y medios. En Bretaña tenemos dos lenguas y queremos contar con los medios y la potestad para poder proteger y desarrollar esa que Francia considera como parte de su patrimonio.
¿En qué ayudan encuentros como el organizado el 15 de setiembre en Itsasu en el marco de las escuelas organizadas por Euskal Herria Bai?
Necesitamos sumar fuerzas en una coyuntura que pueda abrir nuevas oportunidades. La situación en nuestros pueblos respectivos no es igual, por eso preconizamos un federalismo diferencial, que permita a cada pueblo dotarle de los medios necesarios en función de sus necesidades para decidir sobre su futuro. Hablamos de una cuestión que remite directamente al debate de la democracia.