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Isabel Coixet: «La sexualidad femenina no está bien representada en el cine»

Isabel Coixet ha abierto este martes la Sección Oficial de Zinemaldia con ‘Un amor’, película basada en la novela homónima de Sara Mesa que nos habla de migraciones e integración, a la vez que intenta ser un análisis de la sexualidad femenina.

Isabel Coixet y Laia Costa, este martes en Donostia. (Maialen Andres | FOKU)

‘Un amor’ es una historia de huidas y búsquedas, mediante la que Isabel Coixet trata de desmitificar la vida en el campo y el amor romántico. Basada en la novela homónima de Sara Mesa, la trama se centra en Nat (Laia Costa), una intérprete y traductora que se traslada al pueblo rural La Escapa tratando de iniciar una nueva vida.

El pueblo dista mucho de la idea idílica que se tiene en la ciudad del campo, y enseguida se topará con un casero siniestro, una casa que se le viene encima (literalmente) y vecinos que la atosigan. Pero también conocerá a Andreas ‘El alemán’ (Hovik Keuchkerian), con quien iniciará una relación, y llegará a sus manos un perro (o perra) maltratado tan falto de amor como ella.

La historia de tránsito de Nat se entremezcla con las narraciones de migrantes que ella traducía antes de trasladarse a la aldea, creando un juego de espejos que nos lleva a identificar las banalidades de la vida moderna y la necesidad de centrarse en en lo realmente importante.

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La adaptación cinematográfica de la novela, según ha confesado Coixet en rueda de prensa, ha sido compleja: «Es una gran novela, y es por eso que es difícil de adaptar. Pero Laura Ferrero [coguionista] y yo no lo sentimos así, porque cuando partes de algo que te apasiona, cuando hay una historia que tiene que ser narrada, nada es difícil». Cuenta que lo que sí siente es que tiene dos espadas de Damocles sobre su espalda, «la primera es: ¿qué pensará Sara? Le ha gustado: un alivio. Y luego, ¿qué pensarán los que la han visto?».

La directora ha revelado que las referencias que ha tenido para la película han sido dos de sus cintas: ‘La vida secreta de las palabras’ y ‘La librería’. «Es un cruce ambas películas. Creo que ‘Un amor’ es una película que tiene cosas del horror del mundo que subyace en nuestro lugar en el mundo, como la marca, y sobre ‘La librería’, porque es una película sobre alguien que viene a otro lugar con ganas de integrarse y de estar bien», ha señalado.

La película también explora la sexualidad femenina, algo que, en opinión de Coixet, «no está bien representada» en el cine, «es decir, yo creo que no se representa de una manera verosímil y creíble», y sobre las escenas sexuales de ‘Un amor’ ha explicado que renunció al uso del coordinador de intimidad que se ha introducido recientemente en la industria del cine, importada de Hollywood tras el impacto del movimiento #metoo, una decisión acordada con los actores.

«Cada director tiene que encontrar su manera de trabajar; yo soy operadora de mis películas y si hay un terreno que conozco es la intimidad», ha asegurado, y ha precisado que «si un director no se encuentra cómodo escribiendo una escena de sexo, quizá no debe escribirla».

Tanto el libro como la película indagan en la dificultad de conectar con los otros debido a la incapacidad de lidiar con las heridas propias y, en particular, en los desencuentros de la protagonista con distintos tipos de hombres. A este respecto, Keuchkerian ha asegurado que su personaje no es muy distinto de él mismo, un tipo que ha elegido aislarse en sus cien metros de terreno y que ha pasado por una infancia complicada. «No molesta a nadie y no quiere que le molesten, pero cuando aparece Nat, se le revuelve algo», ha asegurado.

Por su parte, Luis Bermejo (interpreta al casero, el personaje más siniestro) ha destacado que el reto era habitar esa crueldad, indagar en «el lado oscuro que todos tenemos» y Hugo Silva (un vecino vidriero) ha definido al suyo como «repugnante», aunque ha admitido que ha sido «muy divertido» interpretarlo.