«Solidaridad a la carta» y ausencia de cuotas obligatorias en el acuerdo migratorio de la UE
El sí de Alemania ha allanado el camino al acuerdo de los Veintisiete sobre la reforma migratoria de la UE, que entierra las cuotas obligatorias de reubicación al defender una «solidaridad a la carta» que prevé distintas formas de compensación financiera para eludir la reubicación en su territorio.
Los Veintisiete han logrado este jueves un acuerdo sobre el futuro mecanismo de crisis que obligará a los gobiernos a apoyar en la acogida de demandantes de asilo a socios desbordados por la presión en su frontera, pero que entierra las cuotas obligatorias de reubicación al defender una «solidaridad a la carta» que prevé distintas formas de compensación financiera para eludir la reubicación de migrantes en su territorio.
El texto, que saldrá adelante tras levantar Alemania sus reservas, pretende organizar una respuesta europea en caso de una afluencia masiva de migrantes a un país de la UE, como ocurrió durante la crisis migratoria de 2015-2016.
Tras los últimos contactos técnicos a lo largo de toda la mañana de este jueves en Bruselas, en el debate a Veintisiete han intervenido varios ministros de Interior para aclarar la posición de sus respectivos países, con la intervención clave de la ministra alemana, Nancy Faese, quien ha anunciado que Alemania dará luz verde al texto, lo que en la práctica supone asegurar una mayoría cualificada.
La falta de consenso sobre este expediente se había convertido en el último escollo para que el Consejo y el Parlamento Europeo pudieran negociar la versión definitiva del Pacto de Migración y Asilo que quieren cerrar antes de que concluya la legislatura en junio de 2024.
Tras un primer intento el pasado mes de julio que no logró los apoyos suficientes, la presidencia de turno que ejerce el Estado españo este semestre presentó el miércoles un nuevo borrador, al que ha tenido acceso Europa Press, que mantiene la idea de «solidaridad a la carta» que ya incluyó Bruselas en su propuesta inicial de reglamento.
El documento, no obstante, evita la referencia a deportaciones «patrocinadas» que planteó la Comisión Europea en su momento; pero ofrece un menú con varias alternativas para quienes no acepten la acogida de un cupo de demandantes de asilo, por ejemplo pagando compensaciones para costear la acogida en el país de llegada o para financiar deportaciones.