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La dimisión de dos generales entra en la campaña electoral polaca

La sorprendente renuncia de dos de los más altos generales del Ejército polaco, que mantenían desacuerdos con el ministro de Defensa, ha entrado de lleno en la campaña de las elecciones generales del domingo, con la incertidumbre de si podrá llegar a influir en los resultados de los comicios.

Seguidores del gubernamental PiS. (Wojtek RADWANSKI | AFP)

La polémica que generó la dimisión hace pocos días de los generales Rajmund Andrzejczak, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas polacas, y de Tomasz Piotrowski, comandante operativo del Ejército, continúa hoy jueves tras las críticas del jefe de la oposición, Donald Tusk, a los nombramientos de sus relevos.

Tanto el general Wiesław Kukuła como el general Maciej Klisz, que acaban de sustituirles en sus cargos, están ligados a la creación de la Fuerza de Defensa Territorial, un cuerpo compuesto por voluntarios y personal con entrenamiento militar, pero no encuadrado en el Ejército.

Tusk se refirió ayer a la naturaleza «paramilitar» de este cuerpo y afirmó que su nombramiento «ha hecho preguntarse a los oficiales del Ejército por qué deben ser gobernados» por mandos que, a diferencia de los generales que dimitieron, han estado alejados de misiones de campo, palabras que según el ministro son «un insulto a estos soldados que ayudan, entre otras cosas, a la defensa de las fronteras(...) o la búsqueda de personas desaparecidas».

Aunque considerado hasta hace poco como uno de los miembros mejor valorados del Gobierno polaco, no es la primera vez que el ministro Mariusz Blaszczak se encuentra en la picota y es acusado de generar malestar entre los militares polacos, algo que puede afectar a las perspectivas electorales del Gobierno en un país en el que las Fuerzas Armadas gozan de prestigio y apoyo social.

En el caso del general Andrzejczak, jefe del Estado Mayor desde 2018, y encargado de misiones de paz en Irak y Afganistán, el punto de inflexión llegó en abril cuando Blaszczak le acusó públicamente de negligencia profesional y falta de diligencia tras el incidente de un cohete ruso que cayó en Bydgoszcz, en el centro del país y a solo 300 kilómetros de Berlín.

Según el ministro, Andrzejczak suspendió la búsqueda de los restos por decisión propia y no le informó adecuadamente, algo que el general desmintió y, además de tensar las relaciones entre ambos, causó un profundo malestar entre los mandos militares.

Renuncias «poco honorables»

El supuesto uso electoralista de esta institución está, según los medios polacos, en el origen de las dimisiones de los generales, y algunos miembros del Gobierno, como el viceministro de Justicia, Sebastian Kaleta, han llegado a calificar esas renuncias de «poco honorables» al haberse producido justo antes de las elecciones «en vez de justo después, que habría sido lo correcto».

El hecho inusitado de que renuncien dos tercios de la cúpula militar de un país embarcado en ambiciosos planes de ampliación y modernización de sus Fuerzas Armadas, con gastos multimillonarios y un programa de captación de soldados con importantes incentivos económicos y fiscales, ha suscitado las críticas de toda la oposición, con peticiones de dimisión del ministro.

Por otra parte, se ha sabido que al menos 11 miembros del Comando General de las Fuerzas Armadas polacas presentaron su dimisión en los primeros diez días de octubre.

El Gobierno polaco ha aprovechado su apoyo a las Fuerzas Armadas para aumentar su capital político, tanto doméstico como internacional. Ahora, la falta de respaldo de una parte del Ejército polaco amenaza con tener un precio político para el Gobierno.