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«Ni un litro de agua potable» en Gaza agrava la angustia en la frontera con Egipto

Encontrar una botella de agua en Rafah es misión imposible. La que se consigue tiene que ser hervida para evitar bacterias. Israel lleva diez días sin bombear un solo litro de líquido potable. Y ello aumenta la desesperación en la frontera con Egipto.

Familias palestinas intentan huir de un bombardeo en Rafah; la zona de la frontera está siendo castigada también. (Mohamed Abed | AFP)

Sin agua, electricidad ni internet, una multitud de palestinos desesperados se concentra este lunes en el paso de Rafah, que conecta la Franja de Gaza con Egipto, con la esperanza de que entrara una ayuda humanitaria que no acaba de llegar, en medio de los rumores de que el paso iba a abrir, dementidos por Israel.

Sin embargo, las horas pasaron y el cruce seguía cerrado para los palestinos que vieron un rayo de esperanza en las noticias de primera hora del día aparecidas en medios que indicaban que el cruce iba a estar abierto entre las 09.00 y las 15.00 hora local (06.00 y 12.00 hora GMT).

En concreto aguardaban a que ocho camiones con ayuda entraran a la Franja con asistencia humanitaria y que se permitiera a los palestinos con pasaporte extranjero, especialmente estadounidense, salir del enclave hacia Egipto.

No obstante, en caso de que esa ayuda atravesara el paso fronterizo, lo tendría complicado para acceder a los gazatíes, ya que, según pudo constatar EFE este lunes, las dos principales calles de Rafah por las que tendrían que pasar los 8 camiones desde el cruce están completamente bombardeadas.

Aun así, estas dificultades no disuadieron a muchos palestinos que se acercaron hoy al paso, ni tampoco los bombardeos de Israel, como el que ocurrió este lunes en las inmediaciones del puesto fronterizo.

Una de ellos era Eilen al Tauil, una palestino-estadounidense, que ha intentado salir por Rafah en varias ocasiones, sorteando los bombardeos israelíes.

«Vine de visita a Gaza, mi pasaporte (estadounidense) expiró, y luego en la Embajada de EE.UU. no hicieron nada para ayudarnos», lamentó Al Tauil, en declaraciones a EFE, en las que denunció que la legación estadounidense solo está ayudando a quienes están en Israel, pero no las personas que se encuentran en Gaza.

Esta mujer, que reside de Salt Lake City (Utah, EE.UU.), precisó que hace tres días tuvo que evacuar su casa en Gaza por los bombardeos y que desde entonces ha estado trasladándose de un sitio a otro junto a su familia huyendo de los ataques israelíes.

«Está siendo muy duro -agregó-, no tenemos agua ni en los lavabos ni en los baños», indicó. La falta de agua es la principal fuente de angustia.

No muy lejos de Al Tauil se encontraba también a la espera de la apertura del cruce Ayam, una joven de 17 años con pasaporte británico.

«Estamos intentando salir, vinimos aquí hace dos días, pero no estaba abierto y regresamos a casa. Hoy volvimos a primera hora del día», dijo Ayam a EFE, quien señaló que, debido a la falta de conexión a internet, cada vez que escuchan una bomba no saben de dónde viene.

Ayam y los miembros de su familia aspiran a salir a Egipto si el paso se abre en el algún momento, porque, como detalló la adolescente, la situación en la Franja es «terrible».

Hamás afirmó este lunes que por décimo día consecutivo Israel no ha bombeado «ni un litro de agua potable» al enclave, pese a que las autoridades israelíes anunciaron ayer que había reanudado el suministro parcial.

Bebiendo agua contaminada

El portavoz del Ministerio de Interior y de Seguridad Nacional de Hamás, Iyad Al Bozum, subrayó en un comunicado que el corte del agua potable «está obligando a beber agua contaminada» a los gazatíes.

Auguró que esto va a desembocar en una crisis sanitaria que va a amenazar la vida de los ciudadanos que viven en la Franja.

Actualmente conseguir una botella de agua en Rafah es imposible, como pudo comprobar EFE recorriendo cientos de tiendas pequeñas en busca de líquido apto para el consumo.

A Rafah y Jan Yunis ha llegado un camión con agua de grifo que se ha distribuido entre los gazatíes, aunque de forma limitada, solo 20 litros por familia, con lo que muchos están recurriendo a hervirla para matar posibles bacterias.