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Aragonès defiende en el Senado la amnistía; el PP, en tromba contra el bloque plurinacional

El president de Catalunya ha acusado a las derechas de practicar un «anticatalanismo para desgastar al adversario» y reclamado un referéndum para solucionar el conflicto. Desde el atril, Ayuso, Moreno Bonilla y todos los barones han fustigado al PSOE y sus aliados.

Pere Aragonès, en la cámara española. (Pierre-Philippe Marcou | AFP)

Ante los presidentes autonómicos del PP y con las ausencias de Iñigo Urkullu y de sus homólogos socialistas (María Chivite incluida), el president de la Generalitat catalana, Pere Aragonès ha hecho este jueves una enfática defensa en el Senado de la amnistía, que considera «imprescindible», y de un «referendum de autodeterminación, como culminación de la solución del conflicto político».

Un cuarto de hora más tarde de lo previsto, y en primer lugar debido a que no estaba presente Urkullu (el orden de los comparecientes es según la aprobación de los estatutos de autonomía), el líder de Esquerra Republicana ha hablado durante diez minutos con contundencia. El discurso ha sido todo lo largo que lo permitía el reglamento de la comisión de Comunidades Autónomas, la convocante.

«He venido a defender a Catalunya, la de todos y todas, la que independientemente de lo que piensen los ciudadanos, quieren vivir con libertad y justicia», ha comenzado, para arremeter luego contra las derechas, a las que acusa de «usar Catalunya para batallas partidistas» y de exaltar «el anticatalanismo para desgastar al adversario».

También ha recalcado «el déficit anual de 22.000 millones de euros» que tiene a su entender el Estado con el Govern y que ese dinero afecta a la competitividad y servicios sociales. «Esos recursos que los catalanes pagamos en impuestos pero que no tenemos capacidad de disponer de ellos podríamos destinarlos a escuelas, infraestructuras, cultura y seguridad, mejorar el mal servicio del Rodalies [tren de cercanías] que sufren todos los catalanes, voten a quien voten, hablen la lengua que hablen».

Aragonès ha considerado que la amnistía «es un paso imprescindible» a la vez que «un inicio» para una hoja de ruta de cara a la solución del conflicto territorial, un «reconocimiento de un conflicto político que se resolverá cuando la ciudadanía vote». Y sobre la eventual consulta popular ha añadido: «Lo queremos hacer de forma acordada, con participación de todos, de forma reconocida. Un referéndum como el que se hizo en Escocia».

Aragonès: «Dicen que la amnistía es un golpe de Estado pero olvidan que hay una vigente, de 1977, que impide investigar los crímenes de sangre de la dictadura»

 

Con respecto a la amnistía que el PSOE está negociando con ERC y Junts, la ha defendido con vehemencia: «Dicen que la amnistía es un golpe de Estado pero olvidan que hay una vigente, la de 1977, que impide investigar los crímenes de sangre de la dictadura».

El president ha fustigado a los barones presentes, con un discurso íntegramente en catalán, al decirles: «A ustedes no les interesa Catalunya; si les interesara, la escucharían, y no buscarían impedir que se hable su lengua en las Cortes o en la Unión Europea».

«A pesar de lo que hacen, de la utilización partidista de Catalunya por parte del PP, que incluye la represión, o la junta de firmas contra el Estatut, a pesar de todo eso, Catalunya mira hacia adelante. Queremos dejar atrás el conflicto y tenemos todas las herramientas. Queremos vivir en libertad y fraternidad, procuramos mirar hacia adelante», ha concluido y se ha marchando raudamente del suntuoso Salón Antiguo de Plenos del Senado.

Junto a Aragonès también se han ido del pleno los senadores de Esquerra Republicana, que han dado los pocos aplausos que se escucharon durante su intervención. Este miércoles, la portavoz del Govern había anunciado que el president no iba a escuchar al resto de sus pares autonómicos por cuestiones de agenda, algo que despertó el malestar en el PP.

De hecho, en las pocas declaraciones antes de la sesión, tanto el andaluz Juan Manuel Moreno Bonilla como el aragonés Jorge Azcón y el murciano Fernando López Miras ha criticado que su homólogo catalán no se quede en el recinto para escuchar al resto. «No me parece un gesto de cortesía parlamentaria», ha señalado el líder de la Junta de Andalucía.

El PP aprovecha el foco

Los barones regionales del PP (son 11 las autonomías que gobiernan y Ceuta) y sus senadores han hecho lo que venían encomendados a hacer: fustigar la amnistía y sacar provecho del escaparate mediático que representaba el Senado (ante un Congreso inactivo) para desgastar al bloque plurinacional y denostar las alianzas y sus negociaciones en proceso, entre lo que también ha tenido mucha mención el rechazo al perdón a la deuda catalana con el Estado.

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha afirmado que «no cabe suprimir las líneas rojas que todos» estuvieron «de acuerdo en no romper» y ha enviado un dardo por elevación a su par castellanomanchego, García-Page, al ironizar: «Agradezco la presencia de Aragonès ante sonoras ausencias. Algunos hablan mucho en otros lugares pero aquí no».

La madrileña Isabel Díaz Ayuso también ha apuntado a eso: «¿Donde está García Page? Estoy segura de que sus ciudadanos querían que estuviese y sospecho que una parte de él, también». Además avizora que el pacto al que eventualmente llegue el bloque plurinacional no servirá de nada porque es «intentar contentar a los que no se van a contentar nunca, porque nunca pararán, viven del agravio y de la mentira».

Ayuso llegó a las 13.30, tras el pleno de control en la Asamblea regional y fue la más combativa contra Sánchez: «El PSOE en la transición renunció al marxismo y ahora renuncia a España», ha señalado, para añadir que el presidente del Gobierno en funciones queda «en ridículo» por decidir hacer lo que le piden «quienes tienen solo el 1,6% de los votos».

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, en ton más conciliador que sus pares, se ha congratulado de que Catalunya «participe en foros multilaterales» porque es «una parte fundamental y prioritaria de España», aunque asevera que la posible amnistía es «un retroceso en la calidad democrática y en la igualdad entre los españoles». «Condenar la deuda sería premiar la mala gestión», ha advertido.

La mandataria extremeña, María Guardiola, quien se hizo famosa en el resto del Estado por su resistencia a pactar con Vox por su extremismo pero por pedido de Génova acabó cediendo para ser investida, ha dejado a un lado su moderación y asegurado que Sánchez «aspira a presidir un país sobre sus cenizas y hacer una España de primera y otra de segunda». También ha dicho que todos los ciudadanos están padeciendo «un poder peterpanista (sic)», ante lo que ella promete rebelarse.

La respuesta por parte del PSOE ha venido de la mano del senador Juan Espadas, exalcalde de Sevilla, quien ha acusado al PP de dañar la «credibilidad de las instituciones» y convertir la sesión en un «paseillo en el que cada uno ha contado el argumentario a su manera». Y se ha permitido el sarcasmo: «Por cierto, son privilegiados en el dominio de los idiomas, no veo a ninguno usar pinganillo, espero que se hayan enterado de algo».

«Menos confrontación y menos dinero en propaganda institucional», ha reclamado Espadas, para recalcar: «No es tiempo de una grande y libre, sino de construir convivencia».

La posición vasca

Tras el receso, el pleno ha vuelto al ruedo y la primer representante de Euskal Herria en hablar ha sido la senadora autonómica navarra Uxue Barkos (Geroa Bai), quien mitad en euskara y mitad en castellano ha defendido la amnistía y marcado la contradicción de que los presidentes autonómicos se quejaran por la ausencia de Aragonès pero ninguno se quedara a escuchar a los senadores. «Todos los presidentes del PP han desaparecido justo cuando es el momento de escuchar a los demás», ha lamentado.

«Desde Geroa Bai decimos que la convocatoria de esta comisión es un exceso. La mayoría legislativa del PP ha derivado en un abuso, en utilizar la realidad institucional en beneficio particular», ha considerado y llamado a «abordar democráticamente un objetivo diferente al estado actual, acordarlo en el seno que marcan las normas, que son mucho más amplias de lo que aquí han querido marcarlo».

Por su parte, la senadora María Dolores Etxano (PNV) ha afirmado que su formación es «crítica con la comisión» y que comparecía «solo por respeto institucional». «El PP instrumentaliza su interés particular con un orden del día no muy concreto», ha censurado, y recordado que al PNV «lo van a encontrar en los acuerdos que ayuden a desjudicializar el conflicto catalán: la amnistía aporta soluciones y es una vía que no prohíbe la Constitución».

Mario Zubiaga ha destacado el «discurso de Estado» de Aragonès, que se ha reunido con EH Bildu antes de la sesión

Por EH Bildu quien ha comparecido ha sido el senador Mario Zubiaga. Ha cuestionado la utilización del Senado por parte del PP: «La característica de esta sesión no es institucional, es un acto de partido, aquí se trata de cumplir los objetivos de ese partido en particular. No tiene influencia ni consecuencia ni impacto y yo desde aquí quiero dar las gracias especialmente al señor Aragonès por haber asistido, ha hecho un discurso de Estado».

También ha ironizado con el concepto de «igualdad para las derechas, que no dudan en socavar la igualdad económica con políticas que amplían la brecha de renta» y ha apuntado a una «estrategia más perversa que es el síndrome narcisista de hacer quedar a los principales responsables de la desigualdad como las víctimas de la igualdad». Las «verdaderas víctimas», ha considerado, son «los proyectos nacionales de Euskal Herria, Catalunya y Galicia que no pueden competir en igualdad de condiciones con el proyecto español», ha concluido, y ha llamado a no desaprovechar «la magnífica oportunidad» que se abre para «repensar» el Estado.

Encuentro de trabajo con EH Bildu

Antes de la sesión, Aragonès se ha reunido con una representación de EH Bildu en la que estaban sus dos portavoces en Congreso y Senado, Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta. Según ha explicado la fuerza abertzale, se ha tratado de una sesión «de trabajo» con los objetivos de «analizar la situación política» y valorar «perspectivas de futuro».

La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, y el portavoz en el Senado, Gorka Elejabarrieta, han mantenido una reunión de trabajo con el president de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragones, para analizar la situación política y departir sobre las perspectivas de futuro.