Orkestra urge a asegurar la aceptación social de las nuevas infraestructuras energéticas
Orkestra cree que la economía vasca presenta «un buen punto de partida» para abordar la transición sostenible pero advierte de que será un proceso «sumamente complejo» que tiene «riesgos» e implicará «costes sociales y sacrificios» porque hay que afrontar «dilemas y decisiones impopulares».
El Instituto Vasco de la Competitividad, Orkestra, de la Universidad de Deusto, ha instado a trabajar el apoyo y la aceptación social a las necesarias infraestructuras energéticas para una transición sostenible exitosa que, ha avisado, implica afrontar «decisiones impopulares desde ya mismo».
La competitividad medioambiental sostenible centra el ‘Informe de Competitividad del País Vasco 2023’, presentado este viernes en Bilbo por los investigadores de Orkestra que lo han elaborado y que han destacado que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa parten de una situación económica positiva para afrontar la transición sostenible, aunque han advertido de que el proceso implicará «sacrificios y costes sociales».
Según el investigador Jorge Fernández, la transición sostenible es «una gran oportunidad para el País Vasco», pero presenta «dilemas» y «hay que tomar decisiones desde ya mismo».
En algunos casos no serán populares, pero «hay que actuar con una visión estratégica a medio y largo plazo» –en ámbitos como la transformación de la industria, la transformación de la movilidad o la descarbonización del sector residencial– para la consecución de resultados positivos, ha defendido.
Los autores del informe han puesto de manifiesto que se va a tener que hacer «un alto volumen de inversiones» en un proceso que hay que afrontarlo «con más información y más conocimiento», «alineando a todas las patas de la economía» y también involucrando a la ciudadanía.
Sin «recetas concretas»
El informe no plantea «recetas concretas», al considerar sus promotores que cada territorio, con sus características, debe diseñar su propia hoja de ruta.
Evidencia, sin embargo, la necesidad de trabajar para asegurar la aceptación de la población en relación al desarrollo de las infraestructuras energéticas, de transporte y telecomunicaciones necesarias para acometer el proceso (por ejemplo, infraestructuras de residuos o parques eólicos).
El disponer de unas infraestructuras adecuadas es una de las seis «palancas» identificadas en el informe para que la CAV haga su transición hacia una competitividad sostenible.
Igualmente y pese a los avances realizados en materia de energías limpias y protección medioambiental, Orkestra considera que se deben aumentar los recursos energéticos renovables, lograr un suministro estable y sostenible de materias primas y conseguir una adecuada gestión de los recursos hídricos.
Asimismo, ve «clave» la financiación del proceso y aboga por fortalecer y orientar el sistema financiero para apoyar una política energético-ambiental que facilite la descarbonización de las empresas vascas y la inversión en infraestructuras e I+D.
Una cuarta «palanca» está relacionada con el capital humano. Según los investigadores, la transición sostenible provocará la desaparición de ciertos puestos de trabajo y la aparición de otros nuevos, por lo que abogan por mecanismos de formación continua para actualizar las capacidades de los trabajadores de sectores afectados negativamente y por la formación de nuevos perfiles dirigidos a «empleos verdes».
Ocupaciones con alto potencial
En el informe se identifican 26 ocupaciones con alto potencial «verde», relacionadas con formación en distintas ingenierías, biología o prevención de riesgos laborales y salud ambiental, entre otras, que en conjunto ocuparon a un 9,2% de la población de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en 2022, según sus autores.
La «palanca» del «conocimiento» también es destacada por Orkestra, que ve que la CAV cuenta con gran potencial en relación al gasto y la financiación de I+D, la excelencia científica y el desempeño de patentes relacionadas con la sostenibilidad y aboga por reforzar los esfuerzos en este campo.
Por último, Orkestra valora la amplia experiencia de colaboración entre agentes de ámbito privado y público y anima a seguir innovando desde la cooperación.
Aunque su informe señala la evolución positiva de la economía vasca como buen punto de partida para abordar la transición sostenible, pone de manifiesto «el reto de la innovación» que tienen las pymes.