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Arnaldo Otegi
Coordinador general de EH Bildu

«Suena serio, pero creo que estamos tocando el nervio del régimen del 78»

Su trayectora militante y su experiencia negociadora lo convierten en un interlocutor clave para afrontar los debates sobre la plurinacionalidad y el reconocimiento nacional. No cae en triunfalismos, se muestra optimista y demanda responsabilidad. Cree de veras que es un momento histórico único.

Arnaldo Otegi, en la entrevista a GARA. (Jagoba Manterola | Foku)

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¿Qué cabe esperar de esta legislatura?

De momento, hemos cumplido el mandato democrático vasco. Por encima de si la gente en Euskal Herria votó a EH Bildu, al PNV, al PSE-PSN o a Sumar, la gente votó que los neofalangistas, que los neofranquistas no accedieran al Gobierno.

Creemos que esta es una segunda ventana de oportunidad para lo que ya apuntamos en la anterior legislatura: tratar de que se produzcan avances en los derechos nacionales y sociales. Tiene que haber una cierta decantación en términos estratégicos de lo que es este bloque de investidura. Para eso la plurinacionalidad tiene que estar en el debate político, junto con la consolidación de los derechos sociales. Ese es el compromiso y así lo explicitó el jueves Sánchez.

¿Esa conciencia del momento histórico es compartida?

Existe una dinámica estructural en el planeta en la que el autoritarismo se está abriendo paso en calles e instituciones. Ahí están Milei, Meloni, Trump, Orban… Leer ese momento histórico a pequeña nos parece un error de visión política absoluto. La contradicción principal en esta fase histórica es impedir que el autoritarismo alcance gobiernos.

«No quiero generar falsas expectativas, pero cuando se abre un debate que no se ha abierto nunca en el Estado español, en las condiciones actuales, necesitamos ser muy prudentes pero muy exigentes»

En Euskal Herria el problema nacional y el de la democracia es la parte sustancial de esa contradicción principal. Es lo que está generando esa ola reaccionaria en el Estado. Frente a eso, hay partidos que creen que seguimos instalados en la época anterior. Estamos en otro mundo y en otra fase.

¿Es el fin del régimen del 78?

Yo no me atrevería a decir que el régimen del 78 está finiquitado, porque no es así. Aún tiene poderosos instrumentos para mantenerse. Pero sí estoy convencido de que las grietas de ese régimen son cada vez mayores. Todo el mundo lo ve.

Soy prudente porque siento el momento histórico en toda su trascendencia. Igual esto queda como muy serio, pero creo que estamos tocando el nervio del régimen del 78. Y eso explica lo que está pasando en las calles de Madrid.

Hay que empezar a hacer un camino con mucha prudencia, mucha serenidad, mucho respeto y mucha ambición. Entramos en esa fase.

Como experto negociador, ¿qué hace falta ahora?

Abrir definitivamente un debate así se debe hacer con ambición, con serenidad y sin crispación, entendiendo los límites de todo el mundo. Las emociones juegan un papel fundamental. Llevamos muchos años esperando que se abra el debate de la plurinacionalidad y del reconocimiento nacional. Esto exige una obra de orfebrería política, exige poca superficialidad y mucha solidez. Todo ello es exigible a los que tenemos responsabilidades: más solidez y menos frivolidad .

Si los poderes del Estado no cumplen su palabra nunca, ¿por qué hay que pensar que ahora lo harán?

Tenemos la tendencia a medir las actitudes del Estado en términos clásicos, pero pienso que las cosas han cambiado y que ahora se van a abordar debates que hace 15, 20 años eran imposibles. Además, si el Estado quiere estabilidad no tiene otra opción que abordar los problemas nacionales con carácter estratégico y democrático. Ellos lo explicarán de otra manera, pero si todos hablamos de debatir el modelo territorial, probablemente nosotros, el PSOE y Sumar no digamos las mismas palabras, pero le aseguro que hablamos de lo mismo: que España es un Estado plurinacional y que Euskal Herria, Catalunya y Galiza son naciones.

Que se abra el debate no significa que consigamos todos nuestros objetivos, claro. No quiero generar falsas expectativas, pero lo que le digo a la gente es que cuando se abre un debate de esta naturaleza, que no se ha abierto nunca en el Estado español, en las condiciones actuales, necesitamos ser muy prudentes pero muy exigentes. Además necesitamos una sociedad activada para plantear las demandas de nuestro país. Esto va a ser un ejercicio colectivo en el que todos y todas tenemos que autoimponernos un margen de responsabilidad y de ambición con el momento histórico. En este sentido, yo soy optimista.

¿Qué le diría a los que les acusan de investir a Sánchez «gratis et amore»?

Esto es un clásico . Para empezar, pienso que si la ultraderecha no gobierna eso ya tiene beneficios enormes para los trabajadores, las mujeres, para los y las jóvenes y, en general, para nuestro país.  El mandato fue claro y lo cumplimos.

Por otro lado, basta un simple ejercicio de balance de la primera legislatura en términos de paz y convivencia, transferencias, inversiones… No digo que haya sido solo gracias a nosotros, pero la gente ha comprobado nuestro trabajo. Ha habido otros que han estado 40 años y también se puede hacer balance. Que cada cual saque sus conclusiones.

¿Traerán las alianzas en Madrid cambios a Euskal Herria, por ejemplo en Iruñea?

Espero que sí, pero no será porque alguien le deba algo a EH Bildu. El problema no es que EH Bildu no tenga la alcaldía, el problema es que la ciudadanía de Iruñea ha votado por el bloque progresista y tiene una alcaldesa que representa a una minoría retrógrada. Si el bloque progresista es capaz de articular ese mandato, que Joseba Asiron sea alcalde beneficiará a la mayoría, frente a los intereses de la minoría que hoy gobierna.

A la luz de la investidura en Madrid, ¿por qué en la CAV las cosas son tan diferentes, por ejemplo en Gipuzkoa?

Es curioso, porque la política de alianzas en Nafarroa Garaia es totalmente diferente, y pasa lo mismo en Madrid. La pregunta es, ¿por qué no pasa en estos tres territorios? Desde mi punto de vista, porque hay gobiernos de salvación laboral para la supervivencia de determinadas estructuras. Si no, alguien debería explicar cómo alguien que se dice abertzale o progresista es capaz de arrebatarle a Maddalen Iriarte la Diputación con los votos de esos que vemos rodeando la sede de Ferraz.

«No planteamos alianzas con el PSOE para quitar al PNV o viceversa. No. Queremos abrir las alianzas para hacer otras políticas públicas en el país»

Maddalen Iriarte hizo una propuesta al respecto. Ella decía, ¿por qué opera un bloque muy amplio en Nafarroa Garaia o en Madrid, y no puede operar ese bloque en Gipuzkoa? ¿Por qué ese pacto de hierro de PNV y PSOE? ¿Por qué no hacemos un marco sobre programas? En definitiva podemos ampliar el marco de la gobernabilidad a todo el bloque progresista. Eso no se da en los tres territorios porque  hay gente que piensa en esquemas del siglo anterior. Pero esto empieza a hacer aguas.

El otro día Jesús Egiguren daba una entrevista muy buena a Euskadi Irratia en la que decía que, a este ritmo, Pedro Sánchez será más vasquista que el PSE. Y tenemos a un PNV entregado en determinadas áreas al PSE, por ejemplo con los modelos lingüísticos en la ley de Educación.

Me da la impresión de que hay gente que habla a públicos que ya no existen. Por ejemplo, cuando el señor Andueza habla sobre modelos lingüísticos le habla a un país inexistente. En la CAV el 98% matricula a sus hijos en el modelo D. Y me da la impresión de la política de alianzas está anclada en un modelo agotado, que se ve en Osakidetza, en la cuestión energética y ecológica, en los servicios públicos.

Les acusan de catastrofismo

Creo que hay una profunda decepción por parte de la ciudadanía que comprueba a diario que tiene problemas para coger una cita en Osakidetza, problemas en el transporte, problemas en la vivienda, problemas con su Policía… No es conspiración ni alarmismo, eso está ocurriendo. Por eso es trascendental que en el Estado entiendan que debatir sobre plurinacionalidad y respetar a las naciones es también respetar su ámbito socioeconómico, su capacidad de tener instrumentos para hacer frente a los problemas de la gente.

Lo que deberían entender algunos en casa es que hay problemas evidentes, algunos graves, y hay que encararlos, desde otro punto de vista. Ahí es donde EH Bildu aporta frescura, una manera diferente de hacer las cosas,  de entender la política y el compromiso. Queremos abrir las ventanas, y eso lo entiende todo el mundo, porque ya huele.

«No es conspiración ni alarmismo. [En la CAV] Hay problemas evidentes, algunos graves, y hay que encararlos desde otro punto de vista. Queremos abrir las ventanas, y eso lo entiende todo el mundo, porque ya huele»

Estoy convencido de que más temprano que tarde cambiarán las políticas de alianzas. Cuando digo esto el PNV dice, «claro, lo que queréis es quitarnos a nosotros para poneros vosotros». No. Error. Nosotros no planteamos alianzas con el PSOE para quitar al PNV o viceversa. No. Queremos abrir las alianzas para hacer otras políticas públicas en el país. ¿Con quién? Con todos los que quieran recorrer una parte del camino con nosotros y nosotras. De todo el espectro político del bloque progresista. Esta es nuestra posición.

¿Va a ser candidato a lehendakari de la CAV?

Todavía no está decidido.

¿Cómo y cuándo se decide?

Pronto. De momento, hemos pensado adelantar el congreso de EH Bildu y me presentaré para seguir siendo coordinador general. 

En mi trayectoria política, con mis aciertos y con mis muchos errores, siempre he primado el compromiso con mi país. Ya he hablado del momento histórico trascendente que desde mi punto de vista estamos viviendo. No puedo demandar responsabilidad al resto y no ejercerla yo.

Entonces, cualquier decisión que yo adopte será siguiendo la lógica de toda mi vida militante. Lo cual también tiene sus cargas y sus costes, a nivel personal y familiar. Pero considero que el momento lo exige.

A la hora de decidir mi función en esta fase, pienso que el país es más que tres territorios, son siete territorios. Entiendo que el ámbito de las instituciones es un ámbito muy importante en la estrategia actual. E insisto en que el momento histórico exige estar a la altura. Y que EH Bildu genera cuadros excelentes para todos esos compromisos. En esto también soy optimista.