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Israel intensifica sus ataques tras el fracaso del Consejo de Seguridad

Israel intensifica sus ataques contra los palestinos en Gaza tras el fracaso del Consejo de Seguridad y el aval a su impunidad dado por EEUU con su veto, mientras se elevaban las voces contra la «complicidad» de Washington. Antony Blinken aprobó una nueva ayuda militar al régimen sionista.

Palestinos permanecen junto a los cuerpos amortajados de familiares muertos a manos israelíes en Jan Yunis. (Said KHATIB | FRANCE PRESSE)

Las fuerzas israelíes han intensificado sus ataques contra Gaza, después de que EEUU bloqueara en el Consejo de Seguridad de la ONU la iniciativa para pedir una tregua humanitaria tras más de dos meses de brutal y devastadora ofensiva militar contra el pueblo palestino en un enclave al borde del colapso.

Hamas y la Autoridad Palestina (ANP), que gobiernan en Gaza y Cisjordania, respectivamente, condenaron el veto de EEUU, principal aliado de Israel, pero a ellos se sumaron innumerables voces que no dudaron en hablar de «complicidad» de Washington en las masacres que está cometiendo el régimen sionista.

El movimiento de resistencia islamista calificó el veto de «inmoral e inhumano», y dijo que constituye «una participación directa» en las matanzas. El presidente de la ANP, Mahmud Abbas, acusó a EEUU de ser «cómplice del genocidio» al ser «responsable del derramamiento de sangre de niños, mujeres y ancianos palestinos en Gaza a manos de las fuerzas de ocupación israelíes», mientras que su primer ministro, Mohamed Shtayyeh, dijo que «entrega otro cheque en blanco a la ocupación para masacrar, destruir y desplazar» a los palestinos.

Irán advirtió de que el veto de EEUU expone a Oriente Medio al riesgo de una «explosión incontrolable».

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el Consejo de Seguridad se ha convertido en el «Consejo de Protección de Israel», por lo que pidió su reforma, y aseguró que con EEUU no es posible un mundo justo.

Ministros de Exteriores de Qatar, Arabia Saudí, Jordania, Egipto, Palestina y Turquía pidieron en persona al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, que presione a Israel para que acepte una tregua. Como respuesta, además de reiterar a la Liga Árabe su compromiso con la ayuda humanitaria para los palestinos de Gaza, Blinken aprobó de forma preliminar la venta a Israel de cartuchos explosivos antitanque M830A1 de calibre 120mm y equipo relacionado por valor de 106,5 millones de dólares.

Miembros permanentes del Consejo de Seguridad como China, Estado francés y Rusia afearon a EEUU su veto, reproches que también llegaron desde Médicos Sin Froneras (MSF), Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional (AI), que ven un «insulto» y un «desprecio» a la población palestina, «moralmente indefendible», al tiempo que consideraron que Washington se arriesga a contribuir a los crímenes de guerra de Israel.

El secretario general de la ONU, António Guterres, invocó el miércoles el artículo 92 de la Carta de Naciones Unidas para forzar una tregua. El viernes afirmó que la población de Gaza está cerca de un «abismo» y ayer resaltó que el derecho internacional humanitario «no se puede aplicar de forma selectiva».

Israel volvió a acusarle de partidismo y de ponerse del lado de Hamas e insistió en que seguirá con su ofensiva sobre la Franja.

Desde el inicio de la ofensiva contra Gaza, Israel ha matado a más de 17.700 personas en la Franja, 7.800 de ellas menores de edad, y varios miles más están desaparecidas. Al menos 48.780 han sido heridas en el enclave, donde el 80% de las viviendas han quedado arrasadas. En las últimas horas, las fuerzas israelíes mataron a 210 palestinos.

Borradas del mapa

El ministro de Obras Públicas y Vivienda de la ANP, Mohammed Ziara, aseguró ayer que más del 25% de las zonas urbanas de Gaza han sido completamente borradas del mapa por los bombardeos israelíes.

Más de un cuarto de millón de viviendas han quedado destruidas parcial o totalmente y también el 30% de las infraestructuras, entre las que se encuentran carreteras, tuberías de agua, alcantarillado, líneas eléctricas y de comunicaciones, indicó Ziara.

Señaló que no hay combustible para hacer funcionar la maquinaria pesada necesaria para retirar los escombros de todo el mobiliario urbano destruido, bajo los que siguen miles de civiles, la mayoría niños, mujeres y ancianos.

Abusos y malos tratos

Dos días después de la polémica suscitada por las imágenes que mostraban a soldados israelíes arrestando y dejando semidesnudos y esposados a palestinos de Gaza, varios hombres liberados tras ser detenidos denunciaron abusos, malos tratos y violencia.

«Daban palizas a los mayores, a nosotros los menores no, pero cuando pedíamos agua, nos decían que no había, y si queríamos ir al baño, no nos lo permitían», explicó un joven al llegar al hospital Mártires de Al-Aqsa en Gaza, donde algunos hombres mostraron sus moratones, que achacaron a las agresiones de los soldados. «Nos arrestaron, nos cubrieron los ojos y nos pusieron las cabezas en el suelo, no sabemos donde estuvimos, cuando preguntábamos donde estábamos nos gritaban que callásemos», relató.

«Hacinamiento extremo» en Rafah

La zona de Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza y próxima a la frontera con Egipto, está recibiendo decenas de miles de desplazados de Jan Yunis y otras áreas más al norte desde el fin de la tregua y su nivel de hacinamiento es cada vez mayor, advirtieron ayer la ONU y MSF.

Muchos desplazados se hallan en tiendas de campaña, en terrenos vacíos, cerca y dentro de hospitales, y en alojamientos improvisados en el campus de la Universidad Al-Quds y en un edificio en obras para el futuro Hospital Qatarí, indicó en su informe la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.

Miles de personas tienen que hacer cola durante horas para recibir ayuda en forma de alimentos, agua y otros bienes básicos, mientras que más al norte de Rafah la distribución de asistencia humanitaria se ha detenido por los ataques y las restricciones de movimiento.

El documento subraya que muchos de los 1,9 millones de desplazados han tenido que cambiar desde octubre dos o hasta tres veces de alojamiento, a medida que los bombardeos se han ido extendiendo hacia el sur. Y denuncia los primeros ataques a instalaciones sanitarias en Jan Yunis, como ocurrió en la ciudad de Gaza y otras localidades de la mitad norte, siempre con el argumento que eran usados como refugio por Hamas.

MSF avisó de que ya no queda sitio en la ciudad para acoger a nuevos desplazados forzados por los bombardeos -«su densidad de población es impresionante»- y añadió que los hospitales más próximos están sobrecargados. Describió la situación como de superpoblación absoluta.