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La COP28 apalabra «el principio del fin» para los combustibles fósiles

La Cumbre del Clima de las Naciones Unidas salvó un «match ball», no tanto para el planeta como para su propia credibilidad como foro global, con un documento que sí incluye una mención a la desaparición transicionada de los combustibles fósiles. Más que el borrador del lunes, pero apenas un paso.

Decenas de personas reclaman el fin de los combustibles fósiles durante la celebración de la COP28. (Guiseppe CACACE | AFP)

 Aunque el presidente de la COP28, Sultán al Jaber, advirtió, no sin razón, de que «un acuerdo es tan bueno como su implementación», y que será el tiempo quien confirme o refute el carácter «histórico» que le atribuyó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo cierto es que el documento aprobado por unanimidad en el tiempo de descuento de la cumbre del clima va más allá de lo que se podía esperar tras conocerse el contenido del primer borrador.

Eso no es garantía de nada, vistos los precedentes, pero permite a los asistentes cerrar la cita con un sabor de boca y unas expectativas diferentes a los de las cumbres anteriores.

UNA «TRANSICIÓN ORDENADA»

El texto de la declaración final de la COP28, rehecho tras las críticas recibidas por la versión remitida el lunes a las delegaciones, fue publicado a primera hora por la Presidencia de la conferencia de Emiratos Arabes Unidos y adoptado en el plenario pocas horas después. El documento, de 21 páginas, insta a los países a abandonar los combustibles fósiles en sus sistemas energéticos.

En concreto, los firmantes acuerdan acometer una «tran- sición para abandonar todos los combustibles fósiles», un proceso que deberá llevarse a cabo «de manera ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, con el fin de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, de acuerdo con la ciencia».

Aunque el ritmo y las vías para lograr la transición diferirá en función del nivel de desarrollo de cada país, «todos los esfuerzos deben ser coherentes con lograr el objetivo global de ser cero neto emisiones en 2050 y preservar el objetivo de 1,5 grados», indicó el secretario general de la ONU, António Guterres. «A aquellos que se opusieron a una referencia clara a una eliminación gradual de los combustibles fósiles en el texto de la COP28, quiero decirles que, les guste o no, es inevitable. Esperemos que no llegue demasiado tarde», apostilló el político luso.

Abrir una senda de abandono de estos tipos de energía era la prioridad en esta cumbre para la Unión Europea y otras economías industrializadas, así como para países muy vulnerables al cambio climático, como los insulares y muchos estados en desarrollo. «Es el principio del fin» para los combustibles fósiles, celebró el director de ONU Cambio Climático, Simon Stiell, quien tomó la palabra antes de que intervinieran las delegaciones. A su juicio, las iniciativas anunciadas en Dubai «son un salvavidas para la acción climática, no una línea de meta» y ahora «todos los gobiernos y empresas deben convertir estos compromisos en resultados de economía real, sin demora».

En parecidos términos se expresaron el comisario europeo de acción climática, Wopke Hoekstra, y la ministra de Transición Ecológica española, Teresa Ribera, en representación de la Presidencia del Consejo de la Unión Europea, para quien «no está todo hecho, pero hemos dado un paso muy importante adelante».

Los máximos representantes de EEUU y Reino Unido, John Kerry y Graham Stuart, respectivamente, hicieron igualmente una valoración positiva, que fue sin embargo mucho más matizada en el caso de los países insulares. «No se ha logrado la corrección de rumbo necesaria», lamentó un representante de Samoa, mientras que Madeleine Diouf Sarr, presidenta del Grupo de Países Menos Desarrollados, si bien concedió que el texto va por buen camino, al incluir la primera referencia a los combustibles fósiles, dijo que «nos preocupan las lagunas que deja, que podrían limitar las verdaderas reducciones de emisiones y la ambición».

TRIPLICAR LA CAPACIDAD DE LAS RENOVABLES

El documento también incluye el objetivo de triplicar la capacidad de las energías renovables de aquí a 2030 y duplicar el ritmo de eficiencia energética en ese mismo periodo, así como acelerar los esfuerzos para reducir progresivamente el uso «incesante» de la energía de carbón y dirigirse a sistemas energéticos con emisiones netas cero. Asimismo, reclama reducir sustancialmente las emisiones distintas del dióxido de carbono a nivel mundial, incluidas las de metano, para 2030; eliminar gradualmente los subsidios ineficientes a combustibles fósiles; y acelerar la reducción de emisiones del transporte por carretera.

Entre las sombras del pacto está que da entrada al «principio de neutralidad tecnológica» reclamado por petroleras y países productores de crudo y gas, que llevan años pidiendo que se les deje competir con la electrificación mediante el desarrollo de combustibles fósiles de bajas o cero emisiones.

La COP28 también proporciona avances en relación a los objetivos de adaptación y financiación, incluida la puesta en funcionamiento del Fondo de Pérdidas y Daños, aunque Guterres lamentó que los compromisos financieros son, en todo caso, «muy limitados».

Hay, además, una orientación clara en relación a la próxima ronda de planes de acción climática para 2025, que todos los gobiernos deben comenzar a preparar. «Estoy movilizando a todo el sistema de las Naciones Unidas para ayudar en esos esfuerzos», aseguró el secretario general de la ONU, e insistió: «El mundo no puede permitirse retrasos».