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Apenas nombrada ministra de Cultura, Rachida Dati se postula a la Alcaldía de París

Rachida Dati ha hecho honor a la polémica generada por su nombramiento como ministra de Cultura al anunciar, apenas una semana después de ser fichada por el nuevo primer ministro francés, Gabriel Attal, que buscará la Alcaldía de París en las elecciones municipales de 2026.

Rachida Dati, ministra de Cultura francesa. (Ludovic MARIN | AFP)

«Que lleve tanta paz como deja» vino a expresar la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo, al ser preguntada por el nombramiento de su «azote» en el consistorio capitalino, Rachida Dati, como nueva ministra de Cultura.

No ha pasado ni una semana desde que recibiera la llamada de Gabriel Attal y ya ha desvelado el motivo real para desafiar a la debilitada dirección de Les Républicains (LR) de que aceptara una promoción política que pondrá al servicio de su ambición principal: reconquistar para la derecha la Alcaldía de París.

Por más que, al igual que a su mentor político, el ya condenado Nicolas Sarkozy, le persigan las causas judiciales, Dati no oculta su intención de valerse de su entrada en el Gobierno como trampolín para dar la batalla de París en 2026.

Puede parecer precipitado, pero lo que no es realista es pensar que Dati ha dado el paso sin consultar al expresidente y amigo del actual inquilino del Elíseo.

Dati lanza su candidatura horas después de que, en una emisión televisiva a su medida, Emmanuel Macron desgranara los objetivos del nuevo Ejecutivo, al que exigió determinación en el trabajo, pero sobre todo audacia.

Frente a una audiencia de 8,5 millones de telespectadores, Macron apostó por acelerar en sus reformas para atajar los problemas que alimentan el ascenso de «los extremos», entre los que citó el desempleo, la desindustrialización y la «inmigración ilegal».

En la primera comparecencia tras la remodelación del Gobierno, con varias figuras conservadoras vinculadas a Nicolas Sarkozy, como ya la citada polémica ministra de Cultura, el presidente galo asumió algunos de los temas defendidos en el país por la derecha tradicional.

Es el caso del retorno de la disciplina a las escuelas, que se traducirá en un posible retorno del uniforme, o en la obligación de aprender y entonar en las aulas ‘La Marsellesa’, una medida ya ensayada por Sarkozy.

También apostó por restablecer la seguridad en las calles, con una mayor presencia policial y «un combate sin cuartel contra el tráfico de drogas», otro de los temas más abordados por la extrema derecha a la que los sondeos dan favorita para los comicios europeos.