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Pena de muerte por nitrógeno: EEUU da un paso adelante en la crueldad para ejecutar personas

Los comités de ética veterinarios prohíben matar a los animales con nitrógeno, con la sola excepción de cerdos previamente sedados. EEUU usará esta técnica por primera vez con un humano este miércoles (jueves en Euskal Herria). Kenneth Smith, el condenado, ha hablado con la BBC y ‘The Guardian’. 

Kenneth Smith, reo condenado a muerte. (Departamento de Prisiones de Alabama)

«I'm not ready, bro», ha contado Kenneth Smith al periodista del diario británico ‘The Guardian’. «No estoy preparado, hermano». Lo van a ejecutar este jueves con un método nunca antes aplicado en un humano. Le colocarán una máscara hermética que le cubra boca y nariz y por la que respirará únicamente nitrógeno hasta que le llegue la muerte por falta de oxígeno. 

El método es brutal. No se admite ni para los animales. Los veterinarios solo admiten que se sacrifique así a los cerdos para investigación y únicamente tras una sedación previa. Mario Marazziti, cofundador de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, lo denunciaba este martes en una protesta en Roma: «El mundo no se puede permitir que se mate de una forma tan bárbara». 

No es la primera vez que «ejecutan» a Smith. Este martes ha sido trasladado a la «celda de la muerte» por segunda vez. Allá pasará sus últimas horas hasta que se le lleve a la «cámara de la muerte», el habitáculo en el que le ataron con correas a una camilla para someterle a la inyección letal en noviembre de 2022. 

Hace catorce meses, los verdugos no dieron con la vena y no lograron pincharle. La tortura duró cuatro horas, hasta que sus ejecutores desistieron. Ahora llega el segundo intento, por eso las autoridades de Alabama han previsto matarle como a un cerdo. 

Que falle la inyección letal no es tan infrecuente como pudiera parecer. Desde 2018, y solo en Alabama, no se ha logrado matar al reo en tres ocasiones. 

Aterrado tras 35 años preso

Smith está aterrado y ha hablado con los medios. Una llamada por teléfono de 15 minutos (la última que le concedieron las autoridades penitenciarias) con el citado medio británico y, a través de carta, con la televisión pública de Reino Unido, la BBC. 

A consecuencia de ese primer intento de ejecución fallido, el reo sufre de estrés postraumático. Toma numerosos psicofármacos recetados por el especialista que le diagnosticó para poder dormir. Se pasa las noches reviviendo aquello y «soñando que me llevan allí otra vez», según el relato que le ha hecho a ‘The Guardian’. 

«Tengo náuseas todo el tiempo. Me dan ataques de pánico con regularidad... Esto es solo una pequeña parte de con lo que he estado lidiando a diario. Tortura, básicamente», ha contado a la BBC.

Alabama, el Estado que aplicará este nuevo modo de ejecución, sostiene que Smith perderá la consciencia antes de morir. Los expertos no lo tienen para nada claro. «Lo que sabemos sobre el gas nitrógeno es que, en un primer estudio con voluntarios sanos, casi todos ellos tuvieron convulsiones generalizadas entre los 15 y los 20 primeros segundos de respiración», ha asegurado un anestesiólogo consultado por la televisión británica. 

Smith lleva 35 años preso. Confesó haber contratado a sicarios para que mataran a la mujer de un predicador en 1988, cuando tenía 20 años. En estas, sus últimas entrevistas, no ha negado el crimen. Tiene un nieto, de quien ya se despidió en su último intento de ejecución. 

Kay Ivey, gobernadora de Alabama desde 2017. (Max AFB/Wikipedia)
 

Jeff Hood, un reverendo que le ha asistido como apoyo religioso, será la persona que le acompañe dentro de esa cámara en la que será gaseado. «Estoy seguro de que Kenny no tiene miedo a morir, lo ha dejado muy claro, pero creo que tiene miedo a que lo torturen aún más en el proceso», ha explicado en la BBC. 

La única persona que puede detener la ejecución es la gobernadora de Alabama, Kay Ivey, del Partido Republicana, que ha mantenido sus diferencias con Donald Trump. Ivey, que va a cumplir 80 años, no hace declaraciones sobre este asunto.