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Kansas defiende título ante unos 49ers que sueñan con reverdecer la era Montana

La Super Bowl celebra este domingo en Las Vegas, pasada la medianoche (00.30), su edición número LVIII. El choque tiene aires de revancha, Kansas City Chiefs y San Francisco 49ers se vieron las caras en la final jugada en Miami hace cuatro años, con victoria de los primeros por 31 a 20.

Jerry Rice, tres veces campeón con San Francisco, muestra el trofeo Vince Lombardi que se entregará este domingo. (CANDICE WARD | AFP)

Dicen que todo es posible en Las Vegas, esa ciudad surgida en mitad del desierto, tierra prometida para los amantes de un tipo particular de ocio, el de las luces de neón, los casinos, las máquinas tragaperras y las bodas disfrazado de Elvis.

En su afán por ampliar la oferta tentaron hace unos años a los Raiders, una franquicia histórica de la NFL que entonces estaba en Oakland. El anzuelo era un nuevo campo, el Allegiant Stadium, el coliseo que este domingo por la noche, a partir de las 00.30 hora de Euskal Herria, acoge la edición número LVIII de la Super Bowl.

Lejos queda aquel 2002 en el que la NFL rechazó emitir un anuncio de dos millones de dólares con el lema ‘Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas’, argumentando que no se podían publicitar apuestas, aunque no se citaran expresamente. Actualmente sigue siendo la ciudad del pecado, pero menos.

La NHL de hockey hielo fue la primera de las grandes ligas en desembarcar en este páramo, con la creación de la franquicia Golden Knights en 2017. Luego llegaron los Raiders (2020), y en 2028 está previsto el traslado de los Oakland Athletics de béisbol (MLB), el equipo de la famosa película ‘Moneyball’, protagonizada por Brad Pitt. La ciudad forma parte también de los planes de expansión de la NBA, aún sin fecha.

Por el camino difícil

Pero vayamos al partido que nos ocupa. Kansas City Chiefs, vigente campeón, ha elegido esta vez el camino difícil. Terminaron terceros en la Conferencia Americana (AFC), y tras apear con suficiencia a Miami en la ronda inicial demostraron, en Buffalo primero y en Baltimore después, que no contar con ellos como aspirantes era un error.

Esta será su cuarta Super Bowl en cinco años, un hito solo igualado por los Bills entre 1991 y 1994 –pleno de derrotas– y los Patriots de Brady y Belichick entre 2015 y 2019. Bajo el mando de ‘La morsa’ Andy Reid y con Patrick Mahomes como referente sobre el verde, los de Misuri aspiran a su tercer título en este ciclo, el cuarto en total, lo que les igualaría con Green Bay Packers y New York Giants.  

Cuestiones deportivas al margen, los Chiefs han tenido este año una dosis extra de publicidad gracias a la relación sentimental de otra de sus estrellas, el tigh end Travis Kelce, con la cantante Taylor Swift, que el pasado fin de semana conseguía su cuarto Grammy al mejor álbum del año.

Durante la temporada la estrella de la música ha sido asidua a la grada de Arrowhead, donde ha celebrado con euforia las victorias del equipo, y la NFL ha aprovechado su tirón para acercarse a nuevas audiencias. Por situarnos, si dos superdeportistas como Mahomes y Kelce tienen 2,5 y 1,2 millones de seguidores en X, Taylor Swift llega a los 95 millones. Por no hablar de los 280 millones de ‘followers’ de la artista en Instagram, frente a los 5,6 de su pareja.

Junto a Mahomes y Kielce, el running back Isiah Pacheco forma la tercera pata del ataque, aunque los mayores reconocimientos en estos play offs se los está llevando la defensa coordinada por Steve Spagnuolo, capaz de dejar a los temibles Ravens en 10 raquíticos puntos en la final de la AFC.

Viejos laureles     

Mientras Kansas se hace un hueco entre las franquicias más exitosas, San Francisco 49ers se sienta en esa mesa desde los tiempos de Joe Montana. Cinco títulos suman los mineros, logrados entre 1982 y 1995. Desde entonces, dos finales y dos derrotas, la última en 2020, ya con Kyle Shanahan en el banquillo y frente a sus rivales de este domingo. La oportunidad de revancha se sirve en plato frío, cuatro años más tarde. Un sexto Trofeo Lombardi les situaría en lo más alto, junto a New England Patriots y Pittsburgh Steelers.

Como mejor equipo de la Conferencia Nacional (NFC) en la liga regular, San Francisco ha contado con la ventaja de no disputar la primera eliminatoria y de ejercer como local en las dos siguientes. Ha sufrido en ambas. Primero tuvo que remontar ante Gren Bay (21-24) –perdía 21-14 al inicio del último cuarto– y luego repitió guion frente a Detroit Lions, que llegó a ir 24-7 por delante pero terminó doblando la rodilla (31-34).

Mahomes estaba llamado a la gloria de los quarterbacks desde el draft –fue el número 10 de su promoción–, pero los Niners hallaron su pepita de oro en mitad del fango. Brock Purdy resultó elegido en la última posición, la 262, en el año 2022. Un puesto que tiene incluso su propio sobrenombre, y bastante despectivo, Mister Irrelevant.

Pero las lesiones de Trey Lance –número 3 en 2021– y Jimmy Garoppolo le abrieron un resquicio en las puertas del cielo, y él se encargó de reventarlas. Purdy juega como si no le importara fallar, al filo del precipicio, y casi siempre le sale bien.

Era la pieza que faltaba para un ataque con el mejor corredor de la NFL, Christian McCaffrey; receptores como Deebo Samuel y Brandon Aiyuk, y un tigh end de primer nivel como George Kittle. Al otro lado de la trinchera habitan nombres como Nick Bosa o Fred Warner, para tratar de frenar al arsenal de los Chiefs.

Para quienes gusten del espectáculo del descanso, apuntar que este año la estrella invitada es Usher, cantante de 45 años que toma el relevo de Rihanna. Usher, natural de Dallas, cuenta con una dilatada carrera de tres décadas, durante la cual ha vendido más de 80 millones de discos.

El cartel es de lo más prometedor, así que toca surtir la nevera para una larga noche. ‘Rien ne va plus’, que diría un croupier del afamado Bellagio.