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La Zine Eskola brilla en la Berlinale el día de Jesse Eisenberg y Saoirse Ronan

‘Tú me abrasas’, de Matías Piñeiro, coordinador de la Elías Querejeta Zine Eskola, deslumbra en Encounters, Saoirse Ronan vacía la botella en ‘The Outrun’ y sufrimos lo indecible con la nueva producción de Ulrich Seidl, ‘The Devil’s Bath’.

Equipo del filme ‘The Devil’s Bath’. (Ronny HARTMANN | AFP)

Pero son Riley Keough y Jesse Eisenberg quienes roban el titular con ‘Sasquatch Sunset’, irreconocibles bajo un peludo disfraz de Pie Grande en un falso reportaje más observacional que documental el día a día de la familia de seres mitológicos. La película fue presentada en Sundance por los hermanos Zellner (‘Damsel’, ‘The Curse’) hace ya trece años como tráiler para una saga inexistente, pero hoy una veintena de productores avalaban esta simpática y escatológica ‘pieza de vida’. ‘Sasquatch Sunset’ quizás no sobrepase su carácter de pequeña broma cinéfila, pero es definitivamente una excepción en el currículum de Eisenberg, que lleva años ajetreado con papeles intensos (de hecho, ‘Manodrome’, su caída a los infiernos de la masculinidad, competía el año pasado por el Oso de Oro).

Matías Piñeiro sienta en la mesa a Safo y Cesare Pavese

A pesar de su aparente desconexión de todos los «temas que importan ahora», qué  difícil resulta tildar de caprichosa la nueva película del argentino. Primero, porque ‘Tú me abrasas’ renuncia a las imposiciones del tiempo y pone en diálogo la lírica brevísima de Cesare Pavese en sus ‘Diálogos con Leucó’ (última obra del italiano antes de su suicidio en Torino) y un fragmento del único poema completo de Safo, digresión distraída de la autora con la ninfa Britomartis acerca de lo impepinable y absurdo de deseo, amor y muerte.

Luego, porque aunque firme Matías Piñeiro (‘Isabella’), son las manos de María Villar y Gabi Saidón, y la voz de Agustina Muñoz, las que recortan y pegan el relato en forma de postales, pasajes literarios y brevísimas vistas de las playas y paseos de Donostia y de Torino. ‘Tú me abrasas’ se siente, entonces, como una correspondencia que solo esperaba la ayuda de este equipo de colaboradores para suceder, como un libro que hojeamos distraídas, notando el tacto ligeramente rugoso de páginas e imágenes.

El triple panfleto de Saoirse Ronan en ‘The Outrun’

La tercera película de Nora Fingscheidt, una adaptación del éxito de ventas autobiográfico de Amy Liptrot (‘El instante’), vuelve a plantear la posibilidad de redención de un personaje lacrado por mochilas vitales que le van grandes. En la línea optimista de ‘System Crasher’, protagonizada por una niña hiperactiva, e ‘Imperdonable’, con Sandra Bullock saliendo de prisión, en ‘The Outrun’ una joven bióloga arruinada por su alcoholismo tratará de refugiarse en el extremo más recóndito de las islas meridionales de Escocia para sopesar sus acciones y sobrellevar sus recaídas. Allí el paisaje es bello, los animales monos y la gente amable: tanto, que pronto el retrato de esta mujer hastiada por la negociación pasará a ser simplemente un anuncio por partes sobre la fauna de Orkney, las bondades de la vida cero-cero y la capacidad dramática de una Saoirse Ronan tan intensa como lo fue Florence Pugh en la también bastante sencilla ‘Una buena persona’. Véanla con moderación.

‘The Devil’s Bath’ nos enfrenta a la verdad de las mujeres endemoniadas

‘Nos enfrenta’, porque aunque apartemos la mirada de la pantalla, todo en la nueva película de los austríacos Severin Fiala y Veronika Franz (‘Buenas noches, mamá’, ‘The Lodge’) está dirigido al impacto gutural: cabezas cortadas, heridas supurantes e infanticidios. Terapia de shock, como la que se aplicó a las histéricas, en una revisión a golpe de imágenes de la posesión demoníaca. Anja Plaschg da vida a una mujer del siglo XVIII que vive ahogada entre el ritmo imposible de su nueva condición de campesina, un marido negligente y una suegra maltratadora, y su propio fanatismo religioso, paranoico, brutal. De ahí a la locura, hay un pequeño paso. La película, espesa y cálida, resulta indiscutible como disección de la argamasa de terror que lleva a la antesala del crimen… La cuestión es no verla habiendo cenado.