Pena máxima en Anoeta; la Real se estrella contra el penalti y no estará en Sevilla
La Real no estará en la final de Copa del próximo 6 de abril tras una eliminatoria agónica frente al Mallorca decidida en la tanda de penaltis, después de que los 120 minutos de tiempo reglamentario hayan terminado con empate a uno. Brais ha marrado una pena máxima en la primera parte.
Tremendo golpe a la línea de flotación de la Real, que se ha quedado a las puertas de la ansiada final de Copa y sufre un varapalo del que habrá que ver cómo se recupera para lo que falta de temporada. A los donostiarras no se les puede negar el esfuerzo, pero no les ha alcanzado para imponerse en el tiempo reglamentario y en la tanda de penaltis un error de su capitán y especialista, Mikel Oyarzabal, que había marcado el tanto del empate, ha dejado hundido al estadio de Anoeta.
Aparcado lo acontecido con la Ertzaintza en el exterior de Anoeta, dentro del campo el ambiente era el de las grandes noches, con un espectacular mosaico mientras se coreaba el Txuri Urdin. Imanol ha sacado un once con Zakharyan en banda ante la baja de Barrenetxea y nuevamente Silva en punta. Tras no ser de la partida ante el Villarreal, Zubeldia y Merino han salido de inicio.
La Real ha arrancado imprecisa. La trascendencia del partido, la mala racha en casa, la condición de favoritos, parecían pesar a los blanquiazules. Tampoco se podía caer en la precipitación ante un Mallorca que esperaba su ocasión y que se mostraba más valiente que en los dos recientes partidos en su casa, yendo a presionar arriba hombre a hombre y dejando atrás a solo tres defensas contra los tres realistas más adelantados.
Ha habido que esperar 28 minutos para ver el primer disparo entre los tres palos, un chut lejano de Zakharyan que ha blocado Greif sin problemas. Diez minutos más tarde ha llegado la respuesta visitante, con un zurdazo de Prats cerca del poste.
Brais falla desde los once metros
La primera parte languidecía hacia la nada cuando un centro de Zubimendi ha sido cortado por el brazo de Raíllo. Un penalti indiscutible que podía cambiar el guion, pero Brais ha lanzado al centro y Greif ha sacado el balón con las piernas. Una ocasión inmejorable desperdiciada, más para un equipo al que a día de hoy le cuesta un horror adelantarse.
Imanol ha entendido que tenía que agitar algo y en la segunda mitad ha dado entrada a Becker en punta por Silva. Parecía algo temporal, porque en la banda calentaban Oyarzabal y Sadiq.
La Real ha entrado mejor, pero el Mallorca ha golpeado en su primera aproximación. Jaume Costa ha centrado y Gio González, solo en el segundo palo, ha cruzado un testarazo perfecto para batir a Remiro. No había sido fuera de juego de Karin por poco, y del posible 1-0 se pasaba al 0-1 (m.50). Olía a tragedia, aunque Anoeta tragaba saliva para animar como si no hubiera un mañana. Que no lo había.
A falta de media hora ha saltado al verde el esperado Oyarzabal, ausente desde el día del Girona. Larin ha tenido la sentencia en un balón largo, pero su disparo se ha ido por poco y el linier ha marcado fuera de juego. Era un aviso para una Real vivía en el alambre.
El mejor ariete
Y ha tenido que ser el capitán el que devolviera la esperanza a Anoeta, con un desmarque, una asistencia de Brais al hueco y un remate con la diestra cruzado a la red (1-1, 70'). El de Eibar está a años luz del resto de presuntos arietes de la plantilla, y además hace mejores a sus compañeros.
La grada reventaba y la Real buscaba el segundo. Becker ha estado cerca, pero Greig la ha mandado a córner. El viento soplaba de cola y el Mallorca achicaba agua en su área, aunque el velocista Larin aguardaba con la escopeta cargada para aprovechar cualquier despiste.
No se ha movido el marcador y Anoeta se ha abonado a media hora más de nervios. Imanol ha buscado frescura en la banda izquierda con el regreso de Tierney por un Javi Galán que lo está jugando todo.
En el 95 la Real ha podido adelantarse, pero Samu Costa ha sacado por dos veces bajo palos sendos remates de Merino y Tierney. Los dos equipos daban señales de agotamiento y el reloj se dirigía inexorable a la tortura de los penaltis.
En la ruleta rusa de los once metros, Grief ha adivinado el lanzamiento de Oyarzabal, nadie más ha fallado y el pase se lo lleva un Mallorca que ha sabido emplear su armas para ganarse el derecho para pelear por el título.
A la Real no le queda otra que tratar de recuperarse de este golpe lo antes posible para volver a Europa vía Liga, aunque también tendrá que afrontar la vuelta de Champions ante el PSG.
«No llegamos a la final por lo que hemos perdonado»
Imanol ha señalado tras el partido que «si no hemos llegado a la final es por todo lo que hemos perdonado, sabiendo que el Mallorca ha hecho un gran trabajo defensivo. No hemos acertado de cara a portería ni en la ida ni en la vuelta. Es lo que ha sucedido en la tanda de penaltis, ellos han estado mejor que nosotros. En una eliminatoria quieres generar las oportunidades que hemos tenido en los dos partidos, pero hay que acertar. Nos está costando en esta fase y para mí no es suerte. Hay que acertar y ahí el Mallorca ha sido mejor».
El oriotarra ha querido «dar las gracias a los jugadores y a los aficionados. Nos han hecho un gran recibimiento. Nos han apoyado desde el inicio hasta el final y es de agradecer. Lo hemos intentado, a pesar de ponernos por detrás hemos empatado y henos intentado marcar el segundo, pero hay que acertar y ni allí ni aquí hemos acertado. Los pequeños detalles los hemos tenido en contra».
Ha añadido que «es una pena porque el que mejor los echa, Mikel, es el que ha fallado. Así es el fútbol. Es especialista en los penaltis, porque el fútbol tiene estas cosas. Pero si no llegamos a la final no es por los penaltis que han fallado Mikel o Brais. Hemos fallado todos. Igual que Mikel hizo el gol para ganar la Copa, hoy no ha podido ser y se levantará. Ahora estanos tocados, es difícil encontrar las palabras».
Su momento más duro
Imanol ha admitido que ha vivido su momento más duro desde que es entrenador de la Real porque «estás a falta de meter un penalti o de acertar alguna que hemos tenido para vivir una final con tu público, que no tiene nada que ver con la que vivimos. Teníamos gran ilusión por hacerlo este año. Es duro a nivel personal, pero es parte del fútbol».
No solo él, preguntado por el vestuario, ha reconocido que «estamos destrozados, dolidos, porque aunque no hemos jugado hace mucho una final queríamos jugarla con público». Espera una buena reacción del equipo: «Espero que hoy pasemos una mala noche todos, pero a partir de mañana hay que pensar en el partido de Liga de Sevilla. El objetivo es volver a entrar en Europa y además tenemos un partido de Champions la semana que viene».
Javier Aguirre técnico del Mallorca, ha señalado que «no teníamos presión. No éramos favoritos, no entramos en ninguna quiniela para entrar en la final y estamos ahí. No ensayamos penaltis, no estaba ese escenario planteado y cuando pregunto y todos quieren tirar eso es bueno. Estaban muy tranquilos, podíamos haber perdido, pero jugamos sin la presión de una final como tenían ellos porque eran superiores, nos han ganado siempre. Pudimos perder, pero nos hemos quitado la espina de todas las veces que hemos perdido».