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El Gobierno municipal sigue sin encontrar una solución para resolver el conflicto en Bilbobus

El Gobierno de Juan Mari Aburto sigue sin encontrar una solución para resolver el conflicto en Bilbobus mientras continúan las huelgas, como la de este martes de 24 horas, que se convertirán en indefinidas a partir del 9 de abril. La edil Nora Abete apunta a que hay «impedimentos jurídicos».

Una de las movilizaciones realizadas por las y los trabajadores de Bilbobus en este conflicto. (Aritz Loiola | FOKU)

El Gobierno municipal PNV-PSE sigue sin encontrar una solución para resolver el conflicto en Bilbobus, que puede agravarse aún más a partir del 9 de abril con la convocatoria de una huelga indefinida por parte de los trabajadores. En una comparecencia solicitada por EH Bildu, la concejal delegada de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, se ha limitado a manifestar su «voluntad política» de buscar una salida, aunque ha reconocido que aún no la tienen por «impedimentos jurídicos».

Abete ha expuesto que diversos juristas analizan cómo afrontar la situación creada después de que las previsiones económicas en las que se sustentó el contrato de prestación de servicios entre el Consistorio bilbaino y la empresa BioBide, por importe de 510 millones de euros, se fuera al traste a los dos años de su vigencia.

Las subidas salariales contempladas en el convenio se cumplieron hasta 2021, cuando la escalada de la inflación por la pandemia y la guerra de Ucrania desbarató los cálculos en los que se sustentaba el contrato y provocó la congelación salarial que ha llevado a los trabajadores a luchar por la mejora de sus condiciones laborales. El contrato de Bilbobus es hasta 2029.

Abete ha reconocido que las reivindicaciones de la plantilla son justas, como entendibles los argumentos que pone sobre la mesa la empresa. Uno de los problemas es que el contrato en vigor no contempla la revisión de precios, por lo que no queda otra vía que revisar, modificar o suspenderlo.

En estos dos años, se han ido barajando diversas fórmulas aunque, tal y como ha comentado la edil del PSE, los servicios jurídicos no avalan las propuestas puestas encima de la mesa, por lo que se continúa trabajando en la búsqueda de una solución «satisfaga a todas las partes».

La oposición ha sido muy crítica con la gestión del que es uno de los grandes contratos del Ayuntamiento, dada las consecuencias que está teniendo principalmente sobre el vecindario de los barrios altos de la villa, que no tienen otro transporte público alternativo al autobús.

«Autocrítica velada»

«Tristemente no hemos avanzado nada», se ha lamentado Karlos Renedo, de EH Bildu, que no ha ocultado su preocupación por las consecuencias del modelo de gestión de los servicios públicos por el que han apostado PNV y PSE. De lo expuesto por Nora Abete, ha llegado a la conclusión de que «hay una autocrítica velada por cómo se hizo el contrato».

Renedo ha apuntado a que el propio alcalde avanzó hace ya un tiempo que la solución podría ser abrir un nuevo proceso de licitación, algo que, según ha precisado Abete, no es tan fácil. «La situación es muy complicada, más de lo que nos gustaría», ha confesado. La responsable de Movilidad y Sostenibilidad ha mencionado que en 2019, cuando se adjudicó el contrato por diez años, nadie puso objeción a que no se incluyera una cláusula de revisión de precios.

Abete ha negado que se haya «puesto de perfil» en este conflicto y que su voluntad es la de resolverlo, aunque la solución no es fácil. Una y otra vez, ha insistido en que las propuestas puestas sobre la mesa no cuentan con el aval de los servicios jurídicos.

Es más, ha comentado que, de cara a resolver el problema, en los presupuestos habían contemplado incrementar en dos millones la partida destinada a Bilbobus pero no es tan sencillo. «Es más complejo de lo que nos gustaría», ha añadido, citando que las fianzas asociados a un contrato de estas características son «millonarias».

Tampoco se ha atrevido a decir cuánto podría suponer la resolución del contrato, respecto a indemnizaciones a la empresa, tal y como le ha solicitado el concejal de Elkarrekin Bilbao Xabi Jiménez. Este corporativo ha incidido en que el modelo de subcontratación por el que se ha apostado está perjudicando a trabajadores y usuarios de Bilbobus, rechazando que el problema haya derivado de que se hayan disparado los costes salariales a causa de la inflación.

Abete ha negado que se trate de una subcontratación y ha dicho que las denuncias de los trabajadores por el incumplimiento del convenio están en los juzgados, que son lo que tienen que resolver.

«Ninguna novedad»

La comparecencia en el Ayuntamiento ha coincidido con una nueva jornada de paro de 24 horas en Bilbobus. El 13 de marzo, según ha avanzado el presidente del comité de empresa, José Fernández, los trabajadores decidirán si la huelga convocada para el 9 de abril es de 4 o de 24 horas.

Fernández ha lamentado que no haya «ninguna novedad», por lo que prosiguen con su calendario de movilizaciones. Para el lunes 11 de marzo hay previsto un nuevo paro de cuatro horas, tanto en el turno de mañana como de tarde, mientras que los paros del 18, 20, 25 y 27 de marzo serán de 24 horas.

Respecto al hecho de que ese paro indefinido se desarrrolle únicamente de lunes a viernes, el representante de UGT ha explicado que los servicios que salen durante sábado y domingo son «mucho menores», por lo que si a esos servicios se les aplica el mismo porcentaje de reducción de servicios, la incidencia es «mucho menor».

Ha indicado también que «hay que salvar la huelga en unos parámetros que sean determinantes y que puedan valer para que los trabajadores sufran lo menos posible», tomando en cuenta que una huelga indefinida es «bastante compleja».

Fernández ha anunciado, además, que no descartan «otro tipo de actuaciones en otros momentos» y ha asegurado que los paros de cuatro horas, en caso de que esa sea la decisión que se adopte, «incidiría bastante más» en el servicio.