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La Real rompe su mala racha en Anoeta y llegará sexta al parón tras derrotar al Cádiz (2-0)

Los goles de Merino y Zakharyan, el primero del ruso con la Real, han servido a los donostiarras para doblegar al Cádiz (2-0), romper la racha de ocho partidos sin ganar en casa y afianzar su posición europea al margen de lo que suceda en el resto de la jornada.

Zakharyan ha podido celebrar por fin su primer gol con la Real. (Jon URBE | FOKU)

No hay mal que cien años dure. Ocho partidos llevaba seguidos la Real sin ganar en Anoeta, contando todas las competiciones. A la novena ha sido la vencida, ante un Cádiz que ha sido mejor que lo que demuestra su posición en la tabla, pero al que le han penalizado acciones muy concretas.

Los donostiarras han sumado seis puntos en sus dos últimos choques y se marchan al parón en la sexta posición pase lo que pase en el resto de la jornada, lo que pone la presión sobre los hombros de sus perseguidores, Betis y Valencia.

Imanol ha regresado a su dibujo habitual y a los hombres en los que más confía, salvo las bajas obligadas. Traoré, Zubeldia, Le Normand y Galán han formado atrás, con Zubimendi, Merino y Brais en el centro y Kubo, Oyarzabal y Becker en el tridente ofensivo.

A pesar de ir tercero por la cola, el conjunto gaditano no se ha metido atrás y no ha dudado en enseñar los dientes cuando ha tenido el balón. Hasta ocho remates ha sumado en la primera mitad, aunque solo uno a puerta. Más efectiva ha sido la Real, que se ha ido al descanso en ventaja gracias a un gol de pillería poco antes de la media hora.

Picardía de Kubo

Kubo ha sacado con rapidez un córner y ha pillado a la defensa rival mirando a las musarañas. El balón ha llegado a Oyarzabal, que ha servido de tacón a Merino, y este la ha mandado a dormir con la derecha. Séptimo tanto del navarro esta temporada en todas la competiciones.

Justo antes, Kouame, solo en el punto de penalti, no había enganchado una buena asistencia de Juanmi. El bullicioso atacante andaluz, ex de la Real, y el cedido Robert Navarro –¿estará el año que viene en Zubieta?– han dado trabajo a la zaga blanquiazul.

La Real ha podido ampliar su renta en un error de Alcaraz, que ha cedido hacia atrás sin percatarse de que Oyarzabal estaba solo, pero el capitán ha tardado en definir ante Ledesma y ha dado tiempo a un defensa a desviar su intento de picadita.

Los últimos minutos antes del descanso han sido del Cádiz, que ha encogido los estómagos del respetable justo antes de la hora del bocadillo. Se ha quedado en un susto. Lo más difícil parecía hecho, pero el equipo amarillo se juega la vida y no iba a sacar la bandera blanca tan rápido.

Tocar, tocar y tocar

Para que no quedara dudas otra vez Kouame ha probado fortuna con un disparo alto nada más arrancar la segunda mitad. La Real ha optado por meterle cloroformo, tocar y tocar para que el Cádiz persiguiera sombras, hasta que apareciera el hueco. Merino ha podido repetir con un testarazo que ha sacado Ledesma. Mientras, en el fondo Zabaleta se exhibían pancartas en solidaridad con las aficionadas heridas por la Ertzaintza el día del PSG.

El premio ha llegado en el 68. Brais y Becker han combinado por la derecha, y el centro del gallego con el exterior de la zurda –el gallego ha estado excelso– lo ha mandado a la red Zakharyan, que acababa de entrar al campo, llegando solo al segundo palo. Primer tanto con la zamarra blanquiazul del ruso, que se ha vuelto loco en la celebración (2-0).

El choque estaba visto para sentencia y Anoeta ha podido disfrutar de una recta final plácida, algo que hacía meses que no ocurría. Se echaba de menos.