Un estudio basado en Gasteiz confirma que el calor afecta más a las personas vulnerables
Tomando como referencia la situación de la capital alavesa, un trabajo de investigación ha analizado los efectos del calor y el calentamiento global en zonas urbanas. Confirma que los ancianos, los enfermos o las personas con pocos recursos son más vulnerables al calor.
Un estudio centrado en Gasteiz confirma que los colectivos con menos recursos, los ancianos y las personas con problemas de salud se ven afectadas «de forma desproporcionada» por el calor extremo y propone iniciativas ecológicas y refugios climáticos para poder paliar estas afecciones.
Estas conclusiones se recogen en el reciente estudio publicado en la revista ‘Science of the Total Environment’ liderado por la investigadora Celina Aznárez, que analiza los efectos del calentamiento global y de las olas de calor en zonas urbanas, y que toma como referencia la situación de la capital alavesa.
El trabajo revela que existen «claras desigualdades» en la vulnerabilidad al calor y subraya la importancia de adoptar medidas específicas para mitigar lo que denomina «injusticias medioambientales» relacionadas con la exposición a las altas temperaturas.
Los resultados revelan que estas «desigualdades» se dan sobre todo en zonas céntricas y cercanas a polígonos industriales, que se caracterizan por materiales que absorben el calor, estructuras compactas, alta densidad de población y escasa vegetación.
Apunta también «disparidades» en la vulnerabilidad al calor entre los ciudadanos, de manera que los más desfavorecidos socioeconómicamente, los ancianos y las personas con problemas de salud se ven afectados de «forma desproporcionada» por el calor extremo.
Refugios climáticos
La responsable de la investigación subraya la urgencia de actuaciones específicas para hacer frente a esta situación con intervenciones estratégicas, especialmente centradas en las zonas vulnerables.
En concreto, se refiere a estrategias de adaptación a medida, entre las que cita las iniciativas ecológicas y los refugios climáticos, entendidos como zonas que ofrecen condiciones ambientales que permiten protegerse del exceso de calor.
«Comprender los determinantes sociales y sanitarios que contribuyen a estas desigualdades es crucial para la eficacia de los planes de adaptación urbana destinados a mitigar el calor urbano y promover al mismo tiempo la equidad y la sostenibilidad», prosigue la investigadora.
El estudio insiste en el valor de las intervenciones basadas en la naturaleza para mitigar el aumento de la exposición al calor que afecta del mismo modo que a Gasteiz a otros ecosistemas urbanos.
«Isla de calor urbana»
Asimismo, recuerda que en general las zonas urbanas son más vulnerables a las olas de calor debido al conocido como efecto de «isla de calor urbana», que atrapa y retiene la temperatura más que las zonas rurales.
Las consecuencias combinadas de las olas de calor y del efecto «isla de calor» supone, según el estudio, una amenaza para el medio ambiente urbano y el bienestar humano, lo que puede provocar una reducción de la productividad, un deterioro del rendimiento cognitivo y un aumento de los riesgos para la salud.