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Tras la maniobra en Jan Yunis, Netanyahu pone fecha al asalto a Rafah


Benjamin Netanyahu respondió a la amenaza de la ultraderecha de hacer caer al Gobierno si frena su agresión a Gaza, asegurando que la ofensiva sobre Rafah «ya tiene fecha». Israel afirma que su maniobra en Jan Yunis, donde los habitantes buscan una ciudad que ya no existe, prepara este asalto.

Algunos gazatíes volvieron a una Jan Yunis irreconocible e inhabitable tras meses de ataques israelíes. (AFP)

La maniobra de Israel de retirar tropas de la operación que ha devastado la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, no representa un freno a los planes de lanzar una ofensiva aún más catastrófica sobre Rafah ni un avance en las negociaciones. Responsables israelíes y de Hamas atenuaron las esperanzas de una próxima tregua tras las conversaciones en El Cairo.

El cambio de táctica siguió a la presión de EEUU para que Israel permita la entrada de más ayuda en Gaza y vuelva a la mesa de negociaciones, después del ataque israelí que mató a 7 empleados de la ONG World Central Kitchen.

Además, se produce bajo la alerta en la que se encuentran Israel y EEUU por una posible represalia de Irán tras el ataque israelí a su consulado en Damasco.

Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirma mantener sus planes de la ofensiva terrestre sobre la ciudad de Rafah, donde se concentran cerca de un millón y medio de personas, la mayoría de los desplazados de otras zonas destruidas de la Franja a lo largo de seis meses.

El presidente de EEUU, Joe Biden, bajo presión, también le pide que frene esta operación, pero Israel asegura que la maniobra de Jan Yunis tiene el objetivo de «preparar la continuación de sus misiones (...) en la zona».

El primer ministro israelí se mueve entre la necesidad de contentar a su aliado estadounidense y la de mantenerse en el poder a través de la guerra. Así, ayer aseguró que ya «hay una fecha» para la invasión  de Rafah. «Va a ocurrir: hay una fecha», aseguró en un mensaje en vídeo en el que parecía responder a las críticas de sus socios ultraderechistas en el Gobierno, Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, que lanzaron  mensajes de advertencia temiendo que los avances en las negociaciones y la maniobra de Jan Yunis lleve a mayores compromisos.

«Si Netanyahu decide finalizar la guerra sin un asalto amplio a Rafah no contará con el mandato para servir como primer ministro», alertó Ben Gvir, líder del partido Poder Judío y ministro de Seguridad Nacional. A su vez, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, convocó a miembros de su partido, Sionismo Religioso, para consultas «urgentes». Por su parte, el líder de la oposición, Yair Lapid, ofreció a Netanyahu los votos de su partido, Yesh Atid, como «una red de seguridad» para evitar que el Gobierno caiga si alcanza un acuerdo con Hamas para la liberación de los rehenes.

Pero este acuerdo tampoco parece cerca, pese a algunas declaraciones optimistas.

Hamas ha recibido una propuesta israelí que incluye el retorno de desplazados a Gaza, pero no a sus hogares, sino a campos de refugiados.

«Creemos que la ocupación está intentando ganar tiempo fingiendo que hacen ofertas serias», señaló Hamas, que destacó que no aceptará ningún acuerdo que no contemple un alto el fuego que conduzca al fin de la guerra, que se permita a los desplazados volver a sus hogares y la retirada total de las fuerzas israelíes, además de un aumento sustancial de la ayuda humanitaria.

Hamas insistió en que el regreso de los desplazados que ofrece Israel «es inseguro y se produce a través de cruces bajo las bayonetas de la ocupación».

De hecho, en los seis meses de ofensiva, ninguna de las zonas a las que Israel ha exigido la retirada de la población era segura. Con todo, Hamas aún discutirá la propuesta antes de dar una respuesta definitiva.

Medios de Egipto y Qatar, que están ejerciendo de mediadores, vieron «progresos significativos» y «mayor optimismo» que en semanas pasadas. Pero la delegación israelí insistió en que «aún no vemos un acuerdo en el horizonte».

Jan Yunis, irreconocible

Mientras, en Jan Yunis,  hombres, mujeres y niños se abrían paso entre las ruinas de una ciudad irreconocible. «Esperábamos encontrar la casa o lo que quedaba de ella», confesaba Safa Qandil, una mujer de 46 años que perdió a su hijo y a su nuera, embarazada, en los bombardeos. Pero no quedaba ni rastro. «Es (...) indescriptible», afirmaba. «Ya nada es como lo que conocíamos«, lamentaba Salim Sharab.

Además, los ataques continúan. Los aviones israelíes alcanzaron vivendas en Rafah Nuseirat y Deir el-Balah, y la artillería también tuvo como objetivo la ciudad de Gaza. Al menos 38 muertos más aumentaron el balance de víctimas a 33.200, además de 8.000 desaparecidos.

Alemania

Nicaragua exigió a Alemania ante la Corte Internacional de Justicia que suspenda de «extrema urgencia» su apoyo político, financiero y militar a Israel por «cómplice en el genocidio» en Gaza, y pidió a Berlín separar su respaldo al Gobierno israelí del compromiso histórico alemán con el pueblo judío.