El éxito de Xabi Alonso multiplica el prestigio mundial de los técnicos vascos
El tolosarra se doctora en los banquillos llevando al Leverkusen a la primera Bundesliga de su historia y emula a compatriotas como Unai Emery (PSG) y Ernesto Valverde (Olympiacos), quienes también lograron títulos ligueros en otros torneos domésticos.
No sería extraño que erigieran una estatua con su figura o le diese nombre a una calle. Es el héroe de Leverkusen, la ciudad industrial por antonomasia de Alemania, eclipsada por la cercana Colonia y cuyo equipo de fútbol, en sus casi 120 años de historia, solo había logrado una Copa a principios de los años noventa del siglo pasado.
Sin que sus más optimistas seguidores pudieran siquiera soñarlo, la escuadra a la que le da su apellido la multinacional farmacéutica se ha hecho con su primera Bundesliga y el inesperado éxito tiene un nombre propio: Xabi Alonso. El técnico tolosarra, que apenas acaba de comenzar su trayectoria en la élite de los banquillos, ya saborea las mieles del triunfo, multiplicando el prestigio mundial de los entrenadores vascos.
Con un palmarés como futbolista al alcance de muy pocos –un Mundial, dos Eurocopas y dos Champions, como títulos más destacados–, el hijo de Periko va camino también de llenar sus vitrinas en la faceta de míster. Sin lugar a dudas, haber estado a las órdenes de maestros como Carlo Ancelotti o Pep Guardiola le ha aportado unos conocimientos que ahora está poniendo en práctica desde la banda con inmejorables resultados.
Aparte de un año en el equipo infantil del Real Madrid, la única experiencia como entrenador de Xabi Alonso antes de dar el salto al Leverkusen fueron sus dos campañas en el Sanse, al que consiguió subir a Segunda
Hacerse con el campeonato de la regularidad germano a falta de cinco jornadas para la conclusión sin ninguna derrota, habiendo cedido solo cuatro empates, y ante transatlánticos del tamaño del Bayern Münich y Borussia Dortmund, solo puede ser tachado de hazaña para un preparador que tuvo que coger a un equipo en horas bajas al inicio de la campaña pasada y que en ese margen de tiempo ha ido moldeando un bloque intratable- mente ganador.
De hecho, es el único conjunto del viejo continente que se mantiene invicto después de haber disputado 43 partidos –38 victorias y cinco empates– en las diferentes competiciones, el de mayor pode- río anotador de las grandes ligas, con 2,8 dianas por encuentro, junto a una zaga tan contundente que en la mitad de sus envites en la Bundesliga no ha encajado.
En el incontestable 3-4-2-1 de Alonso han destacado la capacidad ofensiva de sus carrileros –Grimaldo (11 tantos y 16 asistencias) y Frimpong (12 y 11)–, la dirección de Xhaka –el futbolista que más pases da de las grandes ligas– y el factor desequilibrante de Wirtz (17 goles y 18 asistencias), junto a la confianza mental de un grupo que ha remontado un buen número de choques en sus últimos minutos.
Sin prisa
Al igual que cuando se desenvolvía en la medular, robando, aguantando el balón y levantando la cabeza para entregar un envío ventajoso siempre capitalizando el ritmo del juego, el técnico guipuzcoano no tiene prisa por hacerse un hueco entre la flor y nata de los banquillos. Haciendo oídos sordos a los cantos de sirena que este próximo verano podían llegarle de clubes que conoce bien, como Liverpool y Bayern, y que van a estar obligados a buscar relevos para comandar el vestuario, ha optado por darle prolongación a su estancia en Leverkusen, donde cuenta con la confianza de propietarios y director técnico.
Una continuidad que sirve para dotar de estabilidad al proyecto, tanto a corto plazo, como de cara a un próximo ejercicio histórico. No olvidemos que el conjunto aspirino sigue caminando con paso firme en la Europa League, tiene muy bien encarriladas las semifinales después de su triunfo en la ida ante el West Ham por 2-0 y es ahora mismo el máximo candidato en las apuestas al estar el Liverpool al borde de la eliminación.
Conseguir un título continental, que sería también el primero en la historia del Leverkusen, supondría el broche de oro a un ejercicio sin parangón, además de convertirse en el equipo revelación de la 2023-24. Aventurar que lo vaya a lograr no es nada descabellado, no solo por la inmaculada dinámica de resultados, sino también por el espíritu ganador de Xabi Alonso y el hambre futbolística de su plantilla.
Sí que lo sería pronosticar cuál va a ser el futuro de uno de los técnicos de moda y el techo al que vaya a llegar con sus apenas 42 años. De momento, su carrera en los banquillos avanza a pasos agigantados, demostrando sapiencia futbolística y gestión de vestuario. Además, el tolosarra irrumpe con fuerza para sumarse al elenco de cotizados técnicos vascos que están dirigiendo ahora mismo a clubes importantes en las ligas más competitivas del mundo.