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Abecedario de una campaña con grandes titulares y letra pequeña

La carrera a a los comicios de este 21A quedará en la memoria no solo por la cerrada pugna entre PNV y EH Bildu o lo que prometieron los candidatos, sino también por los acontecimientos que la han rodeado. Este es un resumen esquemático de la A a la Z.

Pradales guiña un ojo a Urkullu, que ha estado muy activo aunque en segundo plano en campaña. (Jon Urbe | Foku)

Los quince días de campaña comenzaron entre letargo posvacacional y clímax futbolístico, pero han acabado con pasión política y casi pidiendo prórroga y penaltis. Este abecedario intenta resumir contenido y continente.

Araba

Este herrialde ha centrado la pugna, por dos razones básicas. Una es la mayor igualdad histórica entre las cuatro fuerzas tradicionales; en los comicios de 2012 estaban en una horquilla de 11.000 votos, de los 40.000 del PNV a los 29.000 del PP. La otra, sumar escaños sale aquí más factible, «barato» si se quiere, al tener la cuarta parte de población que Bizkaia y los mismos asientos parlamentarios (25).

Bajini

El lema viral de Iñaki Williams ante la final copera fue parafraseado por Arnaldo Otegi para explicar cómo afrontaba EH Bildu esta carrera: sin grandilocuencias pero con expectativa, sin prisa pero sin pausa, mirando más al horizonte que al 21A.

 

Por su parte, el PNV abrió campaña apelando a la «remontada» ante sondeos que empezaban a serle cada vez más adversos. No obstante, Imanol Pradales no jugó «a lo bajini» el debate de ETB-2, puesto que dio por seguro que será lehendakari.


Controlar

La acusación a EH Bildu de «querer controlar a la ciudadanía» ha sido constante por parte del candidato jeltzale. Se ha mostrado liberal, a ratos ultraliberal, en sus mensajes contra cualquier cortapisa a la actividad de las empresas, a escoger entre alquiler o compra de vivienda, a que los médicos elijan entre sector público y privado... Lo completó en el debate final intentando ligar a su rival con Venezuela.

Desarmar

Pradales también ha imputado a Otxandiano que pretenda «desarmar» a la Ertzaintza, algo que EH Bildu matiza. La campaña venía precedida por las cargas con heridos de Tolosa, Donostia o Gasteiz y la intervención con desenlace mortal en Astigarraga, pero la cuestión ha aparecido poco. PNV, PP y Vox han intentado sustituirla por un debate algo inflado sobre «seguridad ciudadana». Y aquí también se ha llevado la palma el aspirante jelkide con sus alusiones paródicas a si acaso EH Bildu quiere «invitar a café y pastas a los delincuentes».

Espray

El ataque con gas pimienta a Pradales en Barakaldo provocó un sofocón, más aún al producirse a dos horas y media del debate más esperado. Afortunadamente, no dejó secuelas físicas importantes y quedó como electoramente irrelevante al trascender enseguida que no había motivación política. Cabe aplaudir que, contrariamente a lo que quizás habría ocurrido el marco español, no ha habido tergiversaciones ni utilizaciones interesadas. La propia víctima le restó relevancia.

Funeral

La muerte de José Antonio Ardanza cayó como una losa sobre el cuarto día de campaña. Tuvo el impacto lógico considerando que era el primer fallecimiento de un lehendakari del posfranquismo. No obstante, los actos posteriores quedaron casi restringidos a su partido, el PNV, que fue además el único que interrumpió su campaña, el miércoles 18.

Gafas

Una de las banalidades más explotadas ha sido el look de Pello Otxandiano. Algunos medios e internautas se afanaron en buscar tres pies al gato de sus gafas, presentadas como una especie de triquiñuela de EH Bildu para dar un plus de credibilidad y respetabilidad a su candidato. Puestos a rizar al rizo, hubo también otros que repararon en que Pradales se desprendió de la corbata antes de la campaña, pero se la puso en el debate principal... y acabó siendo el único que la llevaba.

Otxandiano, abrazado en un mitin en Gasteiz. (Raul Bogajo | Foku)

Hegemonía

Muchas voces jeltzales se alinearon en los últimos meses para reprochar a EH Bildu que quisiera «competir la hegemonía» al PNV. Llegadas estas dos semanas, este polémico «argumento» ha quedado aparcado para pasarse a reconocer la legitimidad de su rival para disputar la victoria y, aún más, la posibilidad de conseguirla. El giro quizás se deba a la constatación de que hay trasvase de voto desde PNV a EH Bildu, en torno a un 10% según algunas encuestas.

Independencia

Quizás sea esta la campaña al Parlamento de Gasteiz en la que menos se ha mentado la independencia, por la aceptación general de que hay varias estaciones previas que cruzar (llámeseles autogobierno, derecho a decidir, nuevo estatus...) Con todo, los dos principales aspirantes apoyan la independencia, lo que deja en «boutade» las apelaciones de Eneko Andueza (PSE) a Otxandiano para que reniegue de ella. Pradales se ha autodeclarado «independentista con los pies en el suelo».

Jeltzalizarse

Es el término acuñado por Miren Gorrotxategi (EP) para acusar a EH Bildu de acercarse al PNV. La realidad es que la apuesta de Otxandiano es por acuerdos de país amplios y en cuestiones nucleares, y lo que certifica la pasada legislatura es que también EP ha sumado con el PNV. Por si acaso, el propio Pradales ha marcado distancias, especialmente en el debate de ETB-1 al asegurar que su modelo y el de EH Bildu no son compatibles.

 

K de okupación

La problemática real de la vivienda ha tenido mucha presencia en los mítines y debates. Pero tanto PP y Vox como el PNV han intentado suplirla por su sucedáneo de la okupación. Sabin Etxea llegó a la campaña con una propuesta en el Congreso para ejecutar desahucios en 48 horas, en casos sin precisar, y en campaña Pradales incurrió en el fake de culpar a Sortu de una okupación en Gasteiz que terminó en altercado violento con la Ertzaintza.

Lawfare

La utilización de la Justicia tampoco ha faltado esta vez, aunque fuera a muy última hora. Una querella de Dignidad y Justicia basada en un atentado de hace 44 años hizo el jueves que la Audiencia Nacional pusiera sobre la mesa la opción de imputar a Arnaldo Otegi. EH Bildu no entró al trapo.

Mandato

«Mandato popular» ha sido una expresión recurrente de Otxandiano, que remite ya al lunes 22. EH Bildu reivindica con ello que el futuro gobierno se adapte a la mayoría ciudadana que salga de las urnas, que será sin duda muy mayoritariamente abertzale y posiblemente de izquierdas. Algo que, remarca, no casa con el afán de perpetuar la fórmula «excluyente» PNV-PSE.

No

Andueza ha hecho de esta palabra su seña de identidad, reiterando por activa y pasiva que no llegará a ningún acuerdo de gobierno con EH Bildu ni hará lehendakari a Otxandiano. En este afán puso en algún brete al propio presidente español, Pedro Sánchez, que precisamente está en el cargo gracias al independentismo vasco y catalán. Andueza terminó encarado por ello no con EH Bildu, sino con el PP, que pone en duda tal nivel de teatralización.

Andueza, con María Chivite y Alain Rousset en Irun. (Andoni Canellada | Foku)

Oculta (agenda)

El PNV mostró su faz más conspiranoica al acusar a EH Bildu, más antes de campaña que durante, de tener una «agenda oculta», que pasaría por crear enfrentamientos con la Ertzaintza, oponerse a todo tipo de proyectos y potenciar el control social. El discurso se ha ido cayendo por su propia inconsistencia.

Pamplonada

Una de las afirmaciones más sorprendentes ha sido el modo despectivo con que Pradales se refirió al acuerdo de gobierno de Iruñea, que ha desalojado a la derecha española para colocar en su lugar a un bloque progresista con Joseba Asiron al frente. El estupor crece recordando que Geroa Bai está implicado en esa «pamplonada». Solo el candidato sabe si fue intencionado o un patinazo.

Regeneración

La llamada a la «regeneración política» ha sido otra línea maestra del discurso de Otxandiano. «Ha habido una inercia decadente en esta parte del país y el paradigma de ese declive ha sido Osakidetza. Con las cosas de comer no se puede jugar y por eso necesitamos una regeneración», ha sostenido.

Sevilla

La campaña arrancó con la atención general centrada en la final de Copa en la Cartuja. Pero ningún candidato se arriesgó a acudir a Sevilla y prefirieron apoyar al Athletic desde Euskal Herria. Pradales sí se dejó ver luego en la celebración de la gabarra, desde la trainera de Santurtzi.

Terrorismo

Una pregunta en la Cadena Ser sobre si consideraba «terrorismo» a ETA dio pie a cargar las tintas contra el candidato de EH Bildu, más en el Estado que en Euskal Herria. La campaña tuvo efecto bumerán porque, con más margen para explicar su posición, Otxandiano detalló en Radio Euskadi su impulso a EH Bildu y su compromiso personal como «agente de reconciliación». Los propios contertulios se declararon convencidos de ello.

Urkullu

El que ha sido lehendakari los últimos 12 años ha tenido una participación muy activa en los mítines. Las dudas sobre el acatamiento de la decisión del partido quedan despejadas de momento, aunque habrá que ver qué ocurre si el resultado es adverso. Urkullu no tuvo reparos en su día para lanzar un ataque despiadado contra su antecesor Juan José Ibarretxe, con aquel célebre «hay días que debo hacer actos de fe...».

Verdad

Alberto Núñez Feijóo pasó por Euskal Herria para reivindicar al PP como «partido de la verdad» pocas semanas después del aniversario de la patraña post-11M. Vox también ha proclamado que «somos el partido que dice las verdades». Más allá de estas dos mentiras, el debate ha tenido unos índices de veracidad y seriedad superiores a la media que se estila en el entorno.

Zapatero

El PSE ha apoyado su campaña casi más en el que fuera presidente español entre 2004 y 2011 que en el actual. A sus dos presencias en mítines se sumaron otras valoraciones como el saludo a las palabras de Otxandiano en Radio Euskadi. Con sus matices, José Luis Rodríguez Zapatero muestra más tirón y tiene mayor eco en Euskal Herria que en España.