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Estambul mantiene el pulso y pide que la Flotilla zarpe hacia Gaza

Decenas de miles de personas se congregan en el corazón de Estambul para exigir un alto el fuego en Gaza y presionar para que Flotilla de la Libertad parta hacia Gaza. El comité directivo denuncia fuertes presiones pero asegura que los buques Akdeniz, Conscience y Anadolu emprenderán su viaje.

Miembros de la Flotilla de la Libertad se manifiestan en Estambulpara exigir un alto el fuego y pedir que los buques que integran la flotilla puedan partir hacia Gaza. (FREEDOM FLOTILLA COALITION)

Son las 13.30 y la Plaza Beyazit, cerca del Gran Bazar de Estambul, comienza a llenarse de banderas palestinas. Queda media hora para que comience la manifestación que cada semana denuncia el genocidio que está perpetrando Israel contra la población gazatí.

En esta ocasión, participan todos los integrantes de treinta nacionalidades que deberían estar ya rumbo a Gaza en la Flotilla de la Libertad que pretende llevar 5.500 toneladas de ayuda humanitaria al enclave, pero la salida de los buques se ha dilatado entre fuertes presiones y trabas administrativas.

Es día festivo y cálido, y turistas y transeúntes observan con asombro cómo cientos de ciudadanos estadounidenses, malasios, canadienses, catalanes y vascos, entre otros muchos, se congregan en la plaza y corean «Free Palestine».

Hay decenas medios de todo el globo que tratan de esquivar el cordón de seguridad y fotografiar la cabecera de la marcha, que busca repercusión internacional con la participación de los representantes de la Flotilla de la Libertad y cargos públicos como Ada Colau, exalcaldesa de Barcelona, todos ellos encargados de sujetar una pancarta con las palabras en inglés «Alto el fuego ya».  

Presiones de unos y otros

Asun Estreniega, coordinadora de Rumbo a Gaza, una de las entidades que integran la Flotilla, explica a GARA la demora argumentando que existen «problemas técnicos» en los «sistemas de comunicación» de los buques que «van a resolverse», pero añade que «hay presiones internacionales a todos los niveles» para que el Akdeniz, Conscience y Anadolu no abandonen Turquía.

«Por supuesto que Israel no quiere que salgamos, y el Gobierno turco está recibiendo muchas presiones» debido al «contexto geopolítico», prosigue, pero asegura que «zarparemos».  

En esa línea, este mismo sábado, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunió con el jefe del buró político de Hamas, Ismail Haniye, asegurándole su apoyo para conseguir un alto el fuego en Gaza. El mandatario recordó que Turquía ha enviado hasta ahora 45.000 toneladas de ayuda humanitaria y que desde este mes ha restringido en gran medida las exportaciones turcas a Israel, como forma de sanción por la masacre israelí.

«Pedimos al Gobierno turco que no ponga trabas y nos deje salir hacia Gaza», señalan desde el comité directivo de la Flotilla, del que forma parte la ONG Humanitarian Relief Foundation IHH, que apunta que un total de 25.000 personas han acudido a la manifestación, síntoma de la sensibilidad hacia Palestina por parte de la sociedad turca.

Tras recorrer diversas calles entre gritos de «Palestina será libre» y «Alá es grande» –por parte de la mayoría de manifestantes turcos–, la bulliciosa marcha concluye en la simbólica basílica bizantina de Santa Sofía, con estatus de museo hasta 2020, ya que Erdogan impulsó su reconversión en templo islámico entre críticas de la oposición.

La manifestación ha sido breve, pero son más de siete oradores los que se han elevado a una tarima instalada encima de una furgoneta, entre ellas Colau y destacados representantes de la Flotilla.

Recuerdo a la Flotilla de 2010

Los discursos han prolongado el evento más de tres horas, entre críticas a Benjamin Netanyahu y canciones dedicadas a los diez ciudadanos turcos fallecidos a manos del Ejército Israelí en la flotilla del Mavi Marmara de 2010.

«Si a Israel se le ocurre tocar un solo pelo de alguno de los integrantes, estará cometiendo un crimen de guerra y abogados de todo el mundo estarán preparados para defender la flotilla. Esto no va de musulmanes, judíos o cristianos, sino de derechos», remarca Daniel Martin Kovalik, abogado estadounidense.

«Cuando era alcaldesa de Barcelona, fuimos la primera ciudad del mundo en cortar lazos con Israel. Pero esto no es suficiente», subraya Colau durante su intervención.

Los manifestantes reclaman que se reabra la frontera de Rafah, donde cientos de camiones de ayuda esperan la luz verde para entrar en Gaza, devastada y en ruinas y donde toda la población gazatí ya pasa hambre, según la ONU. «Y aún así no sería suficiente, tampoco con romper el bloqueo, es necesario terminar con la ocupación», sentencia Freedom Flotilla Coalition.