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Después de seis jornadas sin ganar, Osasuna reedita el negativo final liguero de hace dos años

No es la primera vez que, durante la etapa de Arrasate, Osasuna protagoniza un mal final liguero. Algo similar ocurrió hace dos años, con el equipo ya salvado con mucha antelación y sin ningún incentivo deportivo.

Osasuna fue mejor en el primer tiempo, pero su rendimiento decayó notablemente tras el descanso. (Iñigo URIZ | FOKU)

Después de la histórica campaña pasada y una presente en la que Osasuna ha disputado nada menos que cuatro competiciones –algo de difícil repetición–, el final liguero actual no está haciendo justicia a ese reciente rendimiento.

Y aunque estos últimos resultados no estén siendo el mejor acompañamiento para la despedida de Jagoba Arrasate, lo cierto es que durante su estancia en el banquillo osasunista, la escuadra navarra ya ha vivido algunos episodios similares.

Sin ir más lejos, hace dos cursos también protagonizó una conclusión bastante similar, con el equipo ya salvado hacía bastantes jornadas y sin ningún atractivo deportivo interesante por el que pelear.

Así, la situación fue casi calcada a la actual. A partir de mediados de abril, el equipo enlazó toda una serie de resultados en los que apenas sumó tres puntos –empates frente a Elche, Espanyol y Getafe–, además de otras tres derrotas contra Real Madrid, Athletic y Mallorca. Esta última también les sirvió a los bermellones para lograr la permanencia.

Venía el equipo de haberlas pasado también canutas entre mediados de octubre y comienzos de enero. Diez envites ligueros en los que apenas obtuvo cinco puntos para obrar una posterior reacción.

El vestuario venía aprendido porque ya había pasado por tragos semejantes. Otros seis compromisos ligueros sin conocer la victoria los firmó Osasuna al inicio de la 2019-2020, algo mucho más lógico si tenemos en cuenta que apenas había aterrizado de nuevo en la Primera División.

Eso sí, el bloque rojillo no ganaba, pero tampoco era fácil de doblegar, heredando el espíritu correoso que el año anterior le había permitido realizar un ejercicio brillante en Segunda, con récord de puntuación incluido.

Irrupción del coronavirus

De esas seis jornadas –desde la segunda hasta la séptima– de una temporada que iba a resultar atípica por la irrupción del coronavirus, Osasuna empató en cinco –Eibar, Barcelona, Valladolid, Betis y Levante– y solo iba a caer en el Bernabéu.

Nada comparado con lo que iba a suceder la campaña siguiente, la de la prueba del algodón de la confianza de los responsables técnicos e institucionales del club navarro en el tándem Arrasate-Alkiza.

Trece jornadas consecutivas sin ganar –siete derrotas y seis empates– que situaron al cuadro navarro penúltimo y derivaron en la famosa frase de Braulio Vázquez del capitán del barco.

Pero es que incluso el sobresaliente curso pasado también tuvo sus sombras. A la vuelta del parón mundialista de Qatar, el equipo navarro entró en una depresión de resultados que derivó en cinco derrotas, seis empates y solo dos victorias.

La llegada de la primavera vio resurgir a un conjunto que acabaría disputando la final copera frente al Real Madrid y hacerse con una plaza en la Conference League al derrotar en la última jornada al Girona.

Así pues, a nadie debería sorprender que Osasuna nos esté "regalando" ahora con uno de esos baches en los que cíclicamente suele caer y de los suele recuperarse a posteriori.

«Fatiga física y mental»

A la conclusión del duelo contra el Mallorca, Arrasate reconoció que su equipo sufre «fatiga física y mental». «La sensación es de fatiga y de que, cuando nos ponemos por delante, no estamos siendo solventes. Eso mella en la cabeza», amplió.

Así, admitió que en este final de temporada «en el que cada uno busca sus estímulos, no hay un objetivo claro clasificatorio», pese a que los futbolistas «quieren».

También resumió el envite contra los baleares como «un tiempo para cada equipo y resultado justo». «Cuando te pones por delante y haces el primer tiempo que has hecho, te da rabia el segundo, pero nos han fallado las fuerzas y se va repitiendo un poco en los últimos partidos», reconoció.

Pudo ser peor, porque el preparador vizcaino afirmó no gustarle «nada el inicio del segundo tiempo» y especialmente cuando el Mallorca logró el empate, porque «el partido estaba peligroso».

En todo caso, se mostró optimista de cara a la difícil visita al Metropolitano. «De martes a domingo tenemos tiempo para recuperar. A ver si hacemos un buen partido, porque debemos realizar un choque perfecto para sumar allí», concluyó.

¿Destino Mallorca?

Lo curioso es que el último rival de los rojillos podría ser el futuro destino de Arrasate. Según ha publicado en su web el diario deportivo ‘Marca’, el de Berriatua sería el técnico elegido para entrenar al bloque bermellón la próxima campaña.

Tal y como se especifica en dicha información, el club balear ya habría informado a su actual entrenador, Javier Aguirre, que ha concluido su etapa en la isla y ello pese a que el mexicano clasificó al Mallorca para la reciente final copera después de 21 años.

El míster vizcaino habría salido victorioso de la pugna con Diego Martínez, precisamente al que sustituyó en Osasuna, al ser el preferido por parte de Pablo Ortells, director de fútbol de la entidad mallorquinista.