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Museos sí, pero no aquí, ni así

Un año más, el Día Internacional de los Museos instaurado en 1977 por el International Council of Museums (ICOM) invita a reflexionar sobre la importancia de estas dotaciones culturales y su vinculación con la singularidad e identidad del territorio donde se sitúan.

Protesta contra el proyecto de Guggenheim de Urdaibai, ayer en Bermeo ante el consejero Erkoreka. (Jon Urbe | Foku)

En Euskal Herria, como en otros muchos países con unas especificidades etnográficas, lingüísticas, productivas o sociales, en definitiva culturales, en el transcurso de su historia han generado múltiples testimonios que deben ser recopilados y mostrados para su conocimiento por las sucesivas generaciones que los han recibido como un incuestionable préstamo para disfrutarlo, acrecentarlo y transmitirlo como legado a las venideras. Todo ello con la autosatisfacción de pertenencia a una sociedad creadora, conservadora de sus rasgos identitarios más sobresalientes y consciente de que también son merecedores de reconocimiento externo y exposición para el resto de la humanidad, como una contribución del pueblo vasco a la infinita cultural universal.

Esta es la misión de los museos, archivos, colecciones, patrimonio arqueológico y el inmueble o edificado en todas variedades, arquitectónico, industrial, religioso, militar, obra pública, además de la significación de su geografía, espacios naturales y paisajes, todo ello huella, signo y rasgo perceptible que junto a la idiosincrasia de su habitantes caracterizan a una nación.

Urdaibai

La mesa redonda ‘Urdaibai ¿qué futuro?’ celebrada en el Aulario de la EHU en Bilboo el pasado día 9 de mayo, mostró el interés y preocupación social por conocer la realidad del despropósito político turístico Guggenheim Urdaibai 2 que se pretende imponer en un espacio muy concreto y ambientalmente frágil, en torno al cauce de la ría de Gernika-Mundaka, Urdaibai, territorio declarado por Unesco en 1984 Reserva de la Biosfera.

Esta colonización viene acompañada de frases políticas además de impositivas, inadmisibles, ofensivas: ‘Se va a hacer sí o sí’, el proyecto ‘no se paraliza en absoluto’, no hay ‘obstáculos insalvables’, ‘proyecto estratégico de país’... ya conocemos cuál es el concepto de país del PNV, Bilbo y alrededores.

El propósito museístico no es un plan en el sentido de recuperación socio económica de Busturialdea en condiciones de sostenibilidad medio ambiental que requiere una actuación integral en un inmediato futuro. Es un museo conflictivo y así se ha manifestado explícitamente en los resultados de las recientes elecciones.

Una amenaza turístico especulativa que ya la anticipaba, ante la instauración del Guggenheim, Jorge Oteiza: «En cambio ahora se van a exponer estas mierdas que no sirven más que para el negocio de los restaurantes», decía, y continuaba: «¡Qué tristeza para este pueblo convertir la cultura en un elemento para dar de comer a los turistas!».

Otros museos

En Euskal Herria existe un grave déficit de museos y lo más preocupante es que están relacionados a contenidos que han sido, y en parte son, referentes fundamentales en nuestra tierra. La Pelota Vasca, el variado y notable repertorio del trabajo rural, origen de actuales modalidades deportivas, la Industria en sus variados aspectos, entre ellos la construcción naval en algún astillero contemporáneo; la bicicleta considerada trascendental en su sentido industrial de máquina incluyendo el ciclismo tan arraigado en Euskal Herria y con un indiscutible emplazamiento en Eibar.

En las respectivas capitales, un Museo de la Ciudad que muestre su evolución histórica desde la cartografía antigua hasta su desarrollo urbanístico con los planos y maquetas de proyectos que ha sido trascendentales; y como el catedrático Ramón Zallo citaba en un artículo en NAIZ, un museo de la Historia y la Sociedad Vasca, y otro del Trabajo, pero la realidad es otra muy deprimente.

Un museo surge de una necesidad o deseo social de ver representada su idiosincrasia colectiva, laboral, cultural, pero jamás por una imposición política.

Los fondos europeos Next Generation no pueden y menos deben utilizarse ni contra el medio ambiente ni contra el patrimonio cultural en todas sus expresiones y cualquier uso improcedente de estos recursos económicos comunitarios debe denunciarse con firmeza ante la institución de la que emanan.

Por todo ello, la intervención en una Reserva de la Biosfera no es así como debe plantearse y admitirse. Solo una planificación con un futuro coherente en lo social, la economía, respetuoso con el medio ambiente y la idiosincrasia de sus habitantes, es posible.

Urdaibai constituye en sí mismo un museo integral de la naturaleza, mar, ría, montaña, paisaje, en la que se integra todo el patrimonio cultural material e inmaterial que el ser humano ha originado y desarrollado a lo largo de la historia en este excepcional territorio.