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Israel sigue masacrando Gaza mientras espera ahora el ataque de Hizbulah

El régimen sionista continúa su ofensiva en la Franja de Gaza, donde ayer mató a más de 40 personas y bombardeó otras dos escuelas, mientras sus tropas se preparan ahora para un posible ataque a gran escala de Hizbulah, aunque persiste el temor a la respuesta de Irán.

Un hombre llora junto al cuerpo de un niño al que Israel mató en el bombardeo de una escuela en la ciudad de Gaza. (Omar AL-QATTAA | AFP)

 Israel mantiene sus ataques en la Franja de Gaza, donde ayer intensificó sus bombardeos contra campos de refugiados y escuelas del enclave palestino. Mientras, sus tropas se preparan para un eventual ataque de Hizbulah cuando la frontera común vive su peor escalada desde 2006.

El Ejército no ha dictado indicaciones especiales a la población de Israel, pero la élite militar y de seguridad se encuentra a la expectativa de un posible gran ataque desde Líbano después de que el líder de Hizbulah, Hassan Nasrallah, prometiera hace dos días responder a los ataques israelíes que acabaron con la vida de su jefe militar, Fuad Shukr, en Beirut, y del líder de Hamas, Ismail Haniyeh, en Teherán. Y aunque parece que el temor israelí a la respuesta iraní al ataque contra Haniyeh ha pasado a un segundo plano, el ministro iraní interino de Exteriores, Ali Bagheri, insistió ayer en que Israel cometió un «error estratégico» que le «costará caro», al tiempo que acusó a Tel Aviv de querer «extender» la guerra a otros países de Oriente Medio.

EEUU, principal aliado del régimen sionista, envió a su jefe del Comando Central, general Michael Kurilla, a Israel -la segunda esta semana- y el Gabinete de Seguridad israelí se reunía en la sala subterránea del cuartel general militar, a manera de simulacro, por primera vez desde que Irán atacó a Israel en abril con 350 drones y misiles, en represalia por un bombardeo contra su consulado en Damasco.

La cadena estadounidense CNN publicó ayer que Hizbulah se está moviendo más rápido que Irán en su planificación bélica para atacar a Israel, mientras Teherán parece estar aún preparando su estrategia.

En este contexto, las fuerzas israelíes siguen masacrando Gaza, donde ya han matado a 39.699 personas -a las que hay que sumar las 10.000 desaparecidas bajo los escombros- y herido a más de 91.700 en diez meses de ofensiva.

Ayer, uno de los ataques más sangrientos se vivió en el campo de refugiados de Al-Bureij, en el centro, donde Israel mató a al menos 15 personas en un bombardeo contra una zona residencial. Además, una treintena de personas falleció en diferentes ataques, centrados sobre todo en la ciudad de Gaza, donde el bombardeo de otras dos escuelas -Al-Zahraa y Abdul Fattaf Hamud, donde se refugiaban desplazados- mató a al menos 18 palestinos.

En el sur, el Ejército volvió a ordenar la evacuación de varias zonas de Jan Yunis ante la inminencia de una nueva ofensiva militar en la ciudad, que las tropas abandonaron a finales de julio tras una operación en la que mataron a unas 300 personas. El 4 de agosto, Israel también mandó evacuar los barrios de Lot, Manara, Maan, Qizan al Najar, Qizan Abu Rashwan, Salam y Hashash. Unas 200.000 personas dejaron Jan Yunis entre el 22 y el 27 de julio, durante la última incursión israelí, que arrasó totalmente gran parte de la ciudad, según la ONU.

La solución que da el Ejército es huir a la «zona humanitaria» de Al-Mawasi, en la costa gazatí, donde miles de palestinos viven hacinados en tiendas de campaña sin acceso al agua corriente ni electricidad.



Sin estatus diplomático por reconocer a Palestina

Israel anunció ayer que revocará en siete días la acreditación a ocho diplomáticos noruegos que trabajaban como representantes ante la Autoridad Palestina (ANP), en respuesta al reconocimiento de Palestina por parte de Noruega el 28 de mayo junto a Irlanda y el Estado español, a su adhesión a la demanda contra Israel en la CIJ y a la declaración de altos cargos, lo que el ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, tildó de «conducta antiisraelí». «Quienes nos ataquen y lleven a cabo una política unilateral contra nosotros pagarán un precio», añadió en una carta remitida a la Embajada de Noruega.

El Gobierno de Oslo calificó la decisión de acto «extremo» que afecta a su capacidad de ayudar a la población palestina. Dijo que evidencia que el Ejecutivo de Netanyahu trabaja de forma activa en contra de una solución de dos Estados, y que Noruega es «amigo» de Israel, pero también crítico con la ocupación y el modo en que se ha conducido la ofensiva contra Gaza y el sufrimiento causado a la población palestina.