Itziar Ituño inaugura la fiesta apelando al alma del Bilbo abierto, solidario y libre
Pese al nudo en el estómago, Itziar Ituño ha demostrado ser una mujer valiente. Desde el Arriaga ha lanzado un pregón reivindicativo ante un Arenal atestado, en el que ha querido recordar a Bilbo que es como Marijaia: una ciudad solidaria, obrera y feminista. Y, con un irrintzi, ya es Aste Nagusia.
Ya está. Llegó por fin. Aquí está Aste Nagusia, con sus días y noches de fiesta, juergas, resacas, encuentros, enamoramientos, enfados, música, mucho ruido, risas y hasta lloros. Hay de todo, porque aquí se desarrolla el teatro del mundo, concentrado en nueve días y desplegado en el escenario de la vieja Bilbo. Una ciudad que recibe con los brazos abiertos, como la desmadrada Marijaia, a quien venga, venga como venga –aquí no hay uniformidad de vestimenta, cada uno va del color que quiera–, siempre que sea con buenas intenciones.
A ese espíritu abierto, solidario y libre ha apelado Itziar Ituño, nuestra actriz más internacional, con trabajos como ‘La casa de papel’ o ‘Intimidad’, en el emocionante y reivindicativo pregón que ha lanzado este viernes ante un abarrotado Arenal. Ha habido emoción, mucha, pero es que de emociones reales se nutren las buenas historias. Y también las buenas fiestas.
Marijaia ha asomado al balcón del Teatro Arriaga y ha estallado el txupin que ha lanzado la comparsera de Txinbotarrak Nagore Ugarte. La euforia ya reina en Bilbo, ha comenzado Aste Nagusia. Y la cantante Aiora Renteria ha entregado la makila a la nueva pregonera, Itziar Ituño.
Todo preparado para empezar
El primer día de esta Aste Nagusia venía precedido por elementos tan dispares como el habitual runrún de los haters en las redes sociales contra Itziar Ituño –¿y a quién le importa lo que digan?–, la visión de los aledaños del museo Guggenheim llenos de visitantes extranjeros –el alcalde, Juan Mari Aburto, ya ha avisado de que, nuevamente, esta será la Aste Nagusia más multitudinaria; cada año esto va a más, muy a la bilbaina– y las críticas a la dura actuación, días atrás, de la Policía Municipal contra los manteros.
De hecho, la presencia policial en el Arenal y la plaza Arriaga antes al txupin llamaba la atención; parecía que había más agentes que nunca. Algunos, sorprendentemente, se habían dedicado previamente a quitar pancartas a favor de Palestina en el Casco Viejo.
Con las txosnas preparadas para la batalla y ‘vestidas’ de mensajes muy reivindicativos, muchos de ellos criticando el genocidio que está llevando a cabo Israel en Gaza –por cierto, que se ven también por aquí y por allá muchos ‘ojos’ de Hugo Chávez con el lema ‘no pasarán’; pintadas de apoyo a la lucha bolivariana–, ha arrancado a media tarde la kalejira de las comparsas desde San Antón.
Mientras que los comparseros han ido recorriendo el Casco Viejo en una especie de desordenadamente ordenada serpiente –es uno de los actos más divertidos del inicio de la fiesta–, el Arenal se ha ido vaciando de turistas algo despistados y llenándose de gente que iba tomando posiciones.
Bajo los ojos de Kepa Junkera
Al interior del teatro Arriaga, el corazón desde donde se bombea Aste Nagusia con el lanzamiento del txupin, han ido llegando las autoridades, los invitados y los representantes de las comparsas, flanqueando a la pregonera y la txupinera: una Itziar Ituño que señalaba su estómago cada vez que cruzaba la mirada con la también actriz Itziar Lazkano –pregonera esta en 2022, comentaba que «luego sales al balcón y, con toda la cantidad de la gente que está esperando y las ganas que tiene de txupin, te vienes arriba»– y una Nagore Ugarte, txupinera y comparsera de Txinbotarrak, que muchas veces ha agarrado la mano a Ituño y no ha podido evitar, a ratos, las lágrimas.
Ambas emocionadas... y asfixiadas de calor en sus elegantes trajes, con guantes incorporados, en una tarde marcada por ese especial bochorno que suele preceder a lluvia.
Kepa Junkera contemplando la plaza desde el foyer del Arriaga ha sido una de las imágenes de la jornada, con su ‘Badator Marijaia’ cantado por toda esa gente, mucha de ella embadurnada de harina, dispuesta a celebrar la fiesta... Y, entre esa marea de gente, la amplia presencia de banderas de Palestina, además de alguna venezolana.
Una declaración de intenciones
La otra imagen del día ha sido la de Ituño, Ugarte y Marijaia en el balcón del Arriaga, presidiendo la fiesta. Con «los pies temblando, el corazón galopando, emocionada hasta los huesos», Itziar Ituño ha leído su discurso íntegramente en euskara. Un texto en el que ha querido reconocer el trabajo de las comparsas «trabajando todo el año por amor al arte» y ha reconocido que dijo que sí al órdago que se le lanzó, al nombrarla pregonera de Aste Nagusia, con valentía: «Es un lujo poder hablar en un mundo repleto de censura y exclusión. Con honor, acepto el desafío. ¡Y que venga lo que venga!», ha exclamado, a modo de declaración de intenciones, entre los aplausos del respetable.
Más: «Soy Itziar. Mujer, actriz, persona, pero no personaje. Basauritarra, nacida en Solokoetxe. Por parte de padre, vizcaina. Por parte de madre, navarra. Euskaldunberri orgullosa, gracias a AEK. Siempre de la clase trabajadora. Feminista total. Las Once de Basauri eran de mi barrio, y desde el alma de esas once mujeres este es un aviso importante: ¡No aceptaremos ningún ataque sexista, ni en Aste Nagusia ni en ningún lugar!».
Ituño ha aprovechado para hablar. De mucho. Lo ha hecho en contra de los ataques a las txosnas de Lizarra, y a favor, sobre todo, del respeto al diferente –«Aquí hay sitio para todos, las fiestas son de todas. Y el mundo también»–, así como de la libertad de expresión. «Porque calladas no estamos más bonitas», ha recordado.
«Hablaremos alto y claro. Y a los cuatro vientos, sin miedo, para reivindicar lo que es justo, cueste lo que cueste», ha añadido. Y otro mensaje al respetable: «Los artistas también tenemos todo el derecho a tener una opinión, como todos los demás. Como dijo Mercedes Sosa, ‘por ser artistas no tenemos la patente de ser idiotas’. El arte siempre ha sido revolucionario, motor de cambio. Bailad, amad, y cantemos libres, no nos callemos. Que si se calla el cantor, calla la vida».
La actriz ha apelado al ‘alma’ de Bilbo, una ciudad «orgullosa, noble», que se está poniendo «muy moderna, pero todavía lleva el olor a fábrica pegado a la piel –ha continuado–. Bilbo, trabajadora infatigable, eres la hija de miles de trabajadores, abre los brazos a quienes desde lejos vienen a trabajar, recíbelos con cariño. Ellos también son tu porvenir, el nuestro. Alarga los brazos a los que, entre nosotros, y por diferentes razones, están lejos».
Un Bilbo euskaldun y solidario con situaciones como las que sufre Gaza, ha querido añadir también. Por cierto, luego Ituño ha lucido un pañuelo solidario con Palestina sobre el azul oficial.
Y con un irrintzi lanzado junto con la txupinera, ha explotado después el txupin. Y la fiesta.