INFO
Elkarrizketa
Naiara Irigoyen
Campeona mundial de Kilómetro Vertical

«Este campeonato mundial compensa todos los sacrificios que hay que realizar»

Naiara Irigoyen comenzó a disputar carreras de montaña hace apenas tres años y en ese corto espacio de tiempo ya ha llegado a la cima, logrando el campeonato mundial de la especialidad en la prueba que se disputó en la parte soriana de las faldas del Moncayo.

Naiara Irigoyen posa con la medalla mundialista obtenida en las faldas del Moncayo. (Iñigo URIZ | FOKU)

Naiara Irigoyen se colgó el pasado 6 de septiembre la medalla de oro del campeonato mundial del Kilómetro Vertical, un título que se suma a sus entorchados continental y estatal. Una carrera meteórica para la atleta burlatarra de 28 años, que abandonó la piscina por no poder compatibilizarla con su trabajo y que ha encontrado en las carreras de montaña su verdadera pasión.

Pasada ya una semana, ¿cómo valora su reciente éxito?

La verdad es que todavía me cuesta asimilarlo. Ahora que me ha tocado volver a la rutina es cuando valoro más lo conseguido. Y lo voy asimilando, poco a poco, al seguir recibiendo mensajes de apoyo y solicitudes de entrevistas de este tipo.

¿Llevaba mucho tiempo esperando que llegase ese momento?

He tenido un verano un poco complicado como consecuencia de una lesión y no sabía si estaba ya recuperada o necesitaba de más tiempo para encontrarme mejor. Al final, llegó en el día indicado.

Comenta lo de su lesión, un edema óseo. ¿Cómo se lo produjo?

Fue a partir de mayo, que realicé más carga de trabajo. Participé en varias carreras y, a partir de entonces, comencé a sentir cierto dolor en la pierna. En junio no paré y continué disputando más pruebas porque no sabía muy bien qué me ocurría. Pero ya en julio me hicieron una resonancia y me detectaron un edema óseo en el fémur.

Y, con semejante contratiempo, ¿se vio con posibilidades de ganar el campeonato mundial?

Lo cierto es que tenía bastante incertidumbre, pero seguí realizando bici y elíptica, evitando el impacto en la zona. Y las últimas semanas pude realizar algunas series más, con lo que sabía que me encontraba bien de forma, por los ritmos que obtenía. Salí con confianza a la carrera, pues me sentía bien por haber hecho todo el trabajo de la mejor manera posible, aunque es verdad que nunca puedes saber qué resultado vas a conseguir, no solo por tu estado físico, sino también porque compites contra rivales que no conoces y se trata de un campeonato del mundo, en el que hay un alto nivel.

«Sabía que la última parte era más adecuada a mis características y la idea consistía en no agobiarme por la ventaja de mis rivales»

Fue de menos a más, regulando en el primer tramo y dándolo todo en la segunda parte. ¿Es la táctica que mejor le funciona?

Normalmente, siempre tiendo a salir un poco reservando, la cabeza me frena un poco. Además, la primera parte era más llana y era consciente de que el resto podían poner un ritmo más alto de carrera que prefería no llevar. No me importaba que se me escapasen un poco mis rivales porque sabía que la segunda parte ya era más dura, con más pendiente y más técnica, que es ahí donde me siento más fuerte y se me da mejor. Quería llegar a ese tramo más exigente con fuerzas.

¿Cómo fue esa remontada?

Transcurrida la primera parte de la prueba, me sentí con muchas fuerzas y veía cómo el resto comenzaba a acusar el cansancio y yo podía pasarles. Eso me dio una motivación extra, sumado a los ánimos que me transmitía el público a lo largo del recorrido. Me vine arriba y seguí superando rivales, ya sin mirar atrás, hasta llegar a la meta.

¿Hasta qué punto le ayudó conocer de antemano el recorrido?

Bastante, sobre todo a la hora de gestionar la carrera. Como he comentado, sabía que la última parte era más adecuada a mis características y la idea era no agobiarme por ver que mis contrincantes cogían cierta ventaja en la primera y confiar en mis posibilidades en el último tramo.

Y la climatología tan adversa, con frío, lluvia y niebla, ¿también le favoreció?

Creo que sí, porque el calor me afecta bastante más. También con frío muchas veces lo paso mal, pero prefiero el fresco para competir que una situación con mucho calor.

¿Qué sintió cuando se vio cruzando la meta en primera posición?

Una tremenda emoción, sobre todo por el verano que había pasado, por todo el trabajo que había detrás. Mucha alegría, no me lo podía creer. Además, durante el recorrido me informaron de que mi pareja, Alain Santamaría, había ganado y eso me motivó. Solo tenía ganas de juntarme con él y poder compartir esa alegría y emoción. También lo pude hacer con mis padres que, al ser en Soria la prueba, pues tuve la suerte de que estuvieran allí presentes.

Iñigo URIZ | FOKU

Entiendo que es la recompensa a muchas horas de trabajo. ¿Cómo es su rutina de entrenamientos para este tipo de carreras?

Normalmente, suelo hacer tres o cuatro días de carrera, siempre que puedo en la montaña. También realizo uno o dos días semanales de trabajo de fuerza en el gimnasio, que es muy importante. Y, cuando tengo tiempo libre, hago algo de bici o natación.

¿Cómo de complicado le resulta poder conciliar tan exigentes entrenamientos con su trabajo diario y relaciones sociales?

No resulta fácil porque tengo un trabajo a turnos, incluidos fines de semana y noches. Cuando lo hago de manera nocturna, el descanso no es el mismo y a la hora de entrenar no me encuentro igual físicamente, así que tengo que adaptar mis entrenamientos a cómo me siento.

Mucho sacrificio…

Sobre todo en lo que se refiere a la vida social. Porque al trabajo y los entrenamientos hay que sumar muchos viajes. Pero, bueno, la gente que tengo a mi lado sabe lo que hay y me apoya, y eso también te permite que sea más fácil. Con tanto trasiego, lo que sí me falta es descanso, de ahí que se produjese mi lesión. No llevo mucho tiempo en esto y se trata de aprender para poder seguir así muchos años.

¿Y cómo se enganchó a las carreras de montaña? Porque sus comienzos deportivos fueron en la piscina...

Estuve unos 16 años nadando en equipo, pero cuando inicié un máster en ingeniería industrial las clases eran por la tarde, así que no podía ir a los entrenamientos programados en la piscina y nadar por tu cuenta es muy complicado, por lo que lo dejé. Como soy muy activa, comencé a correr hace unos cinco años, me apunté a un gimnasio y allí conocí a un grupo que todos los martes corría por el monte Ezkaba. Empecé a salir con ellos, me gustó y me enganché. Fui cogiendo confianza hasta empezar a entrenar por mi cuenta y competir en carreras de montaña desde hace tres años.

¿Cómo resultó esa primera experiencia compitiendo?

Un compañero me animó a probar en una carrera que había por parejas en Villava. Se me hizo larga y sufrí bastante, pero me gustó mucho el ambiente, la organización y el público. A partir de ahí, me apunté a otras pruebas cercanas, que hay bastantes.

«Mi próximo reto es meterme en el top10 de las Golden Trail Series, que me garantiza plaza para el circuito del año que viene»

Ha sido campeona estatal y europea. ¿Este título mundial viene a ser la guinda a su carrera?

Podría decirse que sí, porque esto es casi lo máximo a lo que se puede aspirar, todo un oro en un campeonato del mundo. Y lo cierto es que es algo que no me esperaba, empecé a correr por el monte más como un hobby, algo para sentirme bien yo misma. Ahora están llegando estos resultados y la verdad es que estoy muy orgullosa.

Es ahora mismo la líder provisional de las Skyrunner World Series, ¿tiene posibilidades de acabar ganándolas?

Lo tengo bastante complicado porque la última carrera, la final, puntúa el doble que las otras cuatro anteriores, que son en las que he competido. Esta última prueba tiene la distancia de una maratón y además sobre un terreno muy técnico, una carrera de unas seis horas. Nunca antes he hecho eso y ya no me va a dar tiempo para prepararme de manera idónea, así que no sé si voy a poder disputarla, pues va a suponer mucho tiempo de impacto para el edema que tengo, al que le va a costar reabsorberse.

¿Qué otros retos se marca a medio y largo plazo?

También tengo la final del otro circuito, el de las Golden Trail Series, que se celebra en octubre en Suiza, es más corta y me gustaría disputarla. Si corro en ella, más otras tres pruebas en las que he participado, me garantizo plaza para el circuito del año que viene y puedo centrarme en ello. Ahora mismo ocupo la octava posición y con hacer un top10 sería suficiente para poder disponer de apoyo económico de cara a la temporada próxima.

Que su pareja compita en esta misma modalidad deportiva y también haya sido campeón mundial, ¿es una motivación extra?

Está claro que ayuda mucho el compartir entrenamientos, carreras y viajes, porque permite entender todo el trabajo que hay que llevar a cabo. Él fue ciclista profesional y lleva más años que yo corriendo, por lo que tiene mucho mayor conocimiento del ámbito deportivo, en lo que se refiere a entrenos, descanso y alimentación, por ejemplo. Es mi mayor apoyo y ayuda, y el hecho de que hayamos conseguido ser ambos campeones del mundo a la vez es algo que nos lo llevamos para toda la vida.