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Ruth Vera
Jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Nafarroa,

«Para los oncólogos es clave la formación en cómo informar»

Jefa de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Nafarroa, Ruth Vera ha desarrollado una intensa labor asistencial e investigadora, cuenta con más de 200 publicaciones. Su departamento acaba de ser reconocido con la certificación Quality Oncology Practice Initiative.

Ruth Vera, de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Nafarroa. (Idoia ZABALETA | FOKU)

El Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Nafarroa (HUN) acaba de recibir la certificación Quality Oncology Practice Initiative (QOPI) que otorga la Sociedad Americana de Oncología Clínica y que reconoce «la mejora continua de la calidad asistencial en el tratamiento de los pacientes con cáncer».

En entrevista telefónica con GARA, la doctora Ruth Vera, jefa del Servicio de Oncología, destaca la importancia de esta acreditación que «te ayuda a autoevaluarte y compararte con otros hospitales mediante la aplicación de estándares internacionales y así detectar áreas de mejora».

Aborda también los avances en los tratamientos contra el cáncer, con un enfoque cada vez más personalizado, y la comunicación con los pacientes y la familia.

¿Qué supone esta certificación de la Sociedad Americana de Oncología Clínica?

Esta certificación te ayuda a autoevaluarte y compararte con otros hospitales mediante la aplicación de estándares internacionales y así detectar áreas de mejora. Llevamos en este proceso más de un año.

Tras una primera evaluación del centro, debes cumplir una serie de requisitos y acreditar cómo se elaboran las historias clínicas, cómo se prescriben los tratamientos, cómo se preparan estos en farmacia, cómo se administran…

Este proceso te hace estar seguro de que lo que estás haciendo está bien y al propio paciente le da seguridad de que lo que se está haciendo cumple con unos estándares internacionales.

¿Cómo se traslada esta excelencia a la práctica diaria?

Todos los indicadores que ellos auditan están directamente relacionados con el paciente –qué le pregunto, qué recojo en las historias clínicas, cómo prescribo los tratamientos, si la farmacia cumple todos los estándares para la preparación del fármaco y cómo se administra...–. Por tanto, todo lo que se analiza repercute directamente en el paciente.

En lo que a tratamientos se refiere, la primera palabra que resuena en nuestra cabeza es quimioterapia. Aunque se habla de ella en singular, lo cierto es que hay muchos tipos de quimioterapias y que uno de los mayores avances en la lucha contra el cáncer es la medicina de precisión.

A día de hoy, hay muchos tipos de tratamientos y de quimioterapias para cada tipo de tumor. Por eso, a los pacientes les decimos que no se fijen en otros pacientes porque el tipo de quimioterapia para un cáncer de mama, de pulmón o de colón no tiene nada que ver; ni el fármaco ni los efectos secundarios.

En los últimos años, el avance en el conocimiento de alteraciones moleculares en las células del tumor hace que ya no hablemos de diferentes tipos de tumor –cáncer de mama, de colon...–, sino que en cada uno de ellos haya diferentes subtipos. Se van abriendo más ramas.

Hoy sabemos que hay alteraciones moleculares específicas, de ahí que haya tratamientos dirigidos a esa alteración. Es lo que llamamos medicina de precisión.

Por otra parte, tenemos la inmunoterapia. Es una estrategia de tratamiento totalmente diferente a la quimioterapia. En vez de atacar a las células tumorales, estos fármacos utilizan nuestro propio sistema inmune para atacar y destruir las células tumorales.

«A día de hoy, hay muchos tipos de tratamientos y de quimioterapias para cada tipo de tumor. Por eso, a los pacientes les decimos que no se fijen en otros pacientes»

Los resultados de la inmunoterapia en algunos tumores están siendo impresionantes. Hay tumores en los que se ha conseguido cambiar su historia natural, es el caso del melanoma o del cáncer de pulmón, por ejemplo.

Además, las toxicidades y efectos secundarios son muy distintos a los clásicos de la quimioterapia. En Oncología, hemos avanzado hacia tratamientos personalizados dirigidos a alteraciones moleculares específicas, incorporando la inmunoterapia a los tratamientos posibles.

Dentro de esa inmunoterapia se incluyen las células CAR-T.

El tratamiento con células CAR-T es un tipo de inmunoterapia aún más complejo y sofisticado. Donde más desarrollado está es en tumores hematológicos, en los sólidos está siendo más complicado, porque si bien hay mucha investigación, aún no hay tantos avances como con los tumores hematológicos.

La oncología tiende, por tanto, a una mayor individualización y precisión.

Exacto. Hoy día, de lo que hablamos es de oncología de precisión. Para esto son muy importantes los patólogos y los biólogos moleculares que ya no nos dicen solo ante qué tipo de cáncer estamos, sino que nos dicen más apellidos. Lo clasifican en subtipos diferentes, para los que hay fármacos específicos. Nos podemos encontrar con alteraciones poco frecuentes que solo las tiene, por ejemplo, el 1% de los cánceres de pulmón. Por eso, hablamos de personalización.

El Gobierno navarro ha incorporado a pacientes oncológicos a su Estrategia de Medicina Personalizada. ¿Cómo es ese diálogo con el paciente?

Primero, resaltar que es muy importante que haya una estrategia de medicina de precisión y que se haya decidido incorporar la voz del paciente oncológico a los comités técnicos. Ambas apuestas muestran un grado de madurez. Esta nueva incorporación se llevará a cabo a través de la Asociación Española contra el Cáncer en Navarra.

La información a los pacientes es un aspecto clave y crucial. En los últimos años ha cambiado mucho. Históricamente, muchas familias pedían que al paciente ni siquiera se le nombrara la palabra cáncer. Esto, por suerte, ha cambiado. También la ciudadanía tiene más información.

«Yo le digo al paciente que me pregunte lo que él quiera saber, hasta donde quiera saber y en el momento que él quiera»

Como no puede ser de otra forma, cada vez se le da más importancia a la implicación del paciente en la toma de decisiones. Para poder tomar una decisión correcta, tiene que haber una buena información.

Para los oncólogos, es clave la formación en cómo informar. Información no significa decirle al paciente a bocajarro que tiene cáncer y ya está.

Hay que adecuarse a la situación emocional del paciente, a sus expectativas, al lenguaje. Es algo que tenemos que aprender, y adecuarnos al flujo de información que nos va pidiendo el paciente. Hay que procurar canales seguros de información. Las asociaciones de enfermos contribuyen mucho a ello.

También se debe dar atención sicológica; el grado de disconfort y ansiedad en el momento de un diagnóstico de cáncer es muy alto; esa información y plan terapéutico tienen que ir acompañados de una atención sicológica.

¿Cómo se actúa frente a un paciente que no pregunta?

Ante todo, hay que respetar lo que quiere el paciente. Yo le digo al paciente que me pregunte lo que él quiera saber, hasta donde quiera saber y en el momento que él quiera.

Si el paciente no quiere hacer preguntas, no quiere saber más, hay que respetarlo. A lo mejor piensa que no está preparado para recibir esta información o no quiere recibirla.

Puede ser que en una consulta no te pregunte nada y que cuando ya llevas uno o dos meses, te vaya preguntando. Es algo que ocurre. Nosotros nos tenemos que adecuar a las necesidades de cada paciente.

¿Qué papel juega la familia?

El impacto es muy importante para el paciente, pero también para la familia. De hecho, la atención psicológica que tenemos en Navarra está dirigida a todo paciente diagnosticado con cáncer y a la familia. Hay veces en las que el paciente no quiere esa atención, pero sus familiares sí la necesitan.

«Quisiera resaltar la importancia del trabajo en equipo. El cáncer es una enfermedad en la que se necesita que se involucren muchos especialistas en los hospitales y en Atención Primaria»

Un diagnóstico de cáncer tiene impacto en todas las esferas de la vida; a nivel físico, sicológico, laboral… Hay que cuidar mucho a la familia. Hablamos de paciente y de familia.

En octubre pasado expertos internacionales y del Estado participaron en un encuentro organizado por el Grupo Oncobiona del Instituto de Investigación Sanitaria de Nafarroa. ¿Qué importancia tienen este tipo de eventos?

Son fundamentales. Es poder compartir experiencias e investigaciones, interpretaciones de las investigaciones, qué se está haciendo en otras comunidades y sitios del mundo, poder colaborar en diferentes estudios.

La formación e información son básicas en el campo oncológico. Por suerte, a día de hoy, la información es más accesible para todos por diferentes medios. La única forma de estar al día son estos encuentros científicos, con  pacientes, con la población.

Quisiera resaltar la importancia del trabajo en equipo. El cáncer es una enfermedad en la que se necesita que se involucren muchos especialistas en los hospitales –patólogos, radiólogos, enfermeras, psicooncólogos– y en Atención Primaria. La atención abarca desde la sospecha, hasta el diagnóstico y posterior tratamiento –cirugía de oncología médica, radioterápica...–.

¿Cómo sitúa a Nafarroa en la lucha contra el cáncer?

No soy muy objetiva, pero realmente sitúo a Navarra en un nivel alto. Además de obtener esta certificación, hemos sido seleccionados a nivel nacional como uno de los centros para poder desarrollar un modelo de manejo de cáncer dentro los Comprehensive Cancer Centre. Tenemos un aval de que las cosas se están haciendo bien.