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El origen y el uso del dinero hastían a las futbolistas

Un centenar de jugadoras demanda a la FIFA que rompa su acuerdo con la petrolera estatal saudí, que considera «una peineta» al fútbol femenino. Las futbolistas del Corinthians denuncian la organización de la Libertadores.

Gianni Infantino cedió ante las protestas por el patrocinio del último Mundial, pero no parece que vaya a hacerlo ahora. (Carmen MANDATO | AFP)

Las futbolistas vuelven a levantar la voz. Esta vez para denunciar a FIFA y CONMEBOL por el origen del dinero que maneja la primera y el uso que le da la segunda.

A nivel mundial, un centenar de futbolistas -entre las que se encuentran la realista Sanni Fransi y la exjugadora de la Real Maitane López- ha enviado una carta a Gianni Infantino para reclamarle la ruptura del acuerdo que firmaron el pasado abril la FIFA y Aramco, la compañía petrolera estatal de Arabia Saudí, que convierte a esta en patrocinadora del Mundial masculino de 2026 y del femenino de 2027.

«El acuerdo es una peineta el fútbol femenino», comienza el escrito, en el que se denuncia que «las autoridades saudíes gastan miles de millones en patrocinios deportivos para intentar distraer su brutal reputación en materia de derechos humanos. Pero su trato a las mujeres habla por sí solo», asegura, enumerando una serie de ejemplos concretos y recordando que también se «criminaliza a las personas LGBTQ+». «No queremos formar parte de encubrir esas violaciones», aseguran las firmantes, que conminan a la FIFA a que se asocie con patrocinadores «cuyos valores se alineen con la igualdad de género, los derechos humanos y el futuro seguro del planeta».

Recuerdan, además, que «las últimas decisiones de la FIFA las toma un Consejo de 37 miembros, de los que solo ocho son mujeres. Son decisiones tomadas por hombres lo suficientemente privilegiados como para no verse amenazados por el trato de las autoridades saudíes a las mujeres, a las personas LGBTQ+, los migrantes, las minorías o aquellos que están más amenazados por el cambio climático». De ahí que también soliciten la creación de un comité de revisión en el que estén representados los futbolistas y que evalúe las implicaciones éticas de los acuerdos que alcanza el organismo.

Las futbolistas ya se rebelaron hace año y medio ante el posible acuerdo entre la FIFA y «Visit Arabia» para el patrocinio del Mundial femenino que acogieron Australia y Nueva Zelanda en verano de 2023. Las protestas evitaron que se hiciera efectivo, pero Gianni Infantino ya advirtió que podrían producirse acuerdos con el país saudí en el futuro.

Así ha ocurrido y no parece que esta vez vaya a haber vuelta atrás. «La FIFA valora su asociación con Aramco y con sus muchos otros socios comerciales. La FIFA es una organización inclusiva, con muchos socios comerciales que también apoyan a otras organizaciones en el fútbol y otros deportes», aseguraron fuentes del organismo a la agencia Efe, recordando que los ingresos por estos acuerdos «revierten en el juego a todos los niveles y la inversión en el fútbol femenino continúa en aumento».

ENFADO DE LAS CAMPEONAS

No lo hacen en la proporción idónea ni de forma homogénea. Ha quedado claro en la pasada Libertadores, hasta el punto de que las jugadoras del Corinthians, que conquistaron el título por quinta vez, han denunciado en un vídeo las condiciones en las que se ha desarrollado el torneo.

«Ganamos pero no todo es fiesta», comienza el vídeo, en el que las campeonas desgranan las carencias a las que han tenido que hacer frente en un torneo que ya arrancó mal. Y es que a mes de su inicio se cambió la sede de Uruguay a Paraguay, lo que, además de los problemas logísticos para los participantes, dejó sin billete a Nacional, que iba a participar en condición de anfitrión. A ello se le añadieron el mal estado de los campos con el consiguiente riesgo de lesiones, la acumulación de partidos -seis en 17 días para el campeón-, la nula difusión del evento, que se ha reflejado en la escasa asistencia de público o las malas condiciones en los desplazamientos, entre otros.