Sare pone raíles a un futuro sin presos y sanador para las víctimas
Martina Anderson desde el espejo irlandés, Jaime Tapia y Jon Mirena Landa desde la experiencia de la Administración vasca y Maria Jauregi como víctima, entre otros, han contribuido a remarcar la hoja de ruta hacia la paz, la resolución y la convivencia, en una jornada de Sare en Donostia.
Las consecuencias de los conflictos armados deben ser afrontadas en su integridad, la reintegración de las personas presas resulta clave y ello no es contradictorio con respetar el dolor de las víctimas. Estas tres ideas pueden resumir la conferencia celebrada por Sare en Donostia este sábado, con participación vasca e internacional de primer nivel.
La jornada ha sido cerrada por Joseba Azkarraga, en nombre de Sare. Se ha referido a la actual eliminación del doble cómputo como constatación de que «lo que Sare o Etxerat hemos venido exigiendo en los últimos diez años no eran privilegios, sino legalidad y fin de las excepcionalidades. El mismo trato, los mismos criterios que se aplican al resto de las personas presas. Sin discriminaciones ni criterios particulares de oportunidad política partidista».
Abundando en ello, ha indicado que «no se puede exigir» a estos presos y presas «nada que vaya más allá de lo que la legislación ordinaria requiere. Y no puede ser que ciertos ámbitos políticos, judiciales o algunos medios de comunicación se erijan en evaluadores de las conciencias ajenas».
En consecuencia, se ha dirigido a Lakua para pedirle que opere «con criterios técnicos y profesionales en este tema, sin cometer el error de actuar en función de estrategias de oportunidad política». Más en concreto, tras la reforma de la 7/2014, Sare exige «agilidad» tanto a la Audiencia Nacional como a Lakua, cada uno en su parcela, para no seguir dilatando encarcelamientos artificialmente.
Joseba Azkarraga: «No puede haber satisfacción de las víctimas fuera del Derecho»
Azkarraga ha concluido con un llamamiento a «alcanzar unos mínimos de acuerdo que hagan posible el respeto, ayuda y reconocimiento a todas las víctimas de las violencias sufridas en este país» y ha incidido en que «nadie puede arrogarse el monopolio de su defensa, nadie». Con un último subrayado frente a discursos en boga: «No puede haber satisfacción de las víctimas fuera del Derecho».
Desde este espacio, durante la mañana se ha emitido también la aportación en video de Maria Jauregi Lasa, en el que reivindica antes que nada «el reconocimiento a todas las víctimas», incluidas las de la violencia estatal, incidiendo en el «derecho a la verdad: qué ha sucedido, cómo y por qué. La sociedad también tiene derecho a esa verdad». Lo percibe también como un «modo de compensación» para quienes no han tenido justicia, y para ello insta a levantar los secretos oficiales. Junto a ello, plantea una «construcción de la memoria» basada en «buscar lugares comunes» y a partir de los derechos humanos. Jauregi ve preciso hacerlo fuera de los focos mediáticos y de las discusiones políticas.
Maria Jauregi: «Hay que explicar cómo funciona el sistema penal y penitenciario, con información veraz y contrastada»
Tras ello, Jauregi ha considerado, al hilo de la cuestión del doble cómputo, que hay que dejar de utilizar a las víctimas por parte de los políticos y también de los medios y además «hacer pedagogía»: «Hay que explicar cómo funciona el sistema penal y penitenciario. La información tiene que ser veraz y contrastada».
La perspectiva internacional
¿Cómo se ven las cosas desde fuera? Pocos mejor que Brian Currin y Martina Anderson para reflejarlo. El facilitador sudafricano no ha podido venir a Euskal Herria por problemas familiares de última hora, pero ha enviado un mensaje en el que evoca el valor de la Justicia Transicional para la resolución en su país y en Irlanda, incluyendo la temprana excarcelación de presos. Ha constatado que en Euskal Herria no ha ocurrido lo mismo por culpa de «intereses enfrentados» pero ha elogiado el «pensamiento creativo» del proceso vasco, «inspirador» para otros.
Currin concede gran valor, por ejemplo, a los procesos de reconocimiento y reparación de víctimas de los dos lados aprobados por los parlamentos. Aquí ha sugerido incluso al Gobierno de Lakua que implante un día festivo anual para recordarlas a todas y «celebrar las medidas de reconciliación».
Brian Currin: «La lentitud en la búsqueda de soluciones es un problema y hay que resolverlo»
En cuanto a la situación de los presos, ha dicho conocer los avances, los ha atribuido a la movilización ciudadana y ha dado las gracias a las personas encarceladas «por los pasos dados. Les aliento a seguir cerrando heridas». No obstante, tampoco ha ocultado que «la lentitud» en el logro de soluciones «es un problema y hay que resolverlo».
Sí ha estado en Donostia Martina Anderson, exprisionera irlandesa y referente de Sinn Féin en instituciones irlandesas y europeas. Ha recordado cómo en 2016 estuvo en una misión de eurodiputados a Euskal Herria en la que ya abogaron por soluciones para los presos, «que no pueden estar sometidos a procesos excepcionales. Desde entonces se han producido avances significativos que tenemos que reconocer: fin de la dispersión, facilitación del acceso a grados, procedimientos de pronta excarcelación...», ha constatado.
Martina Anderson: «La reconciliación no es solo una necesidad política, sino más bien un imperativo moral»
Ha saludado aquí la reforma que elimina el doble cómputo, pero alertando acto seguido de que «este viaje no ha terminado. Incluso después de su liberación, las personas presas sufren continuas restricciones». Lo ha ejemplificado con un duro ejemplo personal: «Yo misma conozco perfectamente estas situaciones desde que salí de prisión en 1998. A mi marido y a mí se nos negó el derecho a adoptar un niño porque somos expresos políticos. Y una mala praxis ginecológica cuando estaba en una prisión de Inglaterra me provocó daños en el útero que me han impedido tenerlos», ha narrado. Así que ha abogado por actuar para paliar las consecuencias de encarcelamientos muy largos y muy duros.
«El camino a la paz nunca es sencillo, pero es posible. Aquí, como en Irlanda, no existe el monopolio del sufrimiento. Caminar por un camino de reconciliación puede ser un gran desafío para muchas personas; debemos respetar su dolor. Para algunas personas, la pronta excarcelación de presos en Irlanda fue difícil. Pero también debemos poner en valor la aportación de esos expresos al proceso de resolución», ha añadido. Anderson ha remarcado cómo el Sinn Féin impulsa la reconciliación, «que no es solo una necesidad política, sino más bien un imperativo moral».
El camino vasco
Han completado el mosaico tres voces vascas también muy cualificadas. Como Jaime Tapia, que ha pilotado la gestión penitenciaria de Lakua desde la transferencia en 2021 hasta el trasvase de la carta de Justicia al PSE. Ha lamentado que aunque la gestión competa a la CAV «las leyes siguen siendo del Estado y eso es un obstáculo. No somos Alemania, donde los länder pueden ajustar algunas leyes. Esto genera cierta frustración: puedes dar un tercer grado, pero en Madrid lo pueden revocar y entonces actúas con cierta prudencia o desconfianza».
Jaime Tapia: «Que las leyes sean del Estado es un obstáculo y genera cierta frustración para quien tiene que gestionarlas»
Tapia ha admitido que el PNV no tenía gran interés en asumir este «marrón» («algún dirigente ya lo ha dicho») y ha mostrado algunas dudas sobre la posición que tomará el PSE, al que ha animado a apoyarse en las Juntas de Tratamiento. También recela de cómo se aplicará el fin del doble cómputo. Y comparte –ha habido unanimidad en esto– que hay que corregir la 7/2003: «40 años es una barbaridad. Sería bueno incluso para la sociedad española».
En general, «las líneas que lanzamos todavía necesitan impulso, como las enfermedades mentales, la cuestión de los niños, la colaboración con el Tercer Sector o la Justicia Restaurativa...», ha enumerado, alertado de que «no son buenos tiempos, el punitivismo lo corroe todo».
La doctora Laura Pego ha explicado en qué consiste la Justicia Transicional esgrimida ya por Currin en su intervención: «Es necesario un compromiso político importante para hacer las modificaciones necesarias. También un compromiso de la sociedad civil para soportar ese avance. Y una hoja de ruta que se siga hasta el final, con transparencia y que genere confianza». Centrándose en Euskal Herria, Pego ve muy preciso un reconocimiento de su violencia por parte del Estado y lamenta el desfile de la Guardia Civil el 12O en Gasteiz.
El catedrático Jon Mirena Landa, que fue director de Derechos Humanos en el Gobierno Ibarretxe, ha abundado en esta cuestión de las víctimas. Sin ánimo de «entrar en un campeonato de datos», ha constatado que el 60-70% de los atentados de ETA se ha esclarecido y purgado, mientras que en el caso de la tortura «el 99%» sigue oculto e impune. Esto genera distorsiones en la memoria y también en la atribución de responsabilidades políticas; echa en falta «un fair play».
¿Vamos bien, vamos mal? En la cuestión de los presos, «queda el paquete de la 7/2003, y no se pide nada del otro jueves, solo un estándar de reinserción normalizado», ha subrayado Landa.