El nuevo contrato millonario de Pogacar agiganta la brecha salarial en el ciclismo de élite
El anuncio de la renovación de Tadej Pogacar con UAE, cobrando 50 millones durante las próximas seis temporadas, bonus aparte, confirma que la brecha salarial en el ciclismo profesional se va agrandando cada vez más.
Desde luego no son los 200 millones de euros que cobra en Arabia Saudí un Cristiano Ronaldo en la cuesta abajo, pero el ciclismo comienza a barajar unas cifras hasta ahora nunca conocidas, fruto de la enorme competencia existente por hacerse con las grandes figuras.
Sin estratosféricos ingresos procedentes de las televisiones o taquillas, el deporte de los pedales debe conformarse con la aportación de unos patrocinadores que a veces destacan por su volubilidad –no son pocos los esfuerzos que deben realizar los dueños de escuadras cuando se quedan sin sponsors– y otras, justo, por lo contrario, por una enorme estabilidad que permite configurar bloques consolidados y, a base de chequera, hacerse con los servicios de ciclistas que marcan las diferencias.
Si detrás está un país, pues la pujanza es todavía mayor. Los Emiratos Árabes Unidos comenzaron a poner petrodólares encima de la mesa a partir de 2017 y, desde entonces, su padrinazgo financiero no ha dejado de crecer, acarreando importantes éxitos deportivos.
Ello ha traído consigo que la brecha económica cada vez se haya hecho mayor entre los equipos del World Team, una grieta todavía más considerable cuando hablamos de escuadras Pro Team y Continental Team.
Precisamente el anuncio del nuevo sueldo de Tadej Pogacar pone de manifiesto dicha tendencia de manera diáfana. El corredor esloveno cobrará 50 millones de euros durante los seis próximos años que engloba su renovación con UAE, con una cláusula de rescisión de 200 millones, guarismos nunca vistos hasta ahora en el ciclismo profesional.
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— @UAE-TeamEmirates (@TeamEmiratesUAE) October 24, 2024
We’re delighted to confirm that @TamauPogi has extended his contract until 2030! ✍️
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Sus históricos logros en este 2024 –Tour, Giro y Mundial–, una triple corona solo protagonizada antes por Eddy Merckx (1974) y Stephen Roche (1987), han disparado la cotización del de Komenda y la necesidad del equipo emiratí de retener a su estrella ante la amenaza de grupos empresariales caracterizados por su agresividad publicitaria y que comienzan a invertir en el mundo del pedal, como es el caso de Red Bull.
Bonus por victorias
«Estoy muy orgulloso de ampliar mi estancia aquí en el UAE Team Emirates. Este equipo ha sido mi hogar durante los últimos cinco años y realmente no puedo imaginarme en ningún otro lugar. Los mejores momentos de mi carrera han llegado en el UAE Team Emirates», manifestó Pogacar a cuenta de la multimillonaria prórroga de su contrato.
Una mejora salarial que le va a suponer al balcánico un incremento de algo más de dos millones de euros anuales, a lo que hay que sumar los importantes bonus que recibirá por unas victorias que, a buen seguro, volverá a repetir si no sucede nada extraordinario.
Para poner en contexto las cifras del sueldo del esloveno, hay que bajar un escalón y centrarse en los emolumentos que reciben sus inmediatos rivales en la lucha por las grandes vueltas.
Así, Remco Evenepoel (Soudal), tercero en este último Tour y que, por edad y progresión deportiva, está llamado a pelear el liderato a Pogacar, ocupa el segundo puesto en el escalafón salarial, con cinco millones que le abonará una escuadra que se ha liberado de la elevada nómina de Julian Alaphilippe.
A continuación, le siguen un trío con sueldos similares, encabezado por Primoz Roglic (Bora) –4,5 millones–, además de Jonas Vingegaard (Visma) y Mathieu van der Poel (Alpecin), ambos con cuatro.
La lista millonaria la completan Wout van Aert (Visma) –3,5 millones–, Adam Yates (UAE) –2,7– y el trío formado por Tom Pidcock (2,7), Egan Bernal (2,5) y Carlos Rodríguez (2,5), todos ellos de Ineos, una escuadra que tradicionalmente se ha caracterizado por pagar bien a sus ciclistas, aunque en los últimos tiempos no se lo estén devolviendo con resultados.
Salarios mínimos
No todo el pelotón se maneja en semejantes cifras. Como en otras modalidades deportivas, la distancia entre estos sueldos y los que cobran la mayoría de los ciclistas profesionales está a años luz.
Para evitar abusos y asegurarles unos salarios dignos, la UCI ya lleva estipulando desde hace varios años unos mínimos que deben cumplirse. Así, para los equipos World Team, esa base está estipulada en 44.150 euros brutos para 2025, mientras que los neoprofesionales cobrarán 35.721.
Una cuantía similar –35.392– para las escuadras Pro Team –baja a los 29.601 en el caso de neoprofesionales–, mientras que los Continental Team no tienen ningún tipo de regulación en este sentido.
Diferencias tan abismales que llevan a que la desigualdad en las carreras, especialmente las más importantes, sea cada vez más acusada entre unas pocas formaciones y el resto.
Y que situaciones como las que se dieron en la última Vuelta, en la que una escuadra Pro Team como Kern Pharma se hiciese con tres victorias parciales, resulten casi imposible de repetirse.