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El Ayuntamiento de Barcelona compra la Casa Orsola, símbolo de la lucha contra la especulación

Los vecinos de la Casa Orsola de Barcelona podrán seguir en sus viviendas después de que el Ayuntamiento de la ciudad y Hàbitat3 hayan comprado el edificio por 9,2 millones de euros. El fondo Lioness Inversiones preveía desahuciar a los inquilinos a medida que finalizaran sus contratos.

Concentración ante la Casa Orsola convocada por el Sindicat de Llogateres, el pasado 31 de enero. (Lorena SOPENA | EUROPA PRESS)

El Ayuntamiento de Barcelona y la entidad del Tercer Sector Hàbitat3 han llegado a un acuerdo para comprar, a través de una fórmula social colaborativa, la Casa Orsola de la capital catalana, convertida en símbolo de la lucha de los inquilinos contra la especulación en el ámbito de la vivienda.

El alcalde de la capital catalana, Jaume Collboni, y la presidenta de Hàbitat3, Carme Trilla, han explicado en rueda de prensa el acuerdo con la propiedad para comprar conjuntamente, por 9,2 millones, la finca de Casa Orsola, el Ayuntamiento aporta 4,87 millones y Hàbitat3 4,33 millones.

«Convertiremos todo el edificio en pisos de alquiler asequible, ningún inquilino tendrá que marcharse de Casa Orsola y todos los pisos pasarán a ser gestionados por Hàbitat3», ha dicho Collboni, que ha precisado que los siete pisos que están en alquiler de temporada pasarán a la bolsa de alquiler asequible junto con los dos que están vacíos cuando terminen los contratos.

Las dos fincas de la Casa Orsola (el número 137 de la calle Calàbria y el 122 de la calle Consell de Cent) fueron adquiridas en octubre de 2021 por el fondo Lioness Inversiones, que al mes siguiente notificó a los inquilinos que debían abandonar los pisos una vez finalizaran sus contratos. La noticia encendió las alarmas entre la comunidad, que acusa a la nueva propiedad de «echar a inquilinos para crear alquileres de temporada por el triple de precio» y que lleva tres años visibilizando su situación junto con el Sindicato de Inquilinos.

Detalles de la operación

Pagar por Casa Orsola 9,2 millones de euros supone que el metro cuadrado sale a 3.335,75 euros/m², una cifra un 30 % por debajo de la media del barrio de la Nova Esquerra de l’Eixample, donde el metro cuadrado cuesta 4.774,75 euros.

El alcalde ha puesto énfasis en que la solución que se ha dado al conflicto de Casa Orsola, la compra social colaborativa, es «extraordinaria, innovadora y excepcional» y «no replicable miméticamente a todos los casos», pero da el mensaje de que puede haber otras formas de propiedad con las que combatir la escalada de precios de la vivienda.

«Hoy sacamos adelante una operación de compra social-colaborativa, yendo de la mano de una entidad social, pero hay que seguir cambiando las reglas del juego con más medidas estructurales para generar un verdadero escudo contra la escalada de los precios de la vivienda, tal y como estamos haciendo con la aplicación del tope a los alquileres o con la decisión de eliminar los pisos turísticos en la ciudad», ha añadido el alcalde.

Por su parte, Trilla ha explicado que esta fundación del tercer sector se ha implicado ahora en resolver el conflicto de Casa Orsola al constatar que en la finca había viviendas vacías susceptibles de ser destinadas a vivienda social y era posible la colaboración publico privada para adquirirla. «Es el embrión de una manera de hacer que tenemos que replicar», ha señalado la presidenta de Hàbitat3

Además, para Trilla, la fórmula de Casa Orsola, mantener a los inquilinos que viven en la finca, es buena para integrar a las personas que llegaran con un alquiler social y es una apuesta por el arraigo y contra los guetos y la gentrificación.

Trilla ha explicado que los contratos de los inquilinos actuales, excepto los de temporada, se mantendrán si son indefinidos o se renovarán teniendo en cuenta el índice de precios de alquiler y que en el caso de un vecino que ocupa una vivienda se estudiará su situación. También ha defendido que hay que considerar a los inquilinos de Casa Orsola personas en situación de vulnerabilidad por el riesgo que tienen de perder su vivienda, aunque sus ingresos no sean escasos.

En la operación de compra, Hàbitat3 se hace con el 51 % de la superficie de Casa Orsola, la que suman las 26 viviendas habitables, mientras que el Ayuntamiento adquiere los cuatro locales comerciales y un espacio no habitable que suman el 49 % de la finca.

Actualmente, en la finca hay siete viviendas con contrato de alquiler indefinido, cinco con contrato de alquiler vigente, cinco más en proceso de demanda o procedimiento judicial y siete de alquiler de temporada y dos vacíos, que serán los que Habitat3 pondrá en la bolsa de alquiler asequible.

Tres años de «lucha, dolor y sufrimiento»

«Si en el momento de la compra, en las dos fincas había 27 familias de inquilinos viviendo (entre contratos indefinidos y alquileres de duración habitual), ahora solo hay 18 pisos habitados, cinco de los cuales tenemos procedimientos judiciales abiertos donde se pide nuestro desahucio», aseveró Josep Torrent en una carta emitida el pasado 27 de enero.

Torrent es el vecino de la Casa Orsola cuyo intento de desahucio desató las movilizaciones organizadas por el Sindicat de Llogateres que han terminado con la adquisición de la finca por el Ayuntamiento de Barcelona y Habitat3.

«Han sido tres años de lucha, de incertidumbre, de dolor y sufrimiento», ha explicado este viernes a los medios tras el anuncio del consistorio. Pese a la visible emoción que mostraban sus lágrimas en la rueda de prensa, Torrent ha reprochado a las autoridades locales que no se hayan puesto en contacto con los vecinos por ahora. «Sería un detalle que nos tomaran como interlocutor», ha señalado.

Torrent, que paga algo más de 700 euros por un piso de 90 metros cuadrados y temía no poder permitirse un alquiler de nuevo contrato si era desahuciado, ha lamentado la «deshumanización» que sufren los vecinos de la ciudad. «Soy consciente de que existen muchas casas Orsola», ha recalcado.

Movilizaciones

La presencia de cientos de vecinos el pasado 31 de enero delante de la Casa Orsola hizo que se pospusiera el desalojo de Josep Torrent previsto para ese día hasta la madrugada del martes 4 de febrero, pero una nueva concentración volvió a aplazarlo al 18 de febrero. Durante este paréntesis, el alcalde Collboni dio luz verde al Síndic de Greuges de Barcelona para actuar como mediador en las negociaciones para «garantizar el derecho a la vivienda a los inquilinos de la Casa Orsola».

Durante estas movilizaciones, la portavoz del Sindicat, Carme Arcarazo, aseguró que Torrent está «absolutamente convencido de lo que está haciendo, luchando por el derecho a la vivienda». «El culpable es Albert Ollé y Lioness Inversiones, pero los gobiernos son responsables, porque si esto pasa es porque tenemos un marco legal hecho a medida de los especuladores», expresó.