INFO

Arrecian los ataques del Ejército israelí contra la prensa en Jenin

Soldados israelíes apuntan sus armas en el arrasado campo de refugiados de Jenin. (Jaafar ASHTIYEH | AFP)

La ocupación y los ataques israelíes se comienzan a extender por fuera del campo de refugiados de Jenin, con ametrallamientos de los tanques a las afueras del campo, vuelos constante de drones y las recurrentes demoliciones de casas y calles que fuerzan a más familias a desplazarse.

La presión militar también arrecia contra los medios de comunicación.

Las y los periodistas palestinos que durante décadas han sido objetivo militar de las fuerzas israelíes que ocupan Cisjordania y Gaza, continúan siendo el blanco de acciones intimidatorias que violan los derechos de protección a la prensa y a los civiles no combatientes.

Más de 130 periodistas muertos en Gaza, algunos junto a sus familias dan cuenta de esta violencia contra la prensa palestina.

Informadores locales relatan cómo soldados israelíes los han amenazado y les han advertido de no volver a zonas dentro del campo de refugiados de Jenin, o que asuman las consecuencias.

Fue en estas calles donde un francotirador israelí mató a la periodista de Al-Jazeera Shireen Abu Akleh el 11 de mayo de 2022 en otra incursión militar.

El pasado 8 de marzo, mientras cubrían el movimiento de soldados dentro y en las afueras del hospital gubernamental de Jenin, a escasos 200 metros del campo de refugiados, fueron detenidos cuatro periodistas locales y un extranjero. No había combates ni ningún enfrentamiento armado.

La única presencia armada eran los soldados israelíes que también entraron a áreas del hospital provocando angustia en pacientes y trabajadores sanitarios. Apuntaron con sus armas a uno de los periodistas que tomaba fotos, les obligaron a entregar teléfonos y cámaras, y a desbloquearlos para revisarlos.

Una vez revisado el material, los soldados israelíes fuertemente armados y enmascarados, borraron las imágenes que consideraron.

Tomaron fotos de las caras y documentos de los informadores en un acto intimidatorio, mientras un dron sobrevolaba el punto donde permanecían detenidos los periodistas, custodiados por cinco militares y francotiradores apostados cerca.

Media hora después, el oficial al mando les permitió marchar no sin antes decirles que la entrada del hospital era zona militar y que no podían acercarse a esa posición.

A una distancia a la que los soldados armados con rifles automáticos no se sentían amenazados por las cámaras, un fotógrafo de Jenin documentaba la situación. El mismo que el pasado 3 de septiembre fue alcanzado por las balas de soldados israelíes cuando se desplazaba entre la aldea de Kafr dan junto a otros colegas.

El coche, con distintivos, todavía tiene los impactos de las balas, el fotoperiodista tiene aún las esquirlas de la bala expansiva israelí que impactó en su brazo izquierdo comprometiendo su movilidad y su labor. Pero sigue trabajando, como sus colegas, cubriendo la invasión y ocupación de Jenin en su día 54.

 

 

Viviendas quemadas en otro pogromo sionista


Colonos israelíes incendiaron al menos cinco viviendas y dos vehículos en la aldea palestina de Khirbet al-Marajim, en la gobernación de Nablus, en el norte de Cisjordania. Al ataque de los colonos siguió el de soldados que irrumpieron en la aldea y dispararon balas, gases lacrimógenos y bombas de sonido contra los vecinos que trataban de extinguir las llamas. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) añadió que dos familias, incluidos un bebé y un niño pequeño, fueron desplazadas por la fuerza.

Los ataques sionistas contra palestinos en Cisjordania se han duplicado desde el alto el fuego en Gaza y la OCHA ha denunciado la expulsión de más de 2.000 personas por este motivo. Solo entre el 4 y el 10 de marzo, ha registrado 16 pogromos de colonos que provocaron heridos y daños materiales, además del robo de 1.400 cabezas de ganado y la muerte de otros animales.