La oficina de control de prisiones francesa (CGLPL por sus siglas en francés) ha denunciado mediante un procedimiento de urgencia «disfunciones graves» en la prisión para hombres de Fresnes «que permiten considerar que las condiciones de vida de las personas detenidas constituyen un trato inhumano o degradante según el artículo 3 de la Convención europea de derechos humanos». En el escrito publicado en el boletín oficial francés de ayer, la oficina dirigida por Adeline Hazan cita la superpoblación de la cárcel, al más del 200% de su capacidad, las «desastrosas» condiciones de higiene, por la que la prisión ha sido recientemente condenada, y el uso de la violencia «gratuita e injustificada» de sus vigilantes.
Las conclusiones ahora publicadas responden a una visita realizada por una delegación de la controladora de prisiones a principios de octubre. El CGLPL recabó testimonios de los presos en las que se denunciaba «el uso trivializado de la fuerza» por parte de vigilantes, testimonios confirmados por decenas de entrevistas realizadas durante su visita y que lleva a la oficina a concluir que «la frecuencia con la que los hechos violentos son denunciados hace imposible dudar de su veracidad». Uno de los miembros de la delegación presenció, además, en primera persona, la neutralización violenta de un preso por parte de vigilantes ante una protesta pacífica. En este apartado también eleva su denuncia por el uso sistemático de cacheos corporales no conformes a ley.
En cuanto al higiene de la prisión, la controladora de prisiones denuncia que «la higiene desastrosa presenta riesgos fundados para la salud de las personas detenidas y los vigilantes». El CGLPL cita en su informe la reciente condena judicial contra la prisión en este ámbito. El Observatorio Internacional de Prisiones (OIP) llevó a los tribunales la existencia de plagas de ratas en Fresnes, en octubre un tribunal de Melun falló a su favor y ordenó a la cárcel que tomase medidas para solucionarlo. El CGLPL recuerda en su escrito que ya advirtió a la dirección de la prisión a principios de año sobre el problema con ratas y chinches, a lo que la dirección ha hecho frente con «medidas insuficientes y respuestas retóricas», denuncia el organismo dirigido por Hazan.
En cuanto a la superpoblación de la prisión, la controladora adjunta un gráfico sobre la evolución de la población reclusa en el centro que va desde 2006, cuando había 1.960 presos, hasta este 2016 en la que la cifra llega casi a los 3.000 (2.989).
El boletín oficial de ayer adjunta a este informe la respuesta del ministro de Justicia Jean-Jacques Urvoas. En su misiva, el ministro alude al plan de prisiones anunciado por Manuel Valls en octubre por el cual, según Urvoas, «Fresnes se beneficiará directamente». Sobre la higiene afirma que han incrementado la inversión para la desratización tras la condena de un tribunal en octubre. También se refiere en su respuesta a la violencia de los vigilantes denunciada por la controladora, la cita como «falta de deontología por parte del personal de vigilancia» y afirma que la «respuesta de la institución será determinante» en los casos en los que «sean necesarias medidas disciplinarias».
3 presos y 2 presas del EPPK en Fresnes
A día de hoy tres vascos permanecen presos en la cárcel para hombres de Fresnes. Se trata de Ugaitz Errazkin, Xabier Goienetxea y Oier Ibarguren. En cuanto a las mujeres, son Ekhiñe Eizagirre e Iratxe Sorzabal.
Durante este pasado mes de mayo protagonizaron una protesta por el castigo aplicado a la bilbaina Itziar Moreno, ahora en Fleury. Moreno fue llevada a una celda de aislamiento a principios de mes por participar en una protesta. Los presos vascos iniciaron, entonces, una huelga de hambre que duró 19 días para exigir el fin del aislamiento. Se organizaron marchas a la prisión para denunciar la actitud de la dirección de la cárcel y hubo varios actos de denuncia en Euskal Herria. La protesta acabó tras el traslado de Moreno a otra prisión.
La prisión de Fresnes es conocida por ser una escuela de funcionarios con disciplina estricta y un laboratorio para experimentar con presos.