Joan Coma ha abandonado la Audiencia Nacional española tras prestar declaración ante el juez Ismael Moreno, quien ordenó su detención acusándole de un delito «contra la forma de gobierno» al no haber acudido a declarar por otro delito de «incitación a la sedición».

A la salida Coma ha subrayado que su detención «no es una cuestión sobre el independentismo, sino sobre la democracia», recorcando que fue detenido por llevar a cabo una resolución aprobada por el Ayuntamiento de Vic, en el que es concejal. «Qué es eso de encerrar, casi en 2017, a un cargo público en el ejercicio de sus funciones?». Ante ello, ha invitado a los pueblos del Estado español a movilziarse.

Del mismo modo, ha querido dejar clara la postura de su formación frente al referéndum, señalando que se llevará a cabo «sí o sí».

El fiscal de la Audiencia Nacional Vicente González Mota sólo ha solicitado la retirada del pasaporte del concejal. Según ha informado su abogado, el también diputado de la CUP, Benet Salellas, Coma ha asegurado durante su declaración que no reconoce a ningún tribunal que «no respete los derechos políticos de los pueblos pisoteados».

Coma ha quedado en libertad a la espera de que se celebre el juicio en su contra. El magistrado le atribuye un delito de incitación a la sedición por su intervención en un pleno de su ayuntamiento, en la apeló a la desobediencia de los tribunales españoles durante una moción de apoyo a la proclamación del Parlament de inicio de la desconexión de Catalunya con el resto del Estado español.

Durante su declaración de este miércoles, el fiscal se ha centrado especialmente en su desobediencia civil y en el significado de una frase apuntada por el edil en su día, en la que señalaba que «para hacer una tortilla, es necesario romper huevos». «El fiscal le ha preguntado a Coma qué significaba tortilla, si la tortilla era el Estado o las leyes, y qué significaba romper los huevos, si era utilizar violencia o estrategia de ruptura», ha detallado Salellas.

Coma ha mostrado su convencimiento de que la desobediencia civil es un instrumento «útil» para el cambio social y democrático y ha reivindicado su utilidad y su vigencia, ha concretado.