Las FARC y el Gobierno de Juan Manuel Santos comenzarán hoy en La Habana la segunda fase del diálogo que debería culminar con la firma del «Acuerdo general para la terminación del conflicto». Ambas partes acordaron retrasar cuatro días este encuentro, previsto para el pasado jueves según el calendario hecho público en Oslo, para consensuar los mecanismos que permitirán la participación de la sociedad civil.

El proceso arranca en medio del conflicto. El Gobierno se niega a declarar un alto el fuego y ante la posibilidad de que las FARC anuncien una tregua en Navidad –una propuesta que ha partido de Colombianos y Colombianas por la Paz–, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, dijo que es «incoherente». Ayer, antes de partir hacia la capital cubana, el jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, reiteró que «no habrá concesiones de carácter militar, ni cese el fuego, ni zonas desmilitarizadas».

El primer punto de la agenda es el problema agrario, una cuestión sobre la que el Gobierno y las FARC mantienen posturas totalmente contrapuestas, tal y como quedó patente en la constitución de la mesa de diálogo con las intervenciones del propio De la Calle y del jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez. La intervención de este último causó malestar en la delegación del Gobierno, que acusó a las FARC de no respetar los términos de la agenda pactada el 26 de agosto en La Habana.

«Queremos un proceso que avance con la guerrilla mediante acuerdos prácticos que sean posibles, un acuerdo que le dé a los colombianos resultados y no frustraciones. El Gobierno tiene claro el norte a seguir», declaró De la Calle. «Empezamos este primer ciclo con una ronda de diálogos que tardará en principio diez días, al término de los cuales se fijará la fecha del siguiente ciclo. Este será un proceso rápido y eficaz», añadió.

Márquez rechazó ya en Oslo una «paz express», pero el Gobierno parece querer hacer los deberes antes de la campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2014.