Ada Otuya, de 29 años, ingresó en coma tras la agresión sufrida el pasado domingo y, desde entonces, ha permanecido en la Unidad de Reanimación del Hospital de Basurto. Su estado ha empeorado en las últimas horas y finalmente ha fallecido a las 12.35 de este mediodía.
Agentes de la Ertzaintza hallaron a la mujer nigeriana maniatada y amordazada en el gimnasio Zen4, ubicado en un local de la calle Máximo Aguirre de la capital vizcaina, y propiedad del presunto autor del crimen, Juan Carlos Aguilar.
Al parecer, el hombre, que fue posteriormente detenido y que ha confesado haber matado a otra mujer, llevó a Ada Otuya en contra de su voluntad al local y la agredió en su interior.
Este mediodía cientos de ciudadanos se han vuelto a concentrar en Bilbo, frente al Ayuntamiento, para mostrar su repulsa a la muerte de Ada y de otra mujer a manos de Aguilar.
Concentración este jueves
La Marcha Mundial de las Mujeres de Euskal Herria ha convocado este jueves una concentración a las 19.30 en Bilbo, ante el Arriaga, para denunciar la muerte de Ada Otuya
Invisibles
Otra concentración se celebró ayer en la plaza Doctor Fleming de Bilbo para denunciar estos hechos. En la movilización, Miriam Santorkuato, miembro de Askabide, que trabaja con el colectivo de prostitutas, recordaba que «estas han sido hasta ahora absolutamente invisibles para la gran mayoría de nuestra sociedad. Ada, como casi todas las prostitutas, era absolutamente vulnerable. Este colectivo es tremendamente frágil porque tienen miedo, tienen miedo a denunciar, a las represalias».
Alertó, además, de que «lo de Ada ha sido un caso extremo, pero las agresiones y violaciones son constantes, y hasta ahora, casi nadie se ha preocupado por los niveles de vulneración en la que viven las mujeres».