«Aunque se detiene la retirada, se mantiene el alto el fuego para dar la oportunidad de dar pasos (en el proceso de paz)», ha anunciado un comunicado de la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), que agrupa a distintas organizaciones, incluido el PKK.
La guerrilla kurda inició en mayo la retirada de sus milicianos en dirección a Kurdistán Sur, una medida pactada con Ankara en el proceso para poner fin a tres décadas de enfrentamientos que han dejado unos 45.000 muertos.
El KCK explica que la decisión tomada hoy se debe a la falta de voluntad del Gobierno turco para dar pasos en la democratización del país y la solución del conflicto.
La única reacción del Gobierno turco a este anuncio vino por parte del viceprimer ministro Bekir Bozdag, que minimizó el impacto que puede tener esta decisión en las conversaciones de paz.
«La gente de las montañas (el PKK) no son los interlocutores (del Gobierno), lo que se tenga que hacer para solucionar el conflicto kurdo se hará», declaró Bozdag en una entrevista televisiva.
Ya la semana pasada, el máximo líder en libertad del PKK, Cemil Bayik, se había referido a una suspensión del repliegue y criticó como insuficientes las reformas anunciadas por Ankara.
«El Gobierno turco no quiere una solución. Quiere luchar. Pero nos defenderemos. Suspenderemos la salida de la guerrilla. Y si les vemos (al Ejército) hacer operaciones, nos defenderemos», declaró.