Las detenciones de Josu Narváez e Itziar Alberdi se llevaron a cabo en Puerto Vallarta, en el estado mexicano de Jalisco, en una operación conjunta de la Comisaría General de Información de la Policía española y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CICEN) de México.
Posteriormente, han sido expulsados de México y embarcados en un avión con destino al Estado español, adonde han llegado poco antes de las 15.00, según la agencia Efe.
De acuerdo con esa fuente, han sido trasladados a dependencias de la Policía española, antes de ser puestos a disposición judicial.
Las autoridades españolas les acusan de formar parte de un comando de ETA a principios de los noventa y aseguran que llevaban más de dos décadas en paradero desconocido.
En concreto les vinculan con el «comando de liberados Ekaitz» y señalan que «liderado por José Luís Urrosolo Sistiaga, contaba con infraestructura en Barcelona, Tarragona, Zaragoza y Valencia» y que habría provocado 18 muertes en los atentados llevados a cabo entre 1990 y 1992.
La web del Ministerio de Interior español señaló ayer que las detenciones se enmarcan «en la estrategia operativa desarrollada por la Comisaría General de Información (CGI) del Cuerpo Nacional de Policía para localizar y detener a los miembros de ETA que residen de manera clandestina en distintos países, dentro y fuera de la Unión Europea, y que tienen en vigor reclamaciones judiciales de distinta índole».
Asimismo, en la nota aseguraron que «a día de hoy, se trata de de los miembros de ETA reclamados por la Justicia con mayor número de asesinatos cometidos».