Tanto el fiscal de la Audiencia Nacional española, Pedro Martínez Torrijos, como el abogado defensor de Antonio González Pacheco, «Billy el Niño», se han opuesto a la extradición reclamada por la jueza María Servini, al igual que ya ocurriese la semana pasada con el excapitán de la Guardia Civil Jesús Muñecas.
El expolicía, acusado de torturar a diversos detenidos políticos entre 1970 y 1975, se ha opuesto a ser entregado a Buenos Aires. Solo ha respondido a dos preguntas: ha negado tener relación con Argentina y ha asegurado «no recordar» si fue imputado en algún momento por malos tratos.
«No recuerdo con certeza, hace muchos muchos años, algo de malos tratos... creo que no fuimos condenados», ha asegurado. Aunque lo cierto es que en los años 70 sí fue condenado a una falta de lesiones contra Enrique Aguilar.
En la última palabra, el antiguo policía español ha afirmado: «Mi nombre es Antonio González Pacheco. No José Antonio, ni Juan Antonio. Y yo no me puse ese apodo», en referencia a «Billy el niño», que es como se le conocía durante su etapa en la Brigada Político Social franquista.
No ha podido ser grabado de frente
Al contrario que hace siete días, González Pacheco no ha podido ser grabado de frente, con lo que ha eludido que las víctimas puedan difundir el rostro de su torturador. La juez Concepción Espejel ya había rechazado previamente esta opción pero después de un escrito presentado por la prensa, que defendía poder tomar imágenes, ha preguntado directamente a las partes, que se han opuesto. En concreto, González Pacheco ha alegado razones de «seguridad personal y familiar». Su letrado ha afirmado que el policía habría sido objeto de seguimientos y ha insinuado el riesgo de atentado.